Fantasmas en la Carretera

Las historias de apariciones de fantasmas en carreteras de miles de lugares del mundo parecen ser la leyenda preferida de relatores de cuentos de misterios. Considerado por muchos como el mito preferido de la tradición oral éstas apariciones escalofriantes son considerados como parte de la cultura popular de diversas regiones del mundo.

Y es que son muchas las narraciones que nos han avisado de la presencia de espíritus que se presentan en estas pistas, ya sea causando temor o la curiosidad de quienes transitan por ellas, aunque nos atrevemos a decir que lo primero es lo que debe primar.

Sabemos que las carreteras son lugares que debido al elevado número de vehículos que transitan por ellas y por las velocidades a las que fluyen, se convierten en espacios propicios para muchos accidentes que dejan muchas víctimas fatales todos los años.

Si analizamos bien los hechos, también nos daremos cuenta de que la gran mayoría de estos accidentes ocurren de manera imprevista con los resultados mortales que ya conocemos, razón por la que se explica que aquellos que fallecen siguen vagando por las zonas sin entender aún lo que ha sucedido.

Sin embargo, aquellos que parecen haber comprendido su fatídico final se manifiestan de dos maneras. Algunas almas en pena se dedican a advertir a quienes transitan por ahí de los posibles peligros que se ciernen sobre la zona, para de esta manera, evitar que otros sufran lo que ellos. Pero otros, al no asimilar su trágico destino, deciden atormentar a los conductores y pasajeros de los vehículos que se trasladan por estas importantes vías de transporte.

Muchos relatos cuentan incluso de personas que fueron subidas a los vehículos como pasajeros que solicitaban que se les transporte, pero que al final resultaron ser almas en pena que desaparecieron en pleno camino.

Otras narraciones cuentan hechos más espeluznantes cuando se refieren a las apariciones de estas ánimas a un costado del camino, las que se cruzan frente al auto una vez que éste pasa a su lado.
Pero sea como sea, lo cierto es que estas apariciones fantasmales en las carreteras se seguirán dando por siempre, toda vez que su permanencia en esa dimensión será eterna.

El testimonio de un camionero que una noche se encontró con lo insolito en la carretera en una ruta desde Barajas a Vitoria.

Duendes y Hadas…

La idea sobre la existencia de los duendes y hadas, es común en las más diversas culturas. Éstos, son seres que cuentan con el don de poseer cierta magia y poderes. Los duendes, específicamente, son seres elementales de la Naturaleza. Y aunque son difíciles de contactar, muchas personas aseguran haberse encontrado en algún momento de su vida cara a cara con ellos. Son típicos habitantes del continente europeo, aunque no faltan quienes afirmen que también existen en Sudamérica.

En cambio, cuando nos referimos a las hadas, quizás no sepamos explicar el significado preciso del término, pero sí todos entendemos a qué nos referimos. Y nos guste o no, y para bien en la mayoría de los casos y para mal en algunos, los duendes y hadas están en este mundo con nosotros

Los duendes son seres de escasa y diminuta estatura; miden entre los treinta centímetros y un metro de altura. Su hábitat natural generalmente son los bosques, aunque algunos habitan en los jardines y los fondos de ciertas casas, propicias para ello. Ya que a estos simpáticos hombrecillos les agrada la compañía de los niños así como a las hadas(por su pureza de corazón), para jugar con ellos. Son de buen carácter; estando por lo tanto casi siempre de buen humor. Aunque también existen duendes malvados, capaces de hacerle daño a los humanos, si éstos los enojan. Por ese motivo es conveniente evitar ofenderles, por ejemplo: dudando de su existencia, de sus poderes o burlándose de su apariencia.

Enigmas : En busca de «El Dorado»

Muchos aventureros han luchado, asesinado y saqueado en el curso de la búsqueda de El Dorado. A menudo, también han ofrendado sus propias vidas persiguiendo algo que quizá no haya sido más que un sueño generado por la codicia.

Todo empezó cuando los españoles invadieron el imperio de los incas, en el Perú, en 1532 y descubrieron una fastuosa acumulación de oro que incluía muchas y bellisimas obras de arte. Los invasores ocuparon la ciudad de Cuzco y apenas podían dar crédito a sus ojos cuando vieron el botín que estaba a su disposición.

En Cuzco, las paredes del templo del emperador estaban enchapadas en oro, e incluso las cañerías que conducían el agua estaban hechas del precioso metal. Los españoles invadieron el imperio inca y capturaron al emperador, Atahualpa; Luego pidieron por él un rescate increíble: exigieron que se llenase de oro una enorme habitación de 7.0 X 5.0 metros hasta una altura de más de 2,50 metros. Los incas pagaron el enorme rescate, pero los invasores, dirigidos por Francisco Pizarro, pisotearon el acuerdo y asesinaron a su rehén a sangre fría.

No satisfechos con las formidables riquezas de que se habían apoderado, los conquistadores, en un alarde de rapacidad y de crueldad, desmantelaron el Imperio de los incas y lo despojaron de la mayor parte de sus riquezas. La codicia de los invasores no hizo sino crecer cuando oyeron relatos según los cuales existían tesoros aún más grandes en el norte, más allá de las fronteras del imperio inca, en un sitio que la gente llamaba El Dorado. Los mitos y las leyendas que rodeaban El Dorado eran muchas y variadas: algunos afirmaban que se trataba de una ciudad perdida; otros, que era un templo repleto de tesoros, escondido en lo profundo de la selva; hubo incluso quienes afirmaban que El Dorado era una montaña de oro macizo. Una de las teorías que actualmente gozan de mayor aceptación, sin embargo, sostiene que El Dorado era una persona: probablemente el jefe del pueblo chibcha (o muisca).

Los chibcha ocupaban el extremo norte de los Andes, y su jefe residía en la región donde hoy se levanta la capital de Colombia, Bogotá. El Dorado recibió ese nombre debido a la ceremonia chibcha que señalaba u ascenso al trono. El rito comenzaba cuando el pueblo se reunía a orillas del lago de Guatavita, de forma circular y rodeado de altas montañas; las celebraciones duraban varios días; en el momento culminante, el jefe que ascendía al oro, rodeado por sus sacerdotes, embarcaba en una balsa de juncos, que era conducida hasta el centro del lago. Se quemaba incienso y las flautas entonaban su misteriosa música, que se difundía sobre las aguas. Una vez la balsa estaba en el centro del lago, el nuevo jefe chibcha era desnudado y todo su cuerno se revestía con polvo de oro. Mientras el sol producía resplandores en su cuerno, el nuevo jefe cogía objetos de oro y los dejaba caer en el lago, como una ofrenda a los dioses de su pueblo. El ejemplo del jefe era seguido luego por el pueblo reunido en las orillas; cada uno aportaba su tributo, arrojando objetos de oro al agua. Así fue como el fondo del lago Guatavita llegó a contener una de las más ricas colecciones de objetos de oro del Nuevo Mundo. Curiosamente, el pueblo chibcha, el pueblo de El Dorado, no poseía yacimientos de oro propios. Continuar leyendo «Enigmas : En busca de «El Dorado»»