En el año 1955, Zahra Aboutalib estaba embarazada y fue llevada al hospital al comenzar a sentir los dolores del parto. Mientras esperaba su turno vio como otras mujeres sufrían mientras daban a luz a sus hijos, por lo que salió corriendo del hospital.
Días después la mujer siguió soportando fuertes dolores, pero fueron desapareciendo con el tiempo cuando el bebé ya dejó de moverse. Según una creencia marroquí los bebés pueden resguardarse en el vientre de su madre para proteger su honor, lo que se llama un niño dormido, Zahra creyó que se trataba de uno de éstos.
Luego de 57 años, y con 75 años de edad, la mujer volvió a sentir los dolores de aquella vez y acudió al hospital. En las radiografías los médicos sorprendidos descubren que la paciente llevaba un feto en su vientre, y al operarla se encontraron con un bebé totalmente petrificado.
Los informes médicos indicaron que Zahra tuvo un embarazo ectópico, que ocurre cuando el bebé comienza a desarrollarse fuera de la matriz. El feto habría sobrevivido durante un período prolongado de tiempo por lo que unió la placenta a los órganos importantes de la mujer alrededor del estómago.
Según la revista de la Sociedad Real de Medicina, no se trata del primer caso de este tipo. Hasta el momento fueron consignados 209 casos de bebés de ‘piedra’, así llamados ‘lithopedions’.