Muchas veces la gente nos escribe consultando si conocemos alguna vidente buena o si la videncia es una técnica fiable para ayudar a las personas o si es simplemente una estafa sustentada en la necesidad de quienes están atravesando momentos difíciles en la vida. Puesto que estas personas son más susceptibles a ser engañadas precisamente por los pesares por los que están atravesando y encuentran alivio en las respuestas o consejos de chamanes o profetas a los que acuden.
a respuesta es tan sencilla como compleja ya que la videncia no es en lo que nos tenemos que centrar para dilucidar éste interrogante sino en el vidente, que no es otro que el causante de que exista ésta duda instaurada en muchos por haber tenido malas experiencias o vivencias poco satisfactorias con algún brujo o chamán de turno.
La videncia existe desde tiempos milenarios y como todas aquellas cosas que poseen una historia es casi imposible ponerla en tela de juicio como herramienta de ayuda o como creencia instaurada en una sociedad o un lugar histórico. La videncia simplemente es y existe y puede ser aceptada o rechazada, creída o descreída por la ciencia, pero aquel que desee encontrar respuestas más allá de la razón o de cualquier otra creencia religiosa o espiritual, podrá encontrar en ella una alternativa diferente y legítima.
Lo que más suele cuestionarse, no es la videncia en sí, como creencia o herramienta de ayuda alternativa sino los videntes que embaucan a la gente, haciéndoles creer que pueden ayudarlos con sus problemas y en definitiva lo único que consiguen es empeorar las cosas o en el mejor de los casos hacernos perder el tiempo por ingenuidad o porque realmente estamos necesitando apoyo espiritual o una guía para atravesar momentos difíciles o circunstancias eventuales de la vida.
Por ese motivo, hay que prestar especial atención a la legitimidad de las personas que están detrás de la videncia, ya que en ellos radica el éxito o no del resultado esperado.
Reza la creencia entre los conocedores del tema que nos compete, que los verdaderos videntes nacen con éste don de adivinar. Un vidente tiene la capacidad de develar los acontecimientos que han transcurrido en el pasado como así también las causas que lo provocaron y los posibles futuros que dependerán de nuestras acciones posteriores. Un verdadero vidente tiene la capacidad de conocer éstas características desde muy pequeños. A éstos se les llama videntes de nacimiento y son quienes realmente poseen ésta capacidad de adivinar y ayudar a los demás. Algunos de ellos son capaces de tener visiones incluso desde muy temprana edad.
Tal es el caso de malas experiencias con adivinos que no cumplen con éste esencial requisito que abundan las quejas de lectores y personas decepcionadas con la videncia.
Por eso es importante dar con el vidente indicado, para evitar ser embaucado por los muchos charlatanes que existen tanto en internet como en cabinas especializadas en distintas mancias como el tarot y otras tiradas de cartas. Por eso te invitamos a visitar el sitio que aquí recomendamos para que sigas leyendo del tema y saques tus propias conclusiones.