Descubren un pueblo en Chile donde los muertos se convirtieron en momias

Quillagua es un pequeño pueblo en el desierto de Atacama en Chile. Es considerado uno de los lugares más secos del mundo. Es tan seco que muchos de los habitantes que vivieron en el lugar hace muchos siglos se momificaron.

Y esto fue lo que encontró una expedición de voluntarios arqueólogos y antropólogos que visitó el lugar hasta fines de enero, como parte de un operativo de rescate patrimonial de la zona.

El Museo Municipal Antropológico de Quillagua es el lugar donde se encuentran las momias en exposición, algunas con más de 2.000 años de antigüedad.

«Estas momias salen en su mayoría de dos cementerios del lugar, aunque hay otra que se encontró durante una obra de construcción», señaló a BBC Mundo Pamela Cañas, antropóloga física, quien formó parte del voluntariado de 40 especialistas que fue organizado por la Comunidad Aymara de Quillagua y el Grupo Patrimonio Desierto de Atacama, con el apoyo del Colegio de Arqueólogos de Chile.

«Las momias se hallaron en fosas, envueltas en fardos, que cubrían a los individuos. Algunas tenían un ajuar con cerámicas, choclos (maíz) o artesanías relacionadas con el rito funerario», dijo Cañas.

Según la investigadora no se trata de un proceso de momificación artificial, si no «por las condiciones secas del desierto de Atacama».

«La humedad afecta a todos los tejidos, y al no haberla los tejidos se conservan de forma inmediata. Es algo que no se ve en otras partes del país», señaló la antropóloga.
La momia de mayor antigüedad es la de un hombre, que aún mantiene un sombrero utilizado por poblaciones del norte de Chile, de una época estimada en el 700 AC.

Alerta por un crucero fantasma a la deriva en el Atlántico

Un enorme crucero de fabricación rusa, que años atrás solía hacer viajes de Ushuaia a la Antártida, se encuentra desde hace un mes a la deriva en el Atlántico norte, con ratas como únicos pasajeros, y sin ninguna autoridad internacional en condiciones de abordarlo.

La asociación ecologista francesa Robin des Bois alertó ayer sobre la «amenaza inminente para el medio ambiente» que constituye el carguero Lyubov Orlova, abandonado a su suerte por Canadá desde el 23 de enero pasado.

Si el barco llegara a colisionar, naufragar o tener alguna avería, «liberaría inmediatamente o a mediano plazo hidrocarburos […] y otros líquidos técnicos tóxicos», además de otros materiales contaminantes, indicó Robin des Bois en un comunicado.

El crucero, construido en la Unión Soviética en 1976, mide 90 metros de largo, tiene capacidad para 110 pasajeros y estaba equipado para resistir los duros golpes del hielo antártico. Pero un mes atrás abandonó el puerto canadiense de Terranova con destino a República Dominicana, donde iba a ser desguazado. Fue en ese momento cuando se rompió el cable que lo unía al remolcador. Desde entonces, está a la deriva. Continuar leyendo «Alerta por un crucero fantasma a la deriva en el Atlántico»

La misteriosa flor descubierta en Marte

La misión del Curiosity acaba de entrar en una de las fases más interesantes del proyecto. Desde finales de enero el taladro instalado en el Rover ha comenzado a hacer prospecciones en el terreno, mientras recoge datos y nos envía imágenes de la superficie marciana.

Una de estas imágenes ha levantado mucha curiosidad durante la última semana en lo que algunos medios han terminado bautizando como “la flor de Marte”. Entre las noticias y los rumores que han surgido en estos días podemos encontrar casi de todo dependiendo de la imaginación o el rigor del periodista que haya tratado la fotografía.

Se trata de un curioso saliente en el terreno que finaliza en un extremo algo más grueso con una especie de terminación de brillo metálico.

En este Cuaderno de Ciencias ya hemos comprobado en numerosas ocasiones cómo nuestra percepción puede verse afectada por multitud de factores: la perspectiva, la proporción, el ángulo, la luz, las formas y proporciones… el fenómeno se llama pareidolia y hace que, desde un determinado punto de vista, las cosas puedan llegar a parecer muy diferentes a la realidad…

Sin embargo, en este caso hay poco misterio. La “flor de Marte” no es más que un pequeño saliente de roca modelado por la acción de la erosión.

¿Erosión en Marte? Pues sí, claro… Aquí en la Tierra estamos acostumbrados a las fascinantes formas que la erosión del agua modela en el paisaje. Su laborioso trabajo, realizado durante largos periodos de tiempo, consigue dar forma al planeta, desde el Gran Cañón del Colorado hasta la más pequeña piedra de río.

En el cráter Gale donde se encuentra el Rover Curiosity actualmente no hay agua, pero sí la hubo en épocas pasadas. Además, Marte cuenta con un importante elemento erosionador: el polvo.

La atmósfera de Marte es ligera y tenue pero cuenta con gran cantidad de polvo rojizo, que por otro lado le da ese color al ambiente en el planeta marciano. La acción del viento cargado de polvo durante miles, cientos de miles e incluso millones de años han modelado las más curiosas formas en el paisaje, incluida esta pequeña roca y su curiosa forma.

Por otro lado, algunos medios han señalado que esta formación rocosa podría ser metálica debido al aparente brillo que aparece en la fotografía. Sin embargo, la propia NASA ya ha negado este punto señalando que se trata de un efecto causado simplemente por la perspectiva y la forma en la que la luz ilumina el saliente.

Esta pequeña formación rocosa es curiosa por efecto de la pareidolia pero no es más extraña que los cientos y cientos de rocas que ya hemos visto en otras fotografías… Recordemos que nuestra imaginación es capaz de unir puntos y ondulaciones del terreno haciendo que veamos las más extrañas formas, desde una sirenita hasta un elefante.

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