Los Simpsons lo han hecho de nuevo, esta vez la predicción acertada fue una victoria de los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang. Se trata de la primera medalla de oro olímpica para el equipo de Estados Unidos en curling. Lo hicieron hace ocho años en el episodio 12 de la temporada 21, “Boy Meets Curl”. En dicho capítulo Homero, Marge y el Profesor Skinner compiten en los Juegos Olímpicos de Invierno y en la final se enfrentan a Suecia. En el último suspiro Marge con el hombro lesionado consigue la medalla de oro.
The Simpsons has now predicted the US curling gold over Sweden, President Trump, Disney buying parts of Fox & the FIFA scandal pic.twitter.com/MEckskFDSW
No fue exactamente en la misma modalidad, pero sí en la misma disciplina. Y es que no se puede pedir tanto ¿no?
En un episodio emitido hace 16 años llamado “Bart to the Future“, la comedia animada predijo acertadamente que Donald Trump ganaría las elecciones y se convertiría en presidente de los Estados Unidos de América, pero que dejó al país en quiebra…
En lo que a deportes se refiere también predijeron el escándalo de la FIFA, el “FIFAGATE”.
¿Crees que es casualidad o los creadores de Los Simpsons saben algo que usted y yo no sabemos?
Amor, amor… El amor es el término utilizado para resumir en una sola palabra una sensación muy difícil de explicar. Al igual que el arte pareciera depender de la percepción de cada uno y como la ciencia o la filosofía, el hombre se empeña en descifrarlo y descubrir su verdadero significado con mucha frecuencia. Sin embargo, por más complejo que resulte, numerosos son los escritores, artistas o filósofos que han escrito sobre él. Aunque sus descripciones sean bastante diferentes y dependan de la época o del contexto en el que fueron postuladas.
Les presentamos algunas de las ideas atemporales memorables sobre el amor, extraídas de cientos de años de historia de la literatura:
Para Kurt Vonnegut, en Las sirenas de Titán “amar es todo el que esté cerca para ser amado“. Y para Anaïs Nin, en Correspondencia de Anaïs Nin y Henry Miller “el amor no es sino la aceptación del otro, sea quien sea“. Stendhal (pseudónimo de Henri Beyle) escribió en su libro De Amor que “el amor es como una fiebre que va y viene independientemente de la voluntad”, además de aclarar que “no hay límites de edad para el amor“.
Tal vez el amor es como Charles Bukowski, afirma en su obra, Un perro del infierno: “el amor es algo así como cuando ves una niebla por la mañana, cuando te despiertas antes de que salga el sol. Sólo un poco de tiempo… y se esfuma. El amor es una niebla que se quema con la primera luz del dia de la realidad“.
O cómo en su libro Verdades Amargas que No Puedes Evitar, Rábano Picante:, dice: “el amor puede cambiar a una persona la forma en que un padre puede cambiar a un bebé – torpemente, y a menudo con desorden“.
Una de las frases más célebres y filosóficas es la planteada por Susan Sontag, en su libro La conciencia uncida a la carne: “no hay nada misterioso, en las relaciones humanas. Salvo el amor“. Dejando así claramente su postura de la indescifrabilidad del Amor.
Shakespeare, nos revela que “el amor no se ve con los ojos, sino con la mente“. En su obra: El sueño de una noche de verano y Ambrose Bierce, en Diccionario del Diablo, dice que “el amor es una locura temporal curable por boda“.
El Amor a través del tiempo
El filósofo y matemático Bertrand Russel, en La conquista de la felicidad, afirma que “de todas las formas de precaución, la cautela en el amor es tal vez la más mortal de la verdadera felicidad“.
Y Fedor Dostoievski, en Los hermanos Karamazov da una definición un tanto pesimista, pero igualmente bella: “el amor es el sufrimiento de no poder amar“.
El biólogo evolucionista Richard Dawkins en una carta a su hija de diez años de edad, explica la importancia de la evidencia en la ciencia y en la vida: “las personas a veces dicen que hay que creer en los sentimientos, con lo cual nunca podrías confiar en cosas como ‘mi mujer me ama’. Pero es un mal argumento. No puede haber muchas pruebas de que alguien te ama. Durante todo el día, cuando estás con alguien que te ama, se ven y se oyen un montón de pequeños fragmentos de pruebas, y todos ellos se suman. No es el interior de un sentimiento, algo como lo que los sacerdotes llaman revelación. Hay cosas que están fuera para respaldar las sensaciones del interior: mira a los ojos, fíjate en la voz, en los pequeños favores y bondades; todo esto es una evidencia del amor“.
El autor español Paulo Coelho en El Zahir: Una Novela de Obsesión afirma que “el amor es una fuerza salvaje. Cuando tratamos de controlarlo, nos destruye. Si intentamos aprisionarlo, nos esclaviza. Si creemos entenderlo, nos hace sentir perdidos y confundidos“.
Quizás la mejor descripción del Amor, para éste humilde servidor, sea la de Antoine de Saint-Exupéry, en La Odisea de aviador: Vuelo nocturno / Viento Arena y Estrellas / Piloto de guerra: “el amor no consiste en mirarse el uno al otro, sino en mirar juntos en la misma dirección“.
La explicación científica del Amor
Finalmente, una descripción del Amor que muchos consideran la más acertada. Louis de Bernières en La mandolina de Corelli nos dice: “el amor es una locura temporal, irrumpe como un volcán y luego desaparece. Y cuando se desploma, tienes que tomar una decisión. Hay que volver a tus raíces por lo que has entrelazado, porque eso es el amor. El amor no es una falta de aire, no es emoción, no es la promulgación de las promesas de la pasión eterna, no es el deseo de aparearse cada segundo y minuto del día, no es estar despierto por las noches imaginando besar todos los rincones de su cuerpo. No. Eso es sólo ‘estar enamorado’, algo que cualquiera puede hacer. El amor es lo que queda cuando el amor se ha quemado, y es a la vez arte y un afortunado accidente“.
Durante siglos y a pesar de 500 años de influencia de la cultura occidental, los mayas, han mantenido la costumbre de leer su destino a través de semillas de colorín y de maíz, recibir señales divinas mediante palpitaciones en su propio cuerpo y de descifrar los designios de los dioses en los días «parlantes» del calendario.
Incluso hasta nuestros días, los sacerdotes de los Altos de Guatemala son capaces de percibir la realidad oculta mediante el estudio del tiempo y del calendario sagrado, utilizando para ello, técnicas de interpretación.
El hombre y los calendarios
Los calendarios no sólo son herramientas de medición del tiempo, sino también magníficos instrumentos de conexión entre el tiempo cósmico y el tiempo humano.
Son puertas que le permiten al hombre acceder a los misterios del cosmos y al mismo tiempo acordar los compases de las actividades humanas a los ritmos de los astros.
Éste es también el caso de los calendarios mesoamericanos, que siguen vigentes en muchas comunidades de esta región cultural, ya sea como medición del tiempo o como ventana de observación del mundo.
De los tres calendarios usados en la época prehispánica, el tun de 360 días, el jaab de 365 días y el tsolk’iin de 260, los dos primeros fueron suplantados casi completamente por el calendario gregoriano y por las festividades marcadas por los santos católicos.
En algunas comunidades del área maya, las actividades rituales se realizan según los augurios positivos o negativos de los días de la semana cristiana.
Por ejemplo, no se pueden curar mujeres embarazadas ni el martes ni el viernes, según la implicación negativa de estos días en Europa, ya que «en martes o viernes, ni te cases ni te embarques».
Por otro lado, estos días específicos están dedicados a ciertas ceremonias, como la lectura del huevo o las limpias y las sobadas en Yucatán.
La adivinación Maya
La base de la adivinación entre los pueblos mayas actuales, sobre todo en las tierras altas de Guatemala, esta en la interpretación de los 20 signos calendaricos llamados genericamente como way o doble anímico.
El elegido es entrenado por nueve meses es decir los 260 días a fin de obtener el sagrado titulo de Ah Kin o sacerdote del tiempo.
Al final por medio de una ceremonia donde se coloca un altar con 20 conjuntos — atoles acompañados de sus panes y respectivas velas— con otros 5 al centro dispuesto como el glifo del sol o del dia lamat de este calendario—donde se aprecian las posiciones solares relevantes del tránsito solar a lo largo del año— que se acompañan además de una cruz de madera y los implementos de adivinación del futuro adivino: collar y aretes de jade, un saumerio, las semillas de colorines (tzité), las piedras y cuarzos, poom (incienso) y sonajas; todo dispuesto sobre un pequeño mantel del color correspondiente con el dia de nacimiento del aspirante. Al final de la ceremonia que dirige un Ahkin anciano se le entrega al nuevo adivino sus instrumentos en un bulto llamado baraj; a partir de ese momento acepta su responsabilidad de interpretar los designios del cielo.