Un espíritu o espectro pasando de un cuerpo a otro mientras dos personas se cruzaban en el camino de un centro comercial, fué captado por una cámara de seguridad.
En la secuencia extraída de Yahoo paranormal. Se ve como una especie de «alma», deja un cuerpo desplazandoce hacia un lado e incorporándose a otro.
La acción no demora más de varios segundos pero se logran apreciar leves movimientos entre los cuerpos.
Algunos expertos en el tema paranormal, afirman que cuando las personas mueren, su espíritu vaga en busca de la luz que lo conduzca a la paz eterna.
Además, agregan que los seres que andan vagando, prefieren captar las energías positivas de las personas. Cuando los desgastan salen del cuerpo en busca de otras energías que los alimenten.
Suele aparecerse por el Noroeste de la Provincia de Córdoba, en los pequeños poblados de las estribaciones de las Sierras Grandes, poco antes de las Salinas de Catamarca. Se trata del alma de una chancha (cerdo), envuelta en cadenas.
Desde los departamentos de Ischilín, hasta el noroeste de Tulumba y Sobremonte, ésta increíble aparición le quita el sueño a más un creyente de los mitos de nuestro país. Pero hay quienes aseguran que alguna vez fue vista en Río Seco (a los bañados previos a la Mar de Ansenuza), a toda la largura este-oeste de Tulumba y hasta a Barranca Yaco y Mula Muerta, al sur del tradicionalista departamento Totoral.
«Chancha con cadenas, pintura de Inés de Iróstegui»
De cualquier modo, es un hecho que el epicentro de la Chancha ha estado siempre en Ischilín, en el triángulo formado por Quilino, Los Cadillos y San José de las Salinas; y ha sido precisamente en Quilino y Villa Quilino, separadas por las vías, en donde se ha presentado con mayor frecuencia.
La Chancha con Cadenas tiene siempre dos versiones: en algunos casos se trata de una cerda diabólica, enteramente renegrida, que emprende desquiciadas carreras en medio de la noche causando el mal a quien la encara, para otros, en cambio, es simplemente un alma en pena, de color negro, rojo o bayo, que ronda lastimera en las tormentas nocturnas, plañendo su desgracia.
Todos coinciden en que se trata del ánima de una mujer maldita, que arrastra sus cadenas y purga sus pecados (y hay también acuerdo total en su elusividad, ya que se sabe que, si se la quiere ver y se la busca, se desvanece; y se desvanecen también los estrépitos de su carrera espectral).
Especialmente espeluznantes son los relatos de los que la oyeron en Quilino y San José de las Salinas; en estas poblaciones, cruzadas por el ferrocarril, se la supo ver por los durmientes, en las noches de plenilunio y luna nueva, echando un chisperío al contacto de sus cadenas con los fierros de las vías, perseguida por sus fuegos, llorando desbocada.
Sin embargo, no sólo al Norte y al Oeste de la intrincada geografía de la provincia, dejó la Chancha sentir su tenebrosa huída: pobladores de detrás de las montañas, dicen que en Caminiaga y Cerro Colorado, también se la ha visto u oído.
Y que en noches aborrascadas de primavera, cuando ululaba el Pampero, o en oscuras madrugadas intolerables, cuando empezaba a zondear, rodeaba las iglesias y los cementerios y al ruido de sus eslabones malditos, las viejas se persignaban y los niños se hundían más entre sus mantas…. y había aún quien le encendía velas, para espantarla o pedir la Santa Intercesión para el perdón de sus faltas.
Cuando a principios de 1980 el gobierno decidió de facto retirar el ferrocarril que iba al Oeste, hacia Catamarca, las poblaciones languidecieron: San José, Quilino, San Pedro, Jaime Peter, Chuña, Huascha, La Juanita, la ciudad misma de Deán Funes y otras muchas, decayeron penosamente.
Paulatina desaparición de la Chancha con Cadenas.
Actualmente, todo el norte y la zona de frontera comprendida entre las Salinas Grandes y las Salinas de Ambargasta, y de Sumampa, declinan poco a poco, asediados por la crisis, la incomunicación y los depredadores con cédula legal.
Ya no se oyen los ferrocarriles ni el sollozo del crespín en las ramadas; escasean el monte, los delicados guazunchos, los pecaríes, los pumas, las palmeras; los antiguos pobladores, despojados, emigran a los márgenes ominosos de la ciudad capital.
Entre las pavorosas hojas de la soja mutante, como en las praderas de algún planeta extraño, sólo se escucha, desolado, el ulular del viento y, muy de vez en cuando, las carreras fantasmas del Almamula y de la Chancha con Cadenas, que se resisten a migrar.
El gato era considerado «un Dios» en el antiguo Egipto.
Los gatos es uno de los animales mas misteriosos y que mas enigmas esconden desde la antigüedad. En los tiempos del Egipto antiguo se les veneraba como a los dioses y se les consideraban protectores de la familia. El nombre dado por los egipcios al gato era «Miw» su significado era (ver).
Los egipcios solían colocar estatuas de gatos fuera de sus casas, por que según las creencias egipcias los gatos podían impedir la entrada de espíritus malignos y se les consideraba que poseían poderes mágicos y de protección, según estas antiguas creencias se decía que el gato «todo lo ve».
Varios fueron los dioses con apariencia de gato en el Antiguo Egipto. La diosa Bast representada con cabeza de gato era la encargada de la fertilidad. Mientras que la diosa Sekhmet que también tenía forma de gato, representaba las fuerzas destructivas de lo divino, la negatividad , representada en la guerra, la peste y la venganza.
Datos curiosos relacionados con el amor y respeto por las imagenes del felino, es que en Egipto se penaba con la pena capital a quien matase un felino. Se les trataba como auténticas deidades, recibían los máximos honores posibles y así recibían el gran privilegio de ser momificados cuando fallecían. También se guardaba un largo luto como si de un familiar se tratase.
El gato durante la época medieval y el siglo XVII
Durante la época Medieval, el gato se considero ” un animal maléfico”. Fiel compañero de las brujas simbolizaba todo lo oscuro, lo mágico e irracional. Incluso se tenía la creencia que las brujas tenían el poder para convertirse en gatos (aelurantropia) para cometer sus fechorías, o incluso se creía que muchos gatos habían sido humanos y ahora eran víctimas de los conjuros de brujas.
La idea de relacionar al gato con lo maléfico llegará hasta nuestros días con la superstición del “gato negro” que según la tradición popular otorga mala suerte a quien se cruce con el.
Durante el siglo XVII se creía que enterrar un cadáver de felino durante la edificación de los edificios, lograría una protección contra los malos espíritus y la mala suerte. Prueba de ello, son los restos de estos animales que se han encontrado en numerosos edificios de la capital londinense, como en el subsuelo de la emblemática Torre de Londres por ejemplo.
Los gatos, un «cuadrúpedo mágico» y un excelente «psíquico».
El gato posee evidentes cualidades. Es un animal resistente, rápido, hábil, más salvaje que doméstico, de feroces uñas, que está envuelto en un halo de permanente esoterismo. Según la superstición popular, el gato tiene siete vidas. Al agotar la última, en la séptima, se cree que se convierte en humano.
Esotéricamente hablando, se cree que los gatos se nutren de energías negativas. Por ello se sientan y descansan en determinados lugares del hogar donde captan estas impregnaciones, transformándolas y eliminándolas finalmente de la casa.
También se cree que el ser humano puede descargarse de éstas malas vibraciones acariciando simplemente el lomo del felino; al igual que puede ser muy útil también para descargar la negatividad de las cartas de Tarot.
Los gatos son considerados grandes “psíquicos” por naturaleza. Son capaces de desarrollar un fuerte lazo mental con sus propietarios y así pueden predecir cuando sus amos están a punto de llegar a la vivienda o por el contrario adelantarse a acontecimientos funestos relacionados con sus amos.
El gato es un ser especialmente dotado en el plano esotérico y ocultista. Es muy útil para percibir presencias, entes y espíritus. Tiene un especial talento para captar diferencias en los campos magnéticos así como son mágnificos para indicar alteraciones eléctricas. Debido a su alta sensibilidad, a su fino olfato y agudo oído, son capaces de percibir imperceptibles ruidos o sensaciones casi inaudibles o inapreciables para los sentidos del ser humano. Nuestros ojos y oídos humanos se volverían locos si pudiéramos llegar a procesar todo lo que este animal es capaz de captar. Su agudizado sexto sentido hace de este animal un ser casi único en este sentido.
Los poderes terapéuticos de los gatos.
Según numerosos estudios científicos está comprobado el poder curativo y sanador de los gatos. Acariciar a un gato elimina el stress, elimina la negatividad y mejora el nivel cardiaco, aportando calma y quietud, contribuyendo a la salud física y psíquica del ser humano.
Según un estudio de 2009 de la Universidad de Búfalo se comprobó que con la compañía humana los gatos producían cantidades reducidas de la hormona del estrés cortisol. Lo cual beneficiaba tanto a felinos como a humanos. Los pacientes tratados en el estudio que adoptaron gatos mejoraban sustancialmente sus valores cardiacos y mejoraban sus niveles de presión arterial, con unos niveles que superaban el uso de medicamentos.
Dados los buenos resultados en laboratorio, el uso de la Zooterapia, o el tratamiento de enfermedades con la ayuda de animales, se desarrolla con rapidez. Cada día son más patentes los beneficios que estas mascotas proporcionan para el tratamiento de un amplio abanico de enfermedades. El uso de los gatos, por ejemplo, mejora ciertas dolencias en especial enfermedades como la demencia senil y el Alzheimer.
Los últimos estudios científicos efectuados por el Centro de Investigación de Interacción Humano-Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Missouri han demostrado que tener un gato ayuda a las personas con problemas de hipertensión y riesgo de sufrir un infarto a reducir el estrés, mejorar la presión sanguínea y generar estabilidad mental.
Al acariciar el pelaje suave de estas mascotas y generarse el ronroneo del animal, los seres humanos consiguen ir reduciendo sus niveles de y calmando la ansiedad, del mismo modo que algunos psicólogos y terapeutas recomiendan el uso de bolas, peluches y accesorios antiestrés.
Según la doctora Elizabeth Von Muggenthaler, especialista en bio-acústica, el ronroneo del gato es muy útil para acelerar la curación. Se comprobó, por ejemplo, que el ronroneo vibraba en un frecuencia óptima para acelerar en concreto la curación de los huesos. Así pues se demostró que “El tipo de frecuencias que es encontrado en el ronroneo del gato es bueno para la curación del músculo, el tendón, y las heridas de los ligamentos, también como para el fortalecimiento y la tonicidad muscular. Son buenas para cualquier tipo de herida de las coyunturas, curación de heridas, reducción de la infección y la hinchazón, alivio del dolor, y alivio de la enfermedad crónica pulmonar”.
El Dr. June McNicholas concluyó que las mascotas ,y en sepecial los gatos, ofrecen compañía y apoyo emocional, a la vez que realzar nuestras interacciones sociales con otras personas.