Japón anda muy intrigado con una serie de barcos que últimamente aparecieron en sus costas, cargados de esqueletos sin cabeza y de cadáveres en estado de putrefacción, que han dado lugar a diversas hipótesis, todas relacionadas con Corea del Norte.
«Un barco de madera retirado del puerto de Wajima el 21 de noviembre de 2015, tras aparecer misteriosamente, como muchos otros, a la deriva y con cadáveres a bordo. Se cree que pueden venir de Corea del Norte»
Desde octubre aparecieron al menos 14 botes, algunos muy dañados o volcados, con más de veinte cadáveres a bordo.
Una serie de indicios dan a creer que se trata de barcos fletados por disidentes norcoreanos deseosos de huir de su empobrecido país, aunque también podría tratarse de pescadores enviados por el gobierno de Pyongyang para faenar en aguas remotas y traer más comida a casa. Continuar leyendo «Misteriosos barcos fantasma cargados de cadáveres aparecen en Japón»
En una escuela del Reino Unido en la que se usaba un modelo para enseñar anatomía a los alumnos, todos se sorprendieron al descubrir que en realidad se trata del esqueleto de una persona de verdad.
Este saco de huesos, llamado cariñosamente Arthur, fue utilizado por el equipo de profesores de la escuela secundaria Haydock en lecciones de arte durante los últimos 40 años.
Sin embargo, hace algún tiempo la profesora de arte Sandra Dixon empezó a sospechar que el esqueleto era algo más que una herramienta prostética y comenzó a investigar.
Sandra contactó con un enterrador local para hacer unas pruebas y descubrió que Arthur en realidad era un hombre de la India con poco menos de 30 años que murió en la primera década del siglo XX.
No se sabe si viajó al Reino Unido con vida o si lo hizo como esqueleto.
Ahora, pasados ya 100 años de su muerte, Arthur ha sido preparado para darle la digna sepultura que merece. Bill Craddock, del Servicio Funerario de Haydock, se ofreció a disponer todo lo necesario para un funeral, incluido un ataúd de mimbre, un coche fúnebre y portadores gratuitos.
Arthur finalmente recibirá una despedida adecuada en el bosque-cementerio Greenacre de Rainford, situado en el Gran Mánchester.
Keely Thompson, responsable de marketing y mediadora con la comunidad en Greenacre, dijo lo siguiente: “Estamos encantados de proporcionar un lugar para que Arthur pueda descansar definitivamente. Es un bonito lugar para ser enterrado”.
Al funeral asistirán el personal y los alumnos de la escuela Haydock.
Es relativamente difícil perderse sin dejar rastro, por lo menos en la actualidad. No obstante, la historia cuenta con una serie de ejemplos de personas (y grupos) que aparentemente lograron esfumarse.
Muchas de estas historias resultan inspiradoras para la ciencia ficción y dan lugar a teorías paranormales, incluyendo desde fantasmas hasta monstruos marinos, pero, aunque las respuestas están lejos de ser triviales, no las tenemos (aún).
La colonia Roanoke
A finales del siglo XVI más de 100 colonizadores aparentemente desaparecieron de la isla de Roanoke, parte de lo que hoy es Carolina del Norte. Los colonizadores habían llegado en 1587 bajo la dirección del inglés John White, un amigo de Sir Walter Raleigh, y formaban parte del segundo (aunque algunos dicen que el tercer) intento de asentarse en la zona. Durante los primeros días de la colonia parecía reinar la alegría (la hija de White dio a luz al primer hijo inglés nacido en el Nuevo Mundo aproximadamente un mes después de haber llegado) y el dolor, al deteriorarse las relaciones con los nativos americanos. Cuando las cosas empezaron a ponerse muy mal, no mucho tiempo después de que la colonia se iniciara, White fue persuadido para regresar a Inglaterra para conseguir refuerzos y suministros.
Por desgracia, las tormentas y una guerra con España retrasaron el regreso de White hasta tres años después de haberse ido. A su regreso a la isla de Roanoke, no encontró rastro alguno de su familia o de los demás colonizadores. Las únicas pistas sobre su paradero parecían ser las letras «CRO», grabadas en un árbol, y la palabra «Croatoan» que estaba grabada en el poste de una valla. White había dejado instrucciones diciendo que si los colonizadores se mudaban, debían dejar un signo grabado del lugar al que iban y, si estaban en peligro, debían añadir una cruz. White no encontró una cruz, pero sí halló un gran desorden de pertenencias rotas y estropeadas. Se cree que los colonizadores se habían ido a vivir con la amigable tribu Croatoan, pero el mal tiempo y otros contratiempos le impidieron ir a la isla donde vivía la tribu (hoy llamada Hatteras Island) para comprobarlo. White nunca logró ponerse en contacto con los colonizadores y nada más se supo de ellos.
En la actualidad, algunas personas creen que los colonizadores se integraron en las tribus locales, pero la teoría aún no fue demostrada. En las excavaciones arqueológicas en Hatteras Island se descubrieron artefactos europeos de finales del siglo XVI, pero eso no prueba que los colonizadores se trasladaran ahí, ya que los artículos podrían haber sido adquiridos por medio del comercio o por el saqueo. Investigaciones más recientes apuntan a un sitio llamado Merry Hill en Albemarle Sound. En agosto, los arqueólogos explicaron que la concentración y fechas de objetos europeos encontrados en el lugar terminaron por convencerlos de que al menos algunos de los colonizadores “perdidos” de Roanoke llegaron allí, pero probablemente fueron menos de una docena.
¿Dónde está el resto? Se dice que el jefe Powhattan le dijo al capitán John Smith, líder de la colonia de Jamestown, que había masacrado a los colonizadores porque estaban viviendo con una tribu que él consideraba hostil, pero los historiadores tienen sus dudas al respecto. También es posible que algunos o todos los colonizadores hubieran escapado en una de las pequeñas embarcaciones que White dejó y perecieran en el mar (tal vez en un intento de regresar a su patria o de encontrar una nueva).