Voces del más allá: Que son las psicofonías?

Una Psicofonía es un sonido registrado en una cámara de video, una grabadora de sonidos o en un aparato destinado al almacenamiento de sonidos. Con la particularidad de que dicho sonido no es percibido por el oído humano, sino slamente por la máquina. Generalmente solo son voces, pero suelen escucharse gritos, coros, animales o susurros. Algunos investigadores de sucesos paranormales, vinculan a las psicofonías con el fenómeno parapsicológico de la transcomunicación instrumental (TCI), que es el sistema de comunicación con hipotéticos seres o entidades que solo podemos percibir mediante aparatos.

Historia de las Psicofonías en la Wikipedia.

El supuesto fenómeno fue descubierto de forma casual. Existen numerosas teorías e historias respecto a cómo, quién y dónde habría sucedido esto. La historia más aceptada es la de que el impulsor de su existencia fue un productor de documentales y cantante de ópera, Friedich Jürgenson, nacido el 8 de febrero de 1903 en Odesa. En las vacaciones del verano de 1959, estando junto a Mónica, su mujer, intentó registrar el canto del pájaro pinzón para realizar un documental. Dispuso para ello un pequeño magnetofón cerca de un bosque a las afueras de su casa y guardó silencio mientras el sonido de los pájaros se registraba en el aparato, haciendo varias tomas. Decidió escucharlas dentro de la casa, reprodujo la cinta y comenzó —según él— a escuchar lo grabado y comprobar que no se había producido ningún error. El audio era nítido y se escuchaba a la perfección el trinar de los pájaros, pero comprobó que en la grabación aparentemente alguien imitaba el trinar de los pájaros, estropeando la toma, para después escuchar la voz de alguien hablando en noruego, haciendo comentarios sobre el trinar del pinzón. Desechó la grabación, pensando que alguien se había introducido dentro de la zona donde él estaba, sin que Jürgenson se percatara de ello. Al día siguiente repitió la operación de grabado, en la misma zona, poniendo cuidado de que nadie anduviera a varias decenas de metros del aparato, y de nuevo, al reproducir la grabación, junto al canto del pinzón, una nueva voz se escuchaba perfectamente, pero en esta ocasión creyó reconocer la voz de su madre, fallecida, diciéndole algo que sólo ellos conocían: el nombre cariñoso y familiar con que su madre le llamaba. Según Jürgenson, en la grabación se escuchaba algo así: Friedel… mi pequeño Friedel… ¿Puedes oírme?.

Así comienza la grabación, análisis y divulgación del seudofenómeno por todo el mundo. Entre los que lo han estudiado están Hans Bender, Konstantine Raudive (compañero de investigación de Jürgenson, quizás quien más aportó al tema, hasta el punto de que las psicofonías también son conocidas como voces de Raudive), Theodor Rudolf, H. Heckman, G.W. Meek, P. Jones, Klaus Schereiber, Ken Webster, el matrimonio Harsch-Fischbach, Hans Otto Koening y dentro del panorama español, Sinesi Darnell, Germán de Argumosa, Pedro Amorós, Fernando Jiménez del Oso y Francisco José Fernández «El Becario», quien fue capaz de captar una impresionante voz que dice «Ta reflejao», y que está siendo analizada por científicos de todo el mundo. [Fuente: Wikipedia]

Precedentes de la Transcomunicación instrumental (TCI).

Un caso conocido y muy curioso es el de Thomas Alva Edison, con 1903 patentes de inventos, entre los que más se detacan el fonógrafo, la bombilla eléctrica incandescente, el micrófono y el cinematógrafo. Edison estaba convencido de que si durante nuestra existencia gozaramos de una personalidad, una vitalidad y unos pensamientos, tras la muerte, éstas características del individuo le acompañarían, y mediante algún aparato se podría establecer un contacto entre nuestro mundo y el lugar donde residiera el individuo fallecido. Algunos de sus camaradas científicos lo tacharon de loco, pensando que por su edad el cerebro habría creado una especie de autodefenza al intentar mantener contactos con el más allá. Pese a sus investigaciones, falleció antes de conseguir resultados satisfactorios, pero dejó una brecha que posteriormente, como veremos, fue seguida por muchos.

A lo largo de la historia han sido muchos los abocados al tema de la Transcomunicación Instrumental y quienes abocan largas horas del día a grabar psicofonías. A continuación un listado de sitios interesantes desde los que se pueden oir y descargar algunas de las psicofonías más conocidas.

Escuchar Psicofonías.

Explicaciones al fenómeno de las Psicofonías.

Entre las posibles explicaciones científicas se destaca la teoría de las interferencias radioeléctricas. Se han obtenido psicofonías utilizando aparatos grabadores instalados dentro de jaulas de Faraday, que anulan en gran parte las interferencias radioeléctricas, pero no totalmente. Tradicionalmente se ha esgrimido este argumento para desechar la posibilidad de que las interferencias radioeléctricas sean el origen de algunas psicofonías, aunque en la práctica las jaulas de Faraday no son un blindaje perfecto contra las interferencias. Tambien se atribuye el fraude de algunas psicofonías a una especie de ventriloquía subliminal.

EL enigma sigue vigente y como la mayoría de los misterios a los que la ciencia no ha sabido dar una explicación concreta, va recolectando a su paso seguidores y detractores a lo largo y ancho del planeta.

La misteriosa enfermedad del Hombre Arbol.

Se llama Dede y es un pescador de Indonesia. Hace algunos años comenzaron a crecerle, literalmente, raíces en las manos y en los pies sin que la ciencia actual pudiera dar una explicación racional a un fenómeno del cual no existía precedente alguno hasta el momento.

El extraño caso dio la vuelta al mundo y un dermatólogo norteamericano logró descifrar la misteriosa enfermedad que afecta al hombre árbol. Dede, que tiene 35 años, sufre un extraño mal que le provoca el crecimiento de «raíces» en todo el cuerpo.

Su problema comenzó cuando de adolescente tuvo un accidente y debieron operarlo en una rodilla. A partir de ese momento, y por un motivo desconocido, comenzaron a crecerle esas extrañas raíces que se esparcieron rápidamente por su cuerpo, especialmente en sus manos y sus piernas.

Su vida cambio para mal, ya que con ese problema todos empezaron a mirarlo mal. Lo echaron de su trabajo, e incluso su mujer lo abandonó, dejandole ademas los dos hijos que ambos tenian. Los habitantes del pequeño pueblo donde reside, que lo apodaron «el hombre árbol», a menudo se burlaban de él.

En esas condiciones, y sin siquiera poder realizar las más básicas tareas de su hogar, Dede tuvo que criar como pudo y en la más absoluta pobreza a sus dos hijos adolescentes. Para ello, se unió a un circo donde la gente pagaba por verlo.

Después de varios años de acudir a médicos de su región, y que uno tras otro le dijeran que su enfermedad no tenía cura, el caso dio vuelta al mundo y llegó al doctor Antonio Gasspari, de la Universidad norteamericana de Maryland.

Según el investigador, Dede tenía una enfermedad genética que impedía a su sistema inmunológico combatir a un virus que «secuestraba la maquinaria de las células de la piel» y les ordenaba producir cantidades masivas de verrugas que le daban ese aspecto parecido a las raíces de un árbol. «La probabilidad de tener su deficiencia es menos de una entre un millón», indicó el especialista, quien aseguró que en seis meses «podrá vivir una vida más normal».

Despues de 20 años, de vivir con ésta terrible carga, Dedé fue sometido a cuatro operaciones exitosas que le permitirán rehacer su vida y volver a trabajar normalmente.

Hoy, Dede puede utilizar una vez más sus manos y caminar sin dolor.

Jack El Destripador

En el otoño de 1888 se sembró el terror en las calles del East End de Londres. Durante 10 semanas este barrio fue el escenario de una serie de crímenes, lo que años más tarde fue denominado el «otoño del terror», nombre con el que bautizó un autor de la época a estos días sangrientos, que conmovieron hasta a la reina Victoria, quien encomendó al Ministro del Interior en un documento, que era prioridad apresar al asesino de prostitutas.

Es así como los crímenes perpetrados por el siniestro personaje Jack The Ripper (nombre con el cual firmó las cartas que enviaba a Scotland Yard) se pierden en las transitadas calles de una marginal zona de Londres y llenan de espanto y conmoción a una sociedad victoriana que nunca supo, en definitiva, quien fue en realidad «El Destripador«.

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