En la noche del 28 de Julio de 1900, el rey Humberto I de Italia cenaba con su ayudante en un restaurante de la localidad de Monza, donde debía presenciar una competencia de atletismo al día siguiente. Mayor fue la sorpresa del rey al observar que el propietario del establecimiento era idéntico a él. Por curiosidad, entabló conversación con él, descubriendo, durante la charla, que existían otras coincidencias entre ellos. El dueño también se llamaba Humberto; al igual que el rey, había nacido en Turín, y en el mismo día; y se había casado con una chica llamada Margherita el mismo día en que el rey se casó con su esposa, la reina Margherita. Además, había inaugurado el restaurante el día en que Humberto I fue coronado rey de Italia.
El rey quedó fascinado e invitó a su doble a que asistiera al concurso de atletismo con él. Pero al día siguiente, ya en el estadio, el ayudante del rey le informó que el dueño del restaurante había muerto aquella mañana después de que le hubieran disparado misteriosamente. Mientras el rey expresaba su pesar, un anarquista que surgió de entre la multitud disparó contra él y le mató.
Uri Geller
Lo primero que le llamó la atención fue el hecho de que Geller era un actor nato, y aunque el espectáculo, en general, decepcionó a Puharich, el último “truco” le impresionó más. Geller anunció que rompería una anilla sin tocarla, y una mujer del público ofreció una anilla de su vestido. Geller le dijo que la mostrara al público y después que la apretara con fuerza en la mano. Luego colocó su propia mano sobre la de ella y la dejó allí unos segundos. Cuando la señora abrió la mano la anilla estaba rota en dos trozos.
Después del espectáculo, Puharich preguntó a Geller si estaba dispuesto a someterse a varias pruebas científicas al día siguiente. Hasta aquel momento, Geller se había negado, pero aquella vez asintió. Continuar leyendo «Uri Geller»
Telequinesis
La telequinesis o telequinesia es una supuesta capacidad que posee la especie humana. Con ella, se supone que es posible desplazar objetos sin que intervenga ningún medio físico conocido. Asimismo, se han propuesto otros usos a la telequinesis, tales como la levitación, la modificación de su estructura, entre otros. Leer mas
Grabado inglés del año 1681, mostrando un caso de levitación sucedido entre gente no religiosa, de manera espontánea. Esta clase de fenómenos paranormales procuraba ser silenciada, porque se le asociaba con Satanás y la brujería. Mostrar discreción y no contar nada a nadie era la mejor manera de no ser enviado de inmediato a la hoguera. La telekinesia, es un fenómeno paranormal que algunos aceptan sin hacer preguntas y otros rechazan por muchas explicaciones que se les den.
La Telequinesis en la historia.
En 1515, se dice que el padre Francisco Álvarez escribió un curioso informe sobre algo que había visto en Etiopía cuando era secretario de la embajada de Portugal en ese país. En un monasterio situado en las montañas de Bidjian, halló una capilla santa, en cuyo centro flotaba una vara dorada, de unos cuatro pies de largo. Aquella vara era milagrosa: se encontraba allí desde hacía varios siglos, sin caer, sin moverse. Los peregrinos acudían a rendir adoración al objeto. El padre Alvarez, un varón tan serio como virtuoso, incapaz de mentir, afirmó a su regreso a Lisboa que no vio ningún truco para mantener en el aire el objeto.
Más adelante en el tiempo; Unos doscientos años, para ser preciso, visitó el mismo monasterio un cirujano francés; Charles-Jacques Poncet. Poncet había tenido noticias de ésta vara milagrosa a su paso por El Cairo y se desplazó a Etiopía para admirar la maravilla. Solicitó la autorización, al abad del monasterio, para investigar el milagro en busca de un engaño. Pasó una mano por debajo de la vara y luego por encima y por los lados. Pudo jurar que no estaba atada con hilos delgados a ningún sitio, ni sostenida de otra manera. Simplemente flotaba en el aire.
La vara seguía en el mismo sitio en 1763, cuando visitó el monasterio el explorador francés Guillaume Lejean. Después de él, nadie más volvió a verla. Desapareció por completo. ¿Deseaba el Abad que la capilla no se convirtiera en punto de atracción de visitantes curiosos y se llevó la vara, hasta un lugar secreto?
Estudios de telequinesis en la URSS.
A partir de la última guerra comenzó a estudiarse en la URSS este fenómeno, gracias en parte a los actos realizados por una joven llamada Nelia Mijailova que había recibido en el frente un casco de metralla. Una vez recuperada, se dio cuenta de que podía mover los objetos sin tocarlos, siempre que no fueran muy pesados. Informo de sus facultades a los científicos rusos y comenzaron a realizarle una serie de pruebas. Un biólogo de la universidad de Moscú, Eduardo Naumov, fue el primero en estudiar el caso de Nelia, y a él siguió Genady Sergeyev, del instituto Utomski de Leningrado, quien realizó algunas pruebas con un electroencefalógrafo. Vio que cuando realizaba aquellos actos de telequinesis se creaba un poderoso campo magnético en torno al cuerpo de la joven, mientras que el ritmo cardíaco subía de manera sorprendente.
Algunos años más tarde, apareció Nina Kulagina, cuyos extraordinarios dones fueron descubiertos en la década de los 60. Su esposo se había dado cuenta de que los objetos pequeños se movían al pasar ella por su lado. En el país había nacido gran interés por investigar los fenómenos paranormales, a partir de Nelia Mijailova y, sobre todo, de Rosa Kuleshova y la visión paraóptica. El 1967 se filmó a Nina Kulagina en acción y se dio a conocer la película en todo el mundo. Pero no se aceptó como prueba, ya que en el cine abundan los trucos.
La película mostraba un cigarro moverse sobre una mesa, abrirse una caja de fósforo y esparcirse éstos, agitarse por sí sola la aguja de una brújula. Por otra parte, la mujer poseía dotes telepáticas y podía provocar quemaduras a las personas y quemar un papel sin tocarlo. Los científicos viajaron a Leningrado para ver las habilidades de Nina en persona; Pero incluso así, se negaron a aceptar la veracidad del fenómeno.
Más tarde, un nuevo personaje aparecía en escena y demostraba sus habilidades paranormales; Boris Ermolaev, con quien la universidad de Moscú realizó curiosas experiencias a partir de 1973. Concentraba su atención en un objeto, hacía que se elevara y lo mantenía inmóvil en el aire. Sujetaba una pelota de ping-pong con las dos palmas, separaba las manos y la pelota seguía fija donde la había tenido. Los científicos dijeron de Boris que era capaz de crear un campo gravitacional, pero fue la única explicación al fenómeno que trascendió.
Estos actos han sido realizados también por algunos médium del siglo pasado, entre ellos Eusapia Palladino y el escocés D. D. Home A este último le resultaba muy sencillo elevar una mesa o sentarse en una báscula y perder peso. O mantener objetos en el aire, sin tocarlos.