¿Quién no ha oído hablar alguna vez del Yeti, cuya presencia entre las nieblas de las alturas llenó de espanto a muchos exploradores que ascendían las heladas cumbres de Himalaya?.
Desde que tenemos uso de razón hemos oído mucho sobre este increíble «monstruo», incluso hemos podido verlo, eso sí, en alguna película de cine. Pero, ¿existe de verdad el «abominable hombre de las nieves?, ¿cómo es?. Si lees esta página hasta podrás ver 2 fotografías del «supuesto» Yeti. Tu decidirás si crees o no.
La historia de las dos fotos de abajo viene de cuando el fotógrafo Anthony Wooldridge se hallaba en una misión en el Himalaya. Estando allí localizó unas pisadas bastante extrañas, y acompañado de un compañero y su cámara se pusieron a seguir esas pisadas a ver donde les llevaba. Wooldridge había oído las leyendas sobre el Yeti, le atraía el tema, pero nunca llegó a pensar que lo vería tan de cerca. Tras unos minutos de camino, y justo antes de llegar a un espeso «bosque» de árboles pudo ver con total claridad (y gran sorpresa), una criatura que sólo podía ser una bestia mitológica. ¿Sería el abominable hombre de las nieves?. Mejor será que eches un vistazo a las dos fotografías de abajo y seas tú el que decidas.
¿Osos?, ¿Hombres?, ¿Monos?, ¿restos del famoso eslabón perdido en la cadena evolutiva?. Los Yetis siguen siendo una incógnita en la historia de hombre. Si son los únicos descendientes de nuestros antepasados primitivos, ¿por qué no evolucionaron ellos también, paralelamente, con la raza humana?. Si componen una especie de simios superiores, ¿por qué fueron marginados a los lugares más inaccesibles?.
Estas y otras muchas preguntas quedarán en el aire hasta que algún día estos seres -hombres o bestias- aparezcan en la vitrina de un museo o en un reportaje de televisión, y los científicos nos expliquen el porque.
Es el Yeti un primo cercano de Pie Grande?
Muchos suelen confundir al Yeti u Hombre de las nieves con el mítico Pie Grande norteamericano, sin embargo, los criptozólogos hacen hincapié en este error señalando que el Yeti y Bigfoot, no serían una misma criatura ubicada en lugares distintos, sino que estarían emparentados de una forma u otra.
No se sabe a ciencia cierta cómo se dio este parentesco, sin embargo muchos hablan de una misma especie que quizá por las diferencias climáticas en uno y otro lado, desarrollaron características completamente distintas fácilmente reconocibles y diferenciadas.