Daphnia Pulex : Un notable crustáceo!

La evolución desde la óptica de pequeños animales.

Un equipo internacional de científicos ha logrado descifrar el mapa genético de un crustáceo muy particular. El Daphnia pulex, también llamado pulga de agua que tiene un tamaño casi microscópico. Es un animal muy pequeño pero es el que mayor número de genes posee entre todos los seres vivos.

Mas de la tercera parte de los genes del Daphnia pulex son completamente nuevos para la ciencia ya que no se encuentran en ningún otro organismo conocido. Esto se verá más adelante, cuando hablemos sobre la duplicación de genes.

Daphnia pulex es un artrópodo y por lo tanto constituido por los segmentos del cuerpo, pero éstos son difíciles de distinguir. Sólo pueden ser reconocidos por el apéndice(s) que llevan (sólo alguna vez un par por segmento), y mediante el estudio de la anatomía interna. La cabeza es distinta y está formado por seis segmentos que se fusionan, incluso como un embrión. Lleva el aparato bucal, y dos pares de antenas, el segundo par se amplía en los órganos de gran alcance usada para el aseo. No existe una división clara entre el tórax y el abdomen, que en conjunto tienen cinco pares de apéndices. La “concha” rodea al animal y se extiende posteriormente en un corto trecho a lo largo de la columna vertebral.

Daphnia pulex habita en una amplia gama de hábitats acuáticos, a pesar de que está más estrechamente relacionada con pequeñas piscinas. En los que habitan en lagos, que son oligotróficas, D. pulex tiene poca pigmentación, mientras que puede llegar a ser de color rojo brillante en eutróficos aguas libres, debido a la producción de hemoglobina. Continuar leyendo «Daphnia Pulex : Un notable crustáceo!»

La medusa inmortal: Descubren el único ser vivo que puede vivir eternamente

Desde tiempos remotos el ser humano han buscado el elixir de la Juventud eterna sin mayor éxtito en la tarea. Pareciera ser que estamos destinados a perecer, porque así es la ley natural de las cosas. Sin embargo, no todo en la naturaleza parece responder a ésta regla; Al parecer, existe un animal en el mundo que ha logrado salvarse del común destino de todos los seres vivos y que podría dar una esperanza para descubrir finalmente el secreto de la vida Eterna. Se trata de una especie de medusa llamada Turritopsis nutricula.

El Secreto de la Vida Eterna

Es un diminuto animal de apenas 0,5 centímetros y forma acampanada  que logra burlar a la muerte ya que una vez alcanzada su etapa adulta es capaz de volver a su forma juvenil de pólipo y volver a repetir su ciclo vital para alcanzar una segunda etapa de madurez, luego una tercera, una cuarta, y así sucesivamente hasta el infinito…

Los científicos investigan a fondo el mecanismo natural que hace posible éste milagro de la naturaleza. Los aportes obtenidos serían de una inconmensurable importancia para la medicina moderna.

Uno de los aspectos negativos de ésta enigmática característica, es que la población de ésta especie no ha parado de crecer, ya que prácticamente ninguno se muere por causas naturales, por lo que ahora esta medusa se encuentra en todos los océanos del mundo y ya no sólo en sus natales aguas caribeñas, lo cual significa una invasión silenciosa pero indetenible.

La historia de Oliver : El Simio Humano

Desde el nacimiento mismo de la teoría de la evolución y la selección natural promovida por Charles Darwin en el año 1859 a través de su Obra maestra «El origen de las especies…» la ciencia ha buscado el eslabón perdido; Esa pieza que nos conduce sin contradicciones a la verdad sobre nuetsros orígenes. En el camino, le han concedido ese honor a muchos fósiles de diferentes épocas, en su mayoría de simios, aunque siempre en vano.

Uno de los casos más curiosos es sin duda el de un chimpancé llamado Oliver. En el año 1960, éste simio había sido arrancado de su hábitad natural en el Congo Belga, siendo todavía muy joven, y adquirido posteriormente junto a otros dos simios por una pareja de artistas cirquenses de apellido Burger. Oliver pasó sus primeros años en la estancia que Frank y Janet Berger poseían en la pequeña localidad de Blackwood en Nueva Jersey.

Desde muy joven, sus adiestradores comprendieropn que Oliver no era un simio normal, ya que poseía cualidades inusuales entre los simios que ellos habían conocido. En principio Oliver poseía características físicas que diferían bastante de los otros simios. Caminaba erguido durante mucho tiempo, su cara era más plana, con una apariencia casi humana, poseía menos pelo, su hocico era menos pronunciado y sus orejas eran puntiagudas. Además de éstas cualidades poco usuales, el comportamiento de Oliver era distinto al del resto de los monos del lugar, incluso que cualquier otro animal que la pareja de cuidadores hubiera conocido antes.

Oliver era capaz de recibir órdenes complejas y ejecutarlas y prefería la compañía humana a la animal. Mientras vivió bajo la custodia de Frank y Janet Burger, Oliver daba con frecuencia de comer a los perros y realizaba otras tareas domésticas. Al finalizar, se relajaba tomándose una taza de café. Por las noches, se sentaba a ver la televisión, frecuentemente en compañía de uno de sus dos cuidadores. A veces, llegaba incluso a preparar un par de copas para Frank y para sí mismo. Además, nunca buscaba la compañía de otros chimpancés y cuando se veía obligado a separarse de sus amigos humanos, lloraba. Algunos científicos se hicieron eco de éste fenómeno y por un momento creyeron estar ante la presencia del primer «Humancé» (Un hipotético híbrido entre humano y chimpancé).

A finales de los setenta, el diario Los Angeles Times dedicó un artículo a Oliver anunciándolo como “un eslabón perdido” o una nueva subespecie de chimpancé.

Cuando Oliver alcanzó la madurez sexual, sólo le interesaban las hembras humanas y comenzó a demostrarselo a su dueña, fue tal vez por ese motivo que en el año 1975 la pareja decidió venderlo a un abodago de Manhattan, Michael Miller, quien estaba obsesionado con el chimpancé. A partir de ese día, Oliver comenzó a pasar de un dueño a otro y a deambular de un parque temático a otro hasta que finalmente nadie supo más de él.

Durante su estadía con Miller, fue visitado por científicos de gran reputación entre los que se encontraban: George Schaller, de la Sociedad para la Conservación de la Vida Salvaje y uno de los biólogos más conocidos del mundo, y Clifford Jolly, reputado antropólogo de la Universidad de Nueva York.

Oliver: El Simio Humano

Todos los medios de comunicación competían por contemplar «al presunto eslabón perdido». Para entonces, los científicos ya habían informado sobre las pruebas que le habían practicado a Oliver: Miller hizo caso de lo que quería escuchar e ignoró el resto. En esos momentos, ejecutivos de la Nippon Television Network, un poderoso canal de Japón, le ofrecieron una pequeña cantidad de dinero y financiar los estudios científicos adicionales. Entre ellos, pruebas genéticas, a cambio de retransmitir en exclusiva el resultado de las mismas. A Miller le pareció la oportunidad perfecta para determinar la verdadera naturaleza de Oliver y conseguir, de esa manera, algo de dinero. Continuar leyendo «La historia de Oliver : El Simio Humano»