Uno de los objetos más intrigantes de la civilización americana es sin duda la denominada Fuente Magna. Se trata de una vasija de piedra conocida también como Vaso Fuente, que fue descubierta en en 1950, en Bolivia, a unos 75 kilómetros de La Paz, en las cercanías del Lago Titicaca, por un agricultor local de apellido Manjón. En su borde interior está decorada con extrañas inscripciones jeroglíficas, mientras que en la parte externa hay raras formas antropomorfas y zoomorfas en bajorrelieve.
Para algunos, la Fuente Magna, hallada en la Hacienda Chua, cerca del lago Titicaca, es el equivalente de la piedra de Rosetta de la civilización americana. Para otros, sin embargo, se trata de una falsificación.
Los jeroglíficos que contiene la Fuente Magna, son muy similares a la escritura cuneiforme, que nos remonta a la Mesopotámica o Acadia, hace aproximadamente unos 5500 años (3500 a.C.). De manera que el descubrimiento, no deja de ser realmente sorprendente y a la vez extraño. ¿Qué hace un recipiente de piedra con caracteres cuneiformes a 3800 metros de altura, en las cercanías del lago Titicaca?
Los que sostienen la veracidad de éste descubrimiento, explican que los campesinos, propietarios de los terrenos donde se encontró la vasija, no podrían haber tenido nunca los conocimientos históricos y arqueológicos necesarios para tallar magistralmente un recipiente de piedra con caracteres cuneiformes irrepetibles, los cuales parecen mostrar realmente un extraño y remoto método de escritura.
El monolito de Pokotia
El monolito de Pokotia, es un descubrimiento más contemporáneo. Se trata de una estatua antropomorfa de aproximadamente dos metros de altura, descubierta por Bernardo Biados y otros investigadores cerca al lago Titicaca, en el 2002. Después de analizar detenidamente la estatua, se encontraron insólitas inscripciones jeroglíficas tanto en las piernas como en la espalda de la escultura, cuya similitud con las de la Fuente Magna, dejan abierta la posibilidad de un pasado totalmente distinto al que nos relatan los libros de historia.
Este «astronauta prehistórico», con rasgos faciales claramente mongoloides fue descubierto en Xochipala, Guerrero, México. Su origen es desconocido.
Se trata de una estatuilla esculpida en piedra arenisca rojiza, de unos 17 cm de altura y realizado entre los años 1150 y 100 a.C.
Durante muchos años se supuso que representaba a un rey sacerdote Olmeca, sin embargo, el casco, el cuello y las expresiones faciales son un tanto extrañas, casi con elementos propios de la tecnología moderna.
Durante la década del 30?, esta extraña figura estuvo exhibida en una vitrina del Museo de Arte Metropolitano de Nueva York, y fue visitada por miles de curiosos. Más tarde fue adquirida, para su estudio, por el Doctor Milton Arno Leof, de la ciudad de México; País en el que se encuentra en la actualidad.
La estatua parece representar un buzo o astronauta moderno, incluso, los «guantes» no podrían ser utilizados por el «Rey Sacerdote». Otro misterioso elemento de éste objeto atemporal son las “garras” de los pies.
El cubo de Gurlt
Los objetos artificiales de alta extrañeza como la Esfera negra de Ucrania o la “bola Betz” difícilmente pueden considerarse como únicos en su clase. Se tratan, sencillamente, de añadiduras modernas a una colección de dispositivos enigmáticos que han sido descubiertos en el mundo durante siglos. Después de su aparición, estos objetos son analizados meticulosamente y juzgados por el ojo científico, antes de caer definitivamente en el olvido, de un momento para otro, casi tan inmediatamente, como cuando fueron encontrados.
Uno de los objetos más famosos y controvertidos es sin duda El cubo de Gurlt. En el año 1885 el Doctor Gurlt descubrió un cubo, más presisamente un paralelepípedo, adherido a un bloque de carbón, en una mina cerca de Salzburgo, Austria. Los bordes del cubo eran ligeramente redondeados y tenía una serie de inscripciones desconocidas, que difícilmente pudieran ser obra de la naturaleza.
Ante la misteriosa procedencia de dicho objeto se hicieron una
serie de pruebas cuyos resultados aumentaban el enigma; El cubo de 8 kg, cuyas dimensiones eran perfectas: 67 mm x 67 mm x 47 mm, resultaba ser una aleación de acero especial que contenía Níquel y muy poco Azufre. Esta composición química no podría haberse producido naturalmente, lo cual indicaba de debía haber sido construida por “alguien”.
El Doctor Gurlt lo consideró la hipótesis de que un trozo de meteorito se habría incrusto en la Tierra en una época muy remota, y publicó su obra sobre el cubo en 1886, pero todas las pruebas realizadas por los técnicos de la época concluían en que el cubo era un objeto elaborado con técnicas muy avanzadas, y que dicha aleación no se producía en la naturaleza ni siquiera en el espacio exterior. Además de ciertos signos presentaba un corte
en la mitad del objeto
El cubo fué donado al museo de ciencias de la ciudad de Salzburgo, pero en 1910 el objeto desapareció misteriosamente y hasta ahora nunca se ha sabido más de él.
Modelo egipcio de la bombilla de Edison
Tomás Alva Edison demostraba su revolucionaria bombilla eléctrica en octubre de 1879. Sin embargo, hace más de 2000 años, los egipcios tenían conocimiento del principio eléctrico por el cual éste artefacto moderno funciona.
Como muestran los relieves antiguos de las paredes egipcias del templo de Hathor de Dendarah, los sacerdotes de éste Faraón, además de conocimientos de ciencia y religión, deben haber poseído el secreto de la electricidad.
Estos relieves muestran figuras humanas de pie junto a estructuras con forma de bulbo. No hace falta esforzar la imaginación, para reconocer en éstos objetos a las lámparas modernas. Se puede leer con mayor detalle, la explicación física de lo que nos sugieren las imágenes del templo egipcio en el siguiente enlace. Misterios sin Resolver.
Lentes Vikingos
Las gafas esféricas, utilizadas principalmente para la fabricación de instrumentos ópticos de alta precisión, son generalmente consideradas un logro de la tecnología moderna, producto de la era de la computación. Pero éste es un punto de vista erróneo. En realidad, el primero de estos instrumentos se remonta al siglo 12.
Tras varios años de minucioso análisis, los expertos de anteojos han confirmado que los objetos de cristal de roca del siglo 12, encontrados en el suelo de tumbas vikingas en Suecia, se hicieron casi a la perfección. Si éstas lentes se utilizan para leer una página de texto, el efecto es el mismo que el obtenido con un vidrio de aumento moderno.
No fue hasta el siglo 17 que el matemático René Descartes realizara los cálculos teóricos acerca de los lentes asféricas, sin embargo, esta tecnología de precisión se utilizó exitosamente en la antiguedad. La pregunta es quien desarrolló ésta tecnología?, ¿cómo se desarrollaron hace más de ocho siglos, estos sofisticados dispositivos ópticos?
Investigadores de la Universidad de California en Berkeley estudian desde hace ya varios años, éstos sensacionales lentes “vikingos”. En general, se cree que éstos artefactos inusuales fueron fabricados originalmente en Bizancio, donde fueron comprados o robados por los vikingos.
Piedra rúnica de Kensington
Existen numerosas teorías sobre el auténtico descubrimiento de América: Algunas de ellas se lo atribuyen a Leif Eriksson y sus hermanos en el siglo XI; Otras a los vikingos – Bjarn Herlufsson en el siglo XII y algunas más modernas a los monjes irlandeses.
La Piedra de Kensington, es una piedra con inscripciones rúnicas (el lenguaje de los vikingos) hallada en el estado de Minnesota en 1898. En su leyenda labrada a cincel hace referencia a una expedición de suecos y noruegos a Vinlandia en el año 1362.
La mayoría de los científicos suponen que es una falsificación del siglo 19. Sin embargo, los exámenes recientes tuvieron como resultado que es un documento auténtico. Las medidas de piedra alrededor de 1 metro de altura, 50 cm de ancho y 10 cm de espesor. Pesa 100 kg.