Nos adentramos en investigaciones que estimulan la curiosidad humana y abren nuevas posibilidades.
Múltiples investigadores han investigado a fondo los casos de niños que recuerdan su anterior existencia. En muchos casos, los detalles dados por un niño han sido verificados para corresponder (a veces con una precisión sorprendente) a una persona fallecida. En otros casos, los detalles han sido más difíciles de verificar, por la no precisión en detalles particulares, como la ciudad o pais donde vivieron supuestamente. Continuar leyendo «Cientificos avalan la reencarnación»
El título de éste artículo intenta mezclar, de alguna manera, la creencia de que podemos viajar en el tiempo con la filosofía tibetana de la reencarnación. Para empezar, sería apropiado explicar, pese a que muchos ya conozcan lo que significa el término reencarnación, que existe una creencia proveniente de la cultura oriental, especialmente de la mitología Brahmánica y que tiene que ver con la vida eterna del Alma, con nuestros sueños cotidianos, y con vivir varias vidas en cuerpos diferentes.
Desde tiempos remotos, el hombre, a través del pensamiento, ha intentado comprender el verdadero significado de la existencia de la humanidad, prestando especial interés en lo que ocurre cuando el cuerpo ya ha cumplido su ciclo en éste mundo. En otras palabras, lo que sucede después de la muerte. En ésta búsqueda, el hombre se topó con la existencia de una entidad invisible e inmaterial que poseen todos los seres vivos: El Alma. Este ente es un denominador común en todas las filosofías y religiones de la historia, y en la mayoría de los casos es “Eterna”, con excepción de algunas doctrinas filosóficas, como la epicúrea, en donde el alma existe pero al estar formada por unos átomos especiales, no es inmortal.
La trascendencia del Alma
Muchas creencias, entre ellas, la religión católica o el Islam, comparten la creencia de que existe, luego de la muerte, una especie de purgatorio. Un lugar desde el cual las “almas” aguardarán a ser juzgadas por “Dios”, según distintos parámetros. Ambas religiones difieren un poco en lo que sucederá luego de dicho juicio, sin embargo, en esencia, la Muerte simboliza el fin definitivo del paso “del alma eterna” por esta Tierra.
Para otras creencias, como es el caso de la las religiones llamadas Brahmánicas: El Hinduismo, El Budismo o el Jainismo, el alma «reencarna». Es decir vuelve nuevamente a la tierra con otro cuerpo. La reencarnación es una especie de ciclo que se repite, una y otra vez hasta que la misma logra “aprender” aquello para lo que fue enviada en éste nivel. Lo aprendido será su único pasaporte a otro nivel de aprendizaje. En ese nuevo nivel, el alma comenzará otro ciclo de reencarnaciones y así sucesivamente hasta llegar a ser “uno con Dios”. Según el Hinduismo existen siete niveles que recorrer antes de que un alma sea capaz de fundirse con Dios.
Hasta aquí, creo no haber aportado nada interesante al asunto, ya que estimo que muchos de los lectores sabrán, incluso más que yo, de que trata su propia religión. Sin embargo, la lectura reciente de un libro, ha provocado que mi imaginación navegue por los confines del existencialismo, para encontrar muchas preguntas y ninguna respuesta clara, aunque SI numerosas intuiciones.
Pero para comprender mis pensamientos, habría que conocer, al menos, una parte de mi idiosincrasia; Aquella que se refiere a los temas del credo.
Nací en el seno de una familia no muy religiosa. Mi padre se confiesa creyente de Dios, pero jamás fue a la Iglesia. Mi madre es una ávida lectora de libros relacionados con la reencarnación, la filosofía hindú, el Yoga, … y aunque estoy seguro de que ella cree realmente en todo eso, el mandato familiar heredado pesó para que yo fuese bautizado durante mis primeros meses de vida, y de allí en más, transitara por todos los sacramentos de iniciación cristiana.
Del mismo modo, yo he hecho lo propio con mis hijos, aunque sinceramente, sin estar completamente convencido de la veracidad de su significado. Durante la adolescencia participé de un grupo juvenil en la iglesia de mi barrio y más tarde en el ministerio de canto. Mi paso por la iglesia fue breve, y tengo muy bellos recuerdos de él, pero, de algún modo, aquella experiencia no logró satisfacer mi necesidad de respuestas espirituales.
Durante mi adolescencia, mis primeros acercamientos a la filosofía hindú fueron a través de libros como “El Tercer Ojo”, de Lobsang Rampa y por las fábulas de Richard Bach; “Juán Salvador Gaviota”, “Ilusiones” o “Ningún lugar está lejos”. Más tarde y motivado por experiencias personales en el campo de la meditación, leí un manual de procedimiento para realizar viajes astrales, el cual recopilaba técnicas empleadas por un experimentado espiritualista; Sylvan Muldon. También he sido un apasionado a la historia de la filosofía, además de haber estudiado matemáticas en la Universidad de mi ciudad. El resto de mi cultura ha sido forjada por la literatura fantástica o de aventuras, al mejor estilo de “las Mil y Una Noches” y de versos y cuentos románticos de autores tan conocidos como Becquer o Lord Byron. También leo mucha ciencia ficción.
Puede que tal vez la consecuencia lógica de absorber ideas de lo más discímiles, sea el que mis pensamientos se encuentren algo perdidos en un océano colmado de confuciones, sin embargo mi intuición indica que debe existir algo. Que debemos creer en algo! – Ya que sería muy triste dejar de “existir”, sin la esperanza de descubrir que nuestra consciencia trasciende más allá de las fronteras de la muerte; Incluso cuando después de aquel hecho los recuerdos se desvanezcan. Nietzsche expresó alguna vez que un gran pensador había muerto sin fe ni esperanzas, y seguramente él también, con su inalcanzable intelecto, correría más tarde la misma suerte que su docto amigo.
Pero al dejar atrás su cuerpo mortal, seguramente descubrió aquello sobre lo que filosofó tanto tiempo, aunque esta vez sin posibilidad de contarnos los pormenores desde el más allá.
Una de las creencias que podría hacer propia, es la de la existencia de los viajes astrales. Mi propia experiencia en torno a éste tipo de prácticas me indica que podría existir esa escencia inmaterial que parece salir del cuerpo en ocasiones muy particulares. El Alma. A quienes les interesa leer más sobre éste punto les recomiendo leer: Cataplexia O Parálisis del sueño
Cuando soñamos viajamos en el tiempo?
Aun cuando ésto les pareciera extraño o absurdo, los sueños en general, podrían estar relacionados con el alma, y por ende con otras vidas!… Si. vidas pasadas. O futuras, tal vez? – Por ejemplo: Cuantas veces alguno de ustedes soñó con un hermano, o un amigo, y éste en el sueño tenía otro rostro, pero ustedes sabían con certeza de quien se trataba?. Según el Psiquiatra Brian Weiss, autor del Best Seller: “Muchas Vidas, Muchos Maestros”, en nuestros sueños podríamos recordar sucesos de nuestras vidas pasadas. Ultimamente no sueño mucho o si lo hago, no logro recordarlo. Realmente esto me preocupa ya que intuyo que en los sueños se encuentran muchas más respuestas a mis preguntas existenciales sobre la vida, que en la vigilia misma.
Como puede ser que alguien adivine el futuro… Puede ser que lo haya visto en sus sueños? – Y no me vengan con que no se conoce ningún caso de alguien que haya podido anticiparse al futuro. Solo basta con leer alguno de los libros de Julio Verne, escritos hace casi 200 años, y ver con sorpresa que el autor supo con holgada antelación un gran número de acontecimientos importantes para la ciencia y la tecnología de su futuro. Puede haber incidido con sus libros en la mente de los futuros inventores?. Personalmente me inclino más a creer que de alguna manera Verne veía el futuro. Al igual que él, otros escritores dejaron plasmadas sus predicciones en papel, mientras que posiblemente otros adivinos anónimos hayan existido y nunca nadie sabrá de ellos.
Recientes comentarios que han escrito en éste sitio sobre lo “Astral”, han reavivado mi interés por escribir algo sobre el tema.
Un tema muy poco tratado en Psiquiatría y en Psicología que emplean técnicas hipnóticas para investigar vidas pasadas es porque equivale a ir muy atrás en los recuerdos.
Las implicancias karmáticas, generalmente se resuelven sin ir mucho más allá de las últimas vidas pasadas, por lo tanto en ese medio aparentemente nunca regenera recuerdos de un pasado muy remoto, ya que normalmente no se necesitan.
He leído de personas que rememoraron haber vivido en el Egipto antiguo (Esclava que trabajaba en la obtención de esencias), o en la civilización Sumeria (Esclavo elaborador de ladrillos), pero nunca se comentó de alguien que rememorara una vida pasada como animal- con excepción de relatos del budismo.
El hinduismo cree en la espiritualidad en los animales, etc. Pero muy poco se ha hablado de esta continua re-encarnación, en donde el plano material y animal, se va haciendo menor, hasta lograr estados de conciencia y de individualismo donde el puro animal pasa a reencarnarse como humano-animal y de ahí en larga sucesión de reencarnaciones diversas hasta lograr ser un «Ser de luz».
Para lograr encontrar estas vidas pasadas, deberíamos poder penetrar en las partes más primitivas de nuestras mentes: el cerebelo y el bulbo raquídeo, cosa que no oído que todavía se pueda alcanzar con las técnicas hipnóticas, pero si con las técnicas akáshicas continuas. Continuar leyendo «Lo que no se habla de las vidas pasadas»