Estas líneas y sus vórtices conforman figuras triangulares dando al planeta forma de un gran multicosaedro (como si en un pasado lejano, la tierra hubiese sido un enorme cristal). Cuando los investigadores Rusos hicieron coincidir los millones de líneas magnéticas y sus intersecciones por todo el planeta, se comprobó que las mismas coinciden exactamente con los centros de presión y cambios atmosféricos y con antiguos hitos de las civilizaciones más antiguas como las pirámides de Egipto o las Mayas y Aztecas.
Con este descubrimiento surgieron muchas incógnitas al respecto de este tema, como por ejemplo ¿cuál es la relación entre estas líneas y puntos magnéticos con los cambios físicos y climáticos de la tierra? O ¿porqué en algunas zonas específicas esta energía se intensifica y en otras se desvanece? Incluso como las culturas ancestrales pudieron notar mucho de esto que el hombre solo pudo ver desde el espacio, incluso hay referencias escritas a estos puntos considerándolos especiales o “sagrados”.
En la siguiente representación se muestran líneas y triangulaciones de la red telúrica de que nos hablan ciertos pensadores del tema akáshico. Lo que vendría a responder lo aseverado por los párrafos anteriores. Los antiguos pudieron ser informados akáshicamente o por la propia comunicación de culturas aliens más avanzadas.
Nuestro cuerpo tiene también puntos y líneas ya establecidas por la medicina oriental de hace milenios (Acupuntura), que adoptan la forma pertinente a la especie.
Creo que el lector coincidirá conmigo encontrando que estos datos nos están indicando un camino investigativo, que nos será de gran utilidad recorrer de forma perentoria.
por Manlio E. Wydler