En el marco de un estudio de los virus de influenza, un científico controvertido de EE.UU. ha creado deliberadamente una forma de gripe capaz de ignorar el sistema inmunitario humano, informa el periódico ‘The Independent’.
La creación de un monstruo
El científico en cuestión, Yoshihiro Kawaoka, profesor de virología de la Universidad de Wisconsin-Madison, alteró genéticamente la cepa de la gripe A (H1N1) —que causó la pandemia de 2009— con la intención de estudiar la posible evolución de la capacidad de resistir del sistema inmunitario humano.
Un equipo de científicos de Harvard creen que «una tierra antigua», que data de la época en que otro planeta colisionó con una estrella para formar la Luna, aún puede estar oculto en la corteza terrestre.
Estos científicos creen que han encontrado pruebas de este planeta. Ellos creen que una señal misteriosa encontrada cuando se utiliza un isótopo de radio podría conducir hasta la entrada a ésta otra tierra. En realidad, es un eco de una Tierra antigua enfincada el fondo del planeta desde hace unos 4,5 millones de años.
La teoría actual es que la Tierra habría colisionado con una estrella del tamaño de Marte llamada Theia y que el calor habría derretido la forma antigua del planeta antes de la formación de la Luna.
Pero el equipo dirigido por el profesor Sujoy Mukhopadhyay dice tener pistas que avalan ésta afirmación. «El impacto generado por la colisión del planeta fue lo suficientemente fuerte como para derretir la tierra completa, sin embargo, creemos que el impacto no se propagó a lo largo de su superficie original. Gran parte de la corteza original puede haber sido completamente vaporizada, pero el hemisferio opuesto no se derritió por completo.»
El equipo analizó isótopos de gases nobles en el interior profundo del manto de la Tierra y comparó los resultados con los de la superficie para llegar a determinar ésta nueva teoría.
La Universidad Complutense de Madrid, asegura que las células del cáncer mueren tras ser expuestas al tetrahidrocannabinol (THC)
Una vez más, esta milenaria y sacra yerba es protagonista de un descubrimiento científico que puede mejorar notablemente la salud de los pacientes que padecen cáncer. ¿Qué pensarán las futuras generaciones al saber que la marihuana estuvo legalmente prohibida por muchos años a sabiendas de que posee efectos cuasi mágicos en la mente y en el cuerpo humano?
Cristina Sánchez, una joven bióloga de la Universidad Complutense de Madrid, realizó un hallazgo que la dejó atónita. Los cannabionoides de la marihuana inhiben el desarrollo del cáncer, lo que se traduce en un tratamiento alternativo no agresivo (y eficaz) para el enfermo.
La científica española estudiaba el metabolismo celular cuando fue sorprendida por algo notablemente particular: las células cancerígenas morían tras ser expuestas al tetrahidrocannabinol (THC), ingrediente activo de la marihuana.
Después de su hallazgo, Cristina hizo un comparativo con estudios previos que indicaron que los cannabionoides también poseen efectos analgésicos, supresores de las náuseas, el dolor, la fatiga y la pérdida de apetito, y ahora se le suma otra cualidad a favor de los pacientes con esta enfermedad.
Por la misma fecha, científicos de la Universidad de Harvard informaron que el THC reduce el crecimiento tumoral en el cáncer de pulmón convencional y, además, impide la propagación de células dañinas.
A modo de ejemplo, los científicos explicaron que el THC es una especie de misil que busca las células tumorales para eliminarlas, dejando al resto completamente sanas.
A diferencia de los fármacos convencionales y la quimioterapia, que se caracterizan por sus potenciales daños físicos y cerebrales, el uso de la marihuana abre un umbral hacia una mejor vida para las personas que padecen esta enfermedad.