De que color eran los dinosaurios

WASHINGTON (AP) – Por primera vez, los científicos han podido confirmar el color de un dinosaurio y no es en los tonos marrones o grisáceos que vemos en películas o dibujos animados: es un naranja rojizo que, en forma de anillos, adornaba las plumas de la cola de una especie encontrada en China.

La primera evidencia sólida de la pigmentación de un dinosaurio se descubrió en las plumas fosilizadas de la cola del Sinosauropteryx, un pequeño dinosaurio carnívoro, según un artículo publicado el miércoles en el sitio del jornal científico Nature.

La cola de 125 millones de años tiene las mismas sustancias colorantes en sus células que el cabello de un pelirrojo, dijo el autor principal del artículo, Mike Benton, profesor de paleontología de la inglesa Universidad de Bristol.

El estudio, según expertos independientes, también brinda evidencia concluyente de que los dinosaurios tenían plumas, lo que los acerca más a las aves.

Benton y sus colaboradores no vieron el color rojizo por sí mismos. A través de un microscopio de electrones, detectaron los rastros celulares específicos de ese color. Un estudio anterior, hecho junto con otro grupo de investigadores, había encontrado similares indicios de color celular en plumas de pájaros prehistóricos.

Aunque los dibujos de dinosaurios suelen pintarlos en tonos menos llamativos, los científicos hasta ahora sólo han conjeturado sobre cuáles serían los colores reales. Los tonos más vivos se comenzaron a considerar posibles cuando se descubrió la relación de los dinosaurios con las aves, pero hasta ahora no había pruebas sobre ningún color en particular.

Es probable que otros investigadores copien ahora la técnica que usó el equipo de Benton, dijo el experto en dinosaurios Paul Sereno, de la Universidad de Chicago. El artículo británico, agregó, es un «hito» que brinda «una posibilidad de espiar cómo pueden haberse visto cuando estaban vivos».

Los secretos del corazón

Siempre se nos ha dicho que el corazón ama y siente pero, ¿es posible que también piense, recuerde, se comunique con otros corazones, ayude a regular la inmunidad y contenga información almacenada circulando a través de nuestro cuerpo? Recientes investigaciones sobre la memoria celular apuntan a que es el corazón y no el cerebro el recipiente de los secretos que conectan la mente, el cuerpo y el espíritu.

En el siglo XVII, Sir Kenelm Digby, miembro de la Royal Society, hizo un experimento con el corazón de una víbora: tras arrancárselo y guardarlo en un lugar templado y húmedo, comprobó que latió durante veinticuatro horas. Cuando cesó de latir lo humedeció con agua templada y el órgano palpitó de nuevo. Luego lo cortó en varios trozos, y las partes separadas siguieron latiendo durante un tiempo prolongado. Lo mismo ocurre con el corazón humano: aunque la cabeza se separe del cuerpo, el corazón continuará latiendo durante horas. No en vano, este órgano, asiento de la vida y músculo central del sistema fisiológico, es «primum vivens, ultimum moriens», el primero en vivir y el último en morir en todas las criaturas.

«Nunca estuve interesada en el sexo. Ni siquiera pensé mucho en eso, pero ahora agoto a mi marido. Deseo hacer el amor todas las noches y, a veces, me masturbo dos o tres veces al día. Antes odiaba los vídeos X, pero ahora los adoro. Me siento como una mujerzuela y cuando estoy de buen humor, realizo un striptease para mi marido. Jamás había hecho algo parecido antes de mi operación. Cuando le comenté esto a mi psiquiatra, me dijo que era una reacción a los medicamentos y porque ahora tengo un cuerpo más sano. Posteriormente he descubierto que mi donante de corazón era una chica que trabajaba en un topless y actuaba como profesional a domicilio. Creo que he adoptado su orientación sexual, y mi marido también lo piensa así».

Por extraño que pueda parecer, este relato de una mujer de 35 años a quien se le trasplantó el corazón de una prostituta de 24 años no es el único en su género. Desde principios de los años setenta se vienen recogiendo informes de personas que tras un trasplante de corazón alegan haber adquirido gustos, hábitos, aptitudes y memorias de los donantes muertos. Hasta ahora sólo se han publicado un par de libros que recogen dichas experiencias, pero el fenómeno ya suscita una polémica parecida a la surgida hace más de veinte años con las experiencias cercanas a la muerte.

Uno de estos libros, A Change of Heart, de Claire Sylvia, recoge los cambios experimentados por la autora a raíz de una operación de trasplante; otro más reciente, El código del corazón (Ed. Edaf), de Paul Pearsall, se enfrenta abiertamente a un dogma de la moderna ciencia médica: la dependencia que tiene la memoria del sistema nervioso central.

Aunque tal dogma descarta por completo la posibilidad de que los hábitos puedan modificar estructuras bioquímicas que afecten al tejido del corazón, Pearsall no parece albergar dudas que el corazón, además de constituir el centro de energía más importante del cuerpo, es al mismo tiempo un mensajero del código que representa el alma. Una propuesta tan provocadora como la suya ha supuesto que se le acuse de perjudicar al movimiento de trasplante de órganos porque hace pensar que el corazón es mucho más que una masa de células biomecánicas. También se ha calificado a Pearsall de gurú prolífico de la auto-ayuda, pero en todo caso, su último libro ofrece una perspectiva novedosa en un campo que la ciencia no ha explorado todavía suficientemente. Leer más en la fuente original : Los Secretos del Corazón

El gran fraude del Calentamiento Global

La Conspiración del Cambio Climático

Un hacker ha revelado documentos que involucran a un grupo de reconocidos científicos, integrantes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, en una de las conspiraciones más elaboradas de la historia.

La elite científica del planeta, ha manipulado datos y ha destruído pruebas contundentes, para evitar que los escépticos de la teoría principal sobre éste tema salgan a la luz. Hasta el momento, la evidencia de que el mundo estaba expuesto a mediano plazo a grandes cambios naturales, producto de la «mala» conducta humana, había ganado cientos de seguidores a lo largo y ancho del planeta. Sin embargo, a partir de éste nuevo acontecimiento, se abren nuevos debates y deja expuesta a la comunidad científica a uno de los absurdos más grandes de su historia.

La cuestión es más o menos así. Los científicos que sostienen que el calentamiento global tiene un origen antropogénico (Por el efecto del hombre) – Causa y Efecto – , han realizado acuerdos en secreto, incluyecdo destrucción de material científico y obstaculizando publicaciones en revistas específicas del tema, para evitar que se difunda la teoría de que el Calentamiento Global es, en realidad una consecuencia de la evolución natural del mundo.

Algunos ejemplos de ésta increible conspiración para mantener l «pensamiento único», se citan a continuación.

En un correo del día 28 de septiembre, un científicos anuncia su intención de bajar 0,15 grados la temperatura registrada en una zona del océano, con el objetivo de que se ajuste a sus modelos climáticos.

David Parker, analiza la posibilidad de cambiar el período de referencia para elaborar el índice de temperatura global. Intenta convencer a sus colegas de que en otro caso se reflejaría que el actual período es menos cálido de lo que se pretende hacer creer.

Tim Osborn, describe cómo algunos datos han sido manipulados para ocultar que los resultados de un estudio muestran una aparente tendencia al enfriamiento del planeta.

Michael Mann, un climatólogo del IPCC, afirma en otro correo que sería bueno contener la temperatura del Período Cálido Medieval.

Tom Wigley le comenta a otro colega que el calentamiento en la superficie terrestre desde 1980 fue de casi el doble que en los océanos, un dato que no debe salir a la luz, ya que podría ser utilizado por los científicos escépticos como prueba de que los centros urbanos constituyen auténticas islas de calor, sin que esto nada tenga que ver con el calentamiento global.

La cereza del postre es que existen documentos del año 1999, en los que un científico reconoce haber usado un truco para «ocultar el descenso» de temperaturas.

Como consecuencia de éste increible suceso, el director del CRU, Phil Jones, fue obligado a renunciar, mientras que responsables dela Universidad de East Anglia, cuyas instalaciones sirven de sede del IPCC, sostienen que «algunas frases de los correos han sido sacadas de contexto para argumentar que el cambio climático es un invento de la comunidad científica». ¿Lo será realmente?

La gran mentira del Calentamiento Global