Las galaxias no están distribuidas al azar en todo el Universo, sino que forman parte de una especie de juego cósmico de muñecas rusas. Se encuentran en grupos, como el nuestro, el Grupo Local, que contiene docenas de galaxias, unas veinte, y en cúmulos masivos, donde hay cientos de galaxias, todas interconectadas en una red de filamentos en el que las galaxias se ensartan como perlas.
Cuando estos filamentos se entrecruzan, aparecen estructuras colosales, llamadas «supercúmulos». Estas estructuras están interconectadas, pero sus límites no siempre están bien definidos.
Ahora, un equipo internacional de astrónomos dirigido por R. Brent Tully, de la Universidad de Hawái en Manoa, ha establecido los contornos del inmenso supercúmulo de galaxias que contienen a la nuestra, la Vía Láctea. Han nombrado al supercúmulo «Laniakea», que significa «cielo inmenso» en hawaiano, en honor a los navegantes polinesios que utilizaban sus conocimientos sobre el cielo para viajar a través de la inmensidad del Océano Pacífico. La investigación aparece publicada en la revista Nature, que le ha dedicado su portada. Continuar leyendo «El Supercluster Laniakea; Nuestro lugar en el Universo»
La ardua tarea de enviar una nave al espacio supone analizar miles y miles de datos y parámetros, utilizando superordenadores para realizar innumerables cálculos con el objetivo de conseguir una precisión exacta. El Universo es una inmensa mesa de billar en la que las bolas se encuentran a distancias enormes moviéndose además a velocidades vertiginosas. En todo este proceso, el más mínimo error puede dar al traste con muchos años de trabajo.
Sin embargo enviar una misión espacial desde la Tierra hasta un planeta del sistema solar no es tan fácil como podríamos pensar. Para alcanzar cuerpos planetarios lejanos necesitamos una carga de combustible demasiado alta y los ingenieros espaciales deben aprovechar las carambolas cósmicas que la gravedad les ofrece.
Sin estas maniobras de asistencia gravitatoria las misiones espaciales a muchos planetas hubieran sido virtualmente imposibles. ¿En qué consisten? Bueno, en este caso, explicarlas es mucho más sencillo que realizarlas puesto que a grandes rasgos tan solo se trata de aprovechar la gravedad de satélites o planetas bien para disminuir la velocidad de una nave espacial o bien para relanzarla hacia su destino.
Se llevan utilizando desde la década de los ’70 cuando los técnicos de la NASA utilizaron por primera vez la gravedad de Venus, curiosamente no para empujar sino para frenar la sonda Mariner 10 en su camino hacia Mercurio.
El ejemplo más alucinante de estas maniobras es sin duda alguna la misión interplanetaria de las Voyager 1 y 2, lanzadas en el año 1977 y que aprovecharon un poco frecuente alineamiento planetario que permitió utilizar el tirón gravitatorio de, no uno, sino dos planetas (primero Júpiter y después Saturno) para conseguir su impresionante viaje hacia las profundidades del Sistema Solar.
La sonda Galileo por su parte, supuso ya la perfección en el manejo de estas maniobras de asistencia gravitatoria puesto que se aprovechó del empuje de varias lunas y planetas para llegar a Júpiter. Incluso llegó a orbitar la Tierra utilizando nuestra propia gravedad para adquirir velocidad antes de emprender su vuelo hacia el gigante gaseoso. Continuar leyendo «Un misterio que lleva décadas intrigando a la NASA y la ESA»
Astrónomos europeos informaron haber hallado por primera vez un planeta en otra galaxia fuera de la Vía Láctea -a la que pertenece la Tierra-, en un informe divulgado en Estados Unidos.
El exoplaneta es ligeramente más grande que Júpiter, que es el mayor del Sistema Solar, y orbita alrededor de una estrella que está a 2.000 años luz de la Tierra.
Se cree que ambos, la estrella y el planeta, son parte de la corriente Helmi, un grupo de estrellas que permanece luego de que su mini-galaxia fuera absorbida por la Vía Láctea unos 9.000 millones de años atrás, señaló el estudio publicado en Science Express.
Los astrónomos pudieron localizar el planeta, bautizado HIP 13044 b, al concentrarse en una «pequeña perturbación en la estrella causada por el tirón gravitacional de un compañero orbital», señala el estudio.
Para ello usaron un telescopio propiedad del laboratorio europeo en La Silla, en Chile, a una altura de 2.400 m y a 600 km al norte de Santiago. El planeta está bastante cerca de la estrella que orbita y sobrevivió una fase en la que su anfitriona pasó por un crecimiento masivo después de haber agotado su provisión de hidrógeno en el núcleo, una etapa que dentro de la evolución de las estrellas se denomina «fase de gigante roja».
«El descubrimiento es particularmente intrigando si se considera el distante futuro de nuestro propio sistema planetario, cuando el Sol también se convierta en una gigante roja dentro de unos 5.000 millones de años», dijo Johny Setiawan, el principal investigador del proyecto del instituto Max Planck de Astronomía.
El exoplaneta (planeta que está fuera del Sistema Solar) completa un órbita cada 16 días, probablemente sea bastante caliente porque está muy cerca de la estrella y tal vez esté en el final de su vida, dijeron los astrónomos.
Glosario
La Silla Paranal Observatory: La Silla Facilities:
La Silla, en la parte sur del desierto de Atacama, a 600 km al norte de Santiago de Chile y tiene una altura de 2400 metros es el hogar de la original de ESO sitio de observación.
Aquí ESO opera tres telescopios principales: el telescopio de 3,6 m, el New Technology Telescope (NTT), y el telescopio Max-Planck de ESO de 2,2 metros. Están equipadas con lo último de los instrumentos del arte ya sea construido por completo por la ESO o por consorcios externos, con una contribución sustancial de la ESO.
Observatorio La Silla está organizando regularmente Visitante Los instrumentos que se unen a un telescopio, por la duración de una carrera de observación y luego se retira del telescopio.
La Silla también alberga telescopios nacional, tales como el telescopio de 1,2 m de Suiza y el telescopio de 1,5 m danés.
Planeta extrasolar:
Se denomina planeta extrasolar o exoplaneta a un planeta que orbita una estrella diferente al Sol y que, por tanto, no pertenece al Sistema Solar. Los planetas extrasolares se convirtieron en objeto de investigación científica en el siglo XIX. Muchos astrónomos suponían que existían, pero no había forma de saber qué tan comunes eran o cómo podrían ser similares a los planetas de nuestro sistema solar. Continuar leyendo «Descubren un planeta que vino de otra galaxia»