Una criatura con forma de serpiente ha sido grabada moviéndose lentamente a través de un lago glaciar congelado en Islandia. Algunos creen que el video es la evidencia irrefutable de la legendaria Lagarfljóts Worm, la respuesta islandesa al monstruo del Lago Ness.
En el video se observa un objeto con forma de serpiente que parece escabullirse constantemente a través de las aguas heladas. ¿Esta podría ser una extraña especie sin descubrir o hay una explicación más convencional?
La Lagarfljóts Worm es equivalente de Islandia, al mounstro del lago Ness de Escocia. Las primeras menciones de esta extraña criatura datan del año 1345
Esta es la historia de sirenas, dragones y otros seres mitológicos que durante el siglo XVIII, XIX y principios del XX fueron exhibidos en ferias ambulantes y circos para el asombro de la muchedumbre que acudía en masa a contemplar a estas momias legendarias.
Su origen se remonta al Japón del siglo XVIII, por allí circulaban unas ferias ambulantes conocidas como “misemono”, que ofrecían espectáculos, artesanía popular o acróbatas y que, en algunos casos, mostraban otros atractivos como la exhibición de supuestas sirenas.
Estas sirenas, o mejor dicho “sirenos”, porque muchas eran de sexo masculino, fueron creadas artesanalmente por los pescadores japoneses, que uniendo una serie de técnicas cosían la parte superior de un mono con la parte inferior de un pez, tras esto venía el proceso de disecado o taxidermia, consiguiendo con el tiempo y la perfección de las técnicas creaciones verdaderamente espectaculares.
Al principio, estas creaciones se hacían para los mencionados misemonos, pero no se tardó en ampliar el negocio para ser vendidas a los marineros que llegaban a Japón y que, en su ignorancia, pensaban que compraban verdaderas reliquias de sirenas reales. De este modo, las reliquias comenzaron a circular por Europa y Estados Unidos del mismo modo que en Japón, exhibiéndose a bombo y platillo en los mejores circos del momento. Continuar leyendo «Sirenas, dragones y demonios momificados en templos Japoneses»
El «matador de elefantes», o en su lenguaje nativo congolés El Emela-ntouka, es un animal mítico en la cultura de las tribus pigmeas del África Central.
Su tamaño es similar al de un elefante adulto y su color verde pálido. La descripción de los testigos que lo han visto recuerda superficialmente a la de un a la de un rinoceronte, incluyendo un cuerno (de marfil) de unos dos metros de largo. Su cuerpo está sostenido por cuatro gruesas patas cortas y posee una cola similar a la de los cocodrilos. Sus mandíbulas están armadas con largos y afilados dientes de forma triangular.
El emela-ntouka es muy temido por los aborígenes, quienes afirman que suele cazar y devorar humanos. También enfrenta elefantes, a quienes atraviesa con su afilado cuerno para luego dejarlos desangrarse. A ello seguramente debe su nombre.
Existen elementos anecdóticos que sugerirían la posibilidad de que éste animal exista en la actualidad o al menos haya existido en algun momento histórico, ya que Lucien Blancou, jefe inspector del África Ecuatorial Francesa en el decenio de 1950, escribió acerca de una feroz criatura, más grande que un búfalo, que era considerada como de gran peligrosidad por los pigmeos locales: «…también se sabe de la presencia de una bestia que ocasionalmente destripa elefantes, pero no parece prevalecer allí tanto como en los distritos mencionados. Se supone que un espécimen fue muerto unos veinte años atrás en Dongou, pero en la (margen) izquierda del Ubangi y en el Congo Belga.» trasladado por Bernard Heuvelmans, «En la pista de animales desconocidos», 1959.
Los mitos coinciden en situar al animal en los vastos terrenos pantanosos que conforman la cuenca del Río Congo. Es, por lo tanto, de naturaleza anfibia. Las historias coinciden al afirmar que rara vez se lo encuentra reunido en grupos: se lo considera un cazador solitario.
Posibles explicaciones de su Origen
¿Un dinosaurio?
En 1981 el Dr. Roy Mackal viajó al Congo buscando posibles rastros del Mokèlé-mbèmbé, criatura recurrente del folclore local; en seguida tomó conocimiento de la existencia presunta de otra bestia distinta. Según Roy Mackal, la descripción dada por los lugareños sugeriría que el monstruo misterioso es en efecto un ceratópsido sobreviviente a la extinción de fines del Cretácico. Mackal y otros, quienes sostienen esta idea consideran que la cuenca del Congo reúne ciertas características únicas que habrían hecho posible la supervivencia de especies arcaicas. Otras de estas bestias incluirían al Kongamato, al Nandi y al Mokèlé-mbèmbé.
Sin embargo, esta postura es descartada de plano por la mayoría de los zoólogos. Incluso esta postura es descartada por la mayoría de los criptozoólogos; que postulan que estas criaturas pueden ser animales desconocidos, pero no emparentados con los dinosaurios.
¿Confusión con otro animal?
La primera explicación racional que salta a la vista luego de conocer la descripción física de emela-ntouka es que se trata de un rinoceronte. En el caso de su comportamiento anfibio, sería producto de una confusión con un hipopótamo visto desde lejos.
¿Un nuevo animal?
Los supuestos testigos coinciden en afirmar que el cuerno único sería de marfil y no de pelo modificado como en el caso del género rhinoceros. El comportamiento anfibio mencionado sería así mismo sospechoso, así como también la presencia del masivo apéndice caudal. Esto descartaría la posibilidad de algún mamífero u otro animal clasificado actualmente; e indicaría la posible existencia de un nuevo animal desconocido, pero lo más factible y probable, no perteneciente al grupo de los dinosaurios.
¿Un mito?
Al igual que otros animales misteriosos, por su naturaleza, es muy probable que sea solo un mito.