Algo extraño se esconde en los bosques nevados de Pensilvania, y una mujer afirma haber capturado con su cámara digital, la prueba de su existencia.
La fotografía de una extraña criatura no identificada ha ido ganando popularidad desde su aparición en Facebook. Publicada por una usuaria de la gran red social, bajo el seudónimo de «Polly», la imagen borrosa muestra una criatura de color oscuro caminando en cuatro patas. Debido a la pixelación es difícil determinar exactamente lo que es, sin embargo, la prensa lo ha descrito como un «bebé sasquatch», mientras que en otros se han referido a él como un ‘Troll’ debido a su aspecto desgarbado como la criatura «gollum» de la saga «El Señor de los anillos».
Esta bestia desgarbada no parece encajar en la descripción del Bigfoot Americano, por lo que muchos han decidido simplemente apodarlo «El troll»
El 24 de diciembre de 1909 la familia Thomas se preparaba para disfrutar un año más de una entrañable celebración. Durante todo el día los miembros de esta familia de granjeros del pequeño pueblo de Brecon, situado en Gales (Reino Unido), habían estado preparando la gran fiesta que, como cada año, reuniría a la familia y a varios amigos y vecinos. Todo parecía ideal para disfrutar de una noche de alegría en la que el espíritu de la Navidad lo impregnaba todo. Incluso el clima parecía querer unirse a la celebración, pues acababa de nevar y el campo estaba cubierto con una capa de nieve que convertía el paisaje en una postal. Al comenzar la cena todo era perfecto.
El guiso de la señora Thomas impregnaba el ambiente con un olor apetitoso, demostrando una vez más que era una excelente cocinera. Los niños jugaban y esperaban el momento de los regalos y los mayores conversaban animadamente. Nada hacía presagiar que algo acechaba a aquella gente, que el misterio se iba a materializar de forma trágica rompiendo para siempre la familia.
Gritos de socorro
La velada fue avanzando en medio de una conversación agradable. El cabeza de familia, Owen Thomas, era un excelente anfitrión, como había demostrado en anteriores ocasiones, y de su hospitalidad disfrutaban esa noche el comisario del pueblo, el veterinario y el pastor de una localidad vecina, todos acompañados de sus familias. En total eran quince personas. La fiesta avanzaba y la señora Thomas se percató de que se estaba acabando el agua. No había problema, a apenas unos metros de distancia de la casa tenían un pozo y solo había que ir con un cubo a sacar un poco de agua. Como los mayores estaban en medio de una agradable charla, decidió pedir a su hijo Oliver que saliese un momento a buscar agua al pozo. Una decisión que la pobre mujer lamentaría toda su vida. Oliver tenía once años, había ido en multitud de ocasiones a por agua al pozo y no le importaba demasiado dejar durante unos instantes el cálido ambiente que proporcionaba el hogar encendido. Afuera hacía frío, pero había acabado de nevar y se veían ya las primeras estrellas. El niño se calzó unas pesadas botas y, protegido con una bufanda que amorosamente le había colocado su madre, salió resuelto con un balde en la mano. Solo habían pasado unos instantes –después dirían los que se quedaron en la casa que apenas fueron diez segundos– cuando todos se estremecieron al oír un alarido del pequeño. Fue un grito penetrante, más que nada de sorpresa, que inmediatamente después fue seguido por llamadas de auxilio. Continuar leyendo «La misteriosa desaparición de Oliver Thomas.»
Esta sorprendente fotografía fue tomada por casualidad en una de las escalinatas que llevan hacia la cima del cerro San Bernardo de la ciudad argentina de Salta. Se conoció hace algun tiempo a través de las redes sociales y su autora es una joven salteña.
La toma se realizó aproximadamente a las siete de la tarde, en la escalinata que se encuentra junto al cruce con el cerro 20 de Febrero. Ese día, durante un fin de semana largo, la visita de familiares de otras provincias procuró una visita al cerro vigía de la ciudad. En un tramo de la caminata de ese día, se tomó esta foto. Cuál sería la sorpresa, días después, al ver que en la toma aparecía esta figura de cuya existencia nadie se había dado cuenta en el momento del hecho.