La recóndita y tranquila tribu indígena Yanomami localizada en la inmensa selva amazónica del sur de Venezuela, recibió la inesperadavisita de un grupo de periodistas invitados por el gobierno para demostrar que no hay pruebas de la presunta masacre denunciada a fines de agosto. Usualmente casi desnudos, en esta ocasión los Irotatheri reciben la visita ataviados con una tela roja: unos cubren sus genitales, otros adornan sus cabezas o las mujeres la usan para cargar a sus bebés. El ‘nuevo atuendo’ es un regalo de la ministra para los Pueblos Indígenas, Nicia Maldonado, que llegó días antes a la zona para investigar la denuncia.
Seguimos contando disquisiciones filosóficas de las reuniones típicas de café del barrio intelectual de Buenos Aires. Esta vez los “sabiondos” se reunieron el jueves a la tarde, por lo que no tuve tiempo para escribir algo muy elaborado de lo conversado, para llegar a tiempo, pero aquí está el resumen de la discusión.
Las cosas no siempre son lo que parecen tanto en la realidad diaria como en la política, como se ve en el artículo la «realidad es debida a la de-coherencia», lo que conocemos es una forma determinista de una de las posibles estructuraciones del sub-mundo cuántico y por supuesto no la única, pero si enteramente predeterminada.
La Biblia nos dice que Jesús, en su tierra hizo pocos milagros, ya que pese a ser el Hijo de Dios, como cualquier santo, no pudo realizar modificaciones en la de -coherencia, que no se rompía sin la fe de todos los presentes. Fe en que podrían suspenderse las leyes naturales.
Existen otras realidades «para normales» que obedecen a otra estructuralización de este sub-mundo.
Es así que nuestra realidad temporal, está desde el principio construida por una causalidad férrea (cada vez más estable al afianzarse en el tiempo , como es dable comprobar con la evolución de las especies y la aparición de nuevas enfermedades para solo enumerar algunos temas) y aún las otras realidades mantienen un encadenamiento a su vez férreo entre causas y efectos, aún en temas paradojales extra temporales. Continuar leyendo «Las cosas no siempre son lo que parecen»
Los hombres reptiles o «reptiloides» son una supuesta raza anterior a la humana, quienes vivieron desde los comienzos de los tiempos e incluso siguen existiendo en nuestros días, escondidos en cuevas subterráneas esperando el momento oportuno para volver al exterior y reclamar el lugar que les corresponde. Algunos de los argumentos de quienes creen en ésta especie de seres es que son extraterrestres que vinieron desde las Pléyades de la constelación Tauro a la Tierra, en tiempos remotos y que durante mucho tiempo convivieron con nuestros antepasados. En algún momento y, por razones que difieren entre uno y otro correlato, se vieron obligados a permanecer en las profundidades del planeta, y han ido evolucionando paralelamente a la raza humana, esperando el momento oportuno para volver a la superficie.
Dependiendo del contexto, también se los denomina: Reptoides, Dinosauroides o Seres Lagartija y son numerosos los testimonios y bibliografía que existe en torno a ellos.
Reptiloides en las civilizaciones antiguas.
En un gran número de las civilizaciones antiguas, existieron manifestaciones de Fe hacia figuras con las características de los hombres lagarto. El Quetzalcóatl de la civilización Azteca o el Kukulcan, para los Mayas, que en ambos casos significa «Serpiente Emplumada» o serpiente de bellas plumas, nos da un primer indicio de los reptiles como íconos a los que se les rendía homenaje. También en la cultura egipcia, nos encontramos con un Dios reptil o mejor conocido como el Dios Cocodrilo; Sobek. A quien se le atribuye la gracia de la fertilidad, la vegetación y nada menos que la vida humana.
En el medio oriente, existen algunos seres reptilianos que van desde algunos djinn o «demonios» a dragones, pasando por hombres reptiles. Esta tradición data desde inmemorables años. En uno de los libros apócrifos supuestamente el perdido de Jasher o yashar, se describe una raza humana de la serpiente.
Hombres reptiles en la cultura popular Zulú.
En la actualidad, existe en Africa la creencia popular de que hace miles de años atrás, llegó de más allá del cielo, una raza de gente cuya fisonomía era similar a la de los hombres lagarto. La población Zulú, de Sudáfrica, ha transmitido ésta cultura a través de sus generaciones y aún en la actualidad, podemos escuchar la historia, de como éstos reptiloides, que podían cambiar de forma a voluntad, tomaba en ocasiones la apariencia humana. Y en algunos casos, los jefes de las tribus casaban a sus hijas con extraterrestres, con el objetivo de procurar una raza con poder de Reyes y Jefes de tribu. [Leer más sobre ésta creencia en : Entrevista al Chamán Credo Mutwa]
Testimonios sobre apariciones de Seres Reptiles.
No hace mucho tiempo atrás, publicamos en éste mismo blog, un artículo sobre la legendaria aparición de la Rana de Loveland en la localidad en Ohio, Estados Unidos en el año 1955. Numerosos casos trascendieron desde aquel avistamiento del Hombre Rana, sin embargo, el más celebre sucesor de la rana de Loveland en años recientes fue la locura del Hombre Lagarto que se propagó en Bishopville, South Carolina, en 1988. Un hombre reporto que una bestia reptil de siete pies de ojos rojizos y apéndices de tres dedos persiguió su auto a través de una carretera rural a 40 millas por hora. Un gran número de otros avistamientos le siguieron, y los oficiales de policia descubrieron huellas de tres tobillos. Pero como todo gran enigma, aun no se ha podido dar respuesta fáctica a los sucesos acontecidos.