El reciente descubrimiento de un templo Maya de más de 1.600 años de antiguedad ha despertado un gran interés arqueológico. Se trata del Templo del Sol Nocturno, un templño visible desde varios kilómetros y adornado con máscaras Mayas gigantes del dios del sol.
Perdido durante mucho tiempo en las profundidades de la selva de Guatemala, el templo está finalmente mostrando sus misterios a los arqueólogos, y revela nuevas pistas sobre la cultura Maya.
A diferencia de los relativamente centralizados imperios azteca e inca, la civilización maya, que abarcó gran parte de lo que hoy es Guatemala, Belice y México, fue una agrupación informal de las ciudades-estado.
En 2010, los arqueólogos que trabajan en una colina cerca del centro de la ciudad antigua descubrieron La Pirámide del Diablo, de 45 metros de altura. Dentro de ésta edificación, se encontraron con un palacio real y una tumba, que se cree fue utilizado para contener la tumba del primer gobernante de la ciudad, que vivió alrededor del año 350 a 400 dC.
Por la misma época, el equipo de arqueólogos vislumbraron los primeros indicios del Templo del Sol Nocturno, detrás de la tumba real de la Pirámide y recientemente, las excavaciones pusieron al descubierto las obras de arte sin precedentes que contiene éste enigmático lugar.