La automatización, cada vez mayor de los telescopios permiten ir encontrando objetos cada vez más asombrosos.
Se han descubierto ya dos asteroides, pequeños cuerpos rocosos, de no más de 100 metros de diámetro, no esféricos, que co-orbitan junto a la Tierra.
Comparten la órbita terráquea en una forma harto extraña, por la interacción de la gravedad Solar y de la Tierra.
El hasta ahora mejor estudiado es el 2002 AA29, que efectúa la órbita llamada en “herradura” que coincide en alejamientos y acercamientos “pendulares”: Se adelanta en la trayectoria de la Tierra desde una cercanía de 2.000.000 de Kilómetros, pasa por el otro lado del Sol y se va frenando hasta acercarse por el otro lado de la órbita a 2.000.000 de kilómetros, acelerando inversamente hasta lograr el punto inicial y volver a comenzar, en un período de 95 años, hoy.
Pero cada vez el acercamiento es mayor y habrá una posición que hará acompañamientos en acercamiento más largos, hasta que la gravedad de la Tierra domine a la Solar y este se convierta en el segundo satélite natural, junto con la Luna.
El otro asteroide con órbita en herradura es el asteroide Cruithne 3753, que terminará siendo el tercer satélite natural terrestre.
Fechas tentativas de estos dos acontecimientos satelitales, cuarto y quinto milenio, respectivamente. Para entonces habrán sido muy estudiados y visitados siglos antes.