Gran polémica ha causado la noticia de que el gobierno de Francia, estaría pensando en poner a la venta el cuadro de La Mona Lisa, pintura universal del genio Leonardo Da Vinci, para poder pagar sus deudas.
Según especialistas el precio del cuadro es cercano a los mil millones de dólares, esto servirá para pagar en parte una deuda interna que se estima en 2.500 millones de dólares.
Si bien el gobierno francés no se ha pronunciado oficialmente sobre el hecho, la polémica evidentemente ha comenzado, y muchos se preguntan si un gobierno puede vender algo que es un patrimonio de la humanidad.
Una reunión del Grupo Bilderberg secreto esta semana se ha reunido con la sospecha y la intriga.
El grupo de Bilderberg, formado en el año 1954, se compone de una serie de figuras influyentes que se reúnen una vez al año en una conferencia privada a la que están invitados sólo unos pocos individuos selectos. La naturaleza exacta y el propósito de estas reuniones ha sido motivo de debate durante años, lo que lleva a las críticas y teorías de conspiración que incluyen la sugerencia de que el grupo de reunirse para discutir los planes para un Nuevo Orden Mundial.
El club, conferencia, grupo o foro Bilderberg es una reunión anual a la que asisten aproximadamente las 130 personas más influyentes del mundo, mediante invitación. Los miembros se reúnen en complejos de lujo ubicados en Europa y Norteamérica donde la prensa no tiene ningún tipo de acceso. Su oficina está en Leiden (Holanda) y el nombre procede del primer hotel en el que tuvo lugar la primera reunión, en los Países Bajos.
La última reunión, organizada en el Hotel Grove en Watford, a 18 millas del centro de Londres, no es una excepción. Numerosos manifestantes se reunieron para expresar su indignación por el carácter secreto de las negociaciones. Los gritos de «¿Qué tienen que esconder?» y «¿Por qué estamos financiando esto?» han sido un elemento básico de la condena de la opinión pública durante años. Existen rumores de que el grupo Bilderberg podría llegar a cambiar su política y permitir que los medios de comunicación entren a las reuniones para informar sobre los temas que en ella se tratan durante los cuatro días que dura el encuentro. Sin embargo, parece que al menos por el momento, eso es muy poco probable.
¿Una locura? Así se puede calificar, de primeras, la propuesta de un movimiento ciudadano suizo que pretende que todos tengan de por vida una renta de casi 2.100 euros al mes (2.500 francos suizos), trabajen o no trabajen; sean ricos o pobres.
Vista aérea de Ginebra
A simple vista parece una locura, o un fragmento del guión de una comedia cinematográfica, pero nada más lejos de la realidad: varios artistas, cineastas y simpatizantes del socialismo suizos están a favor de esta iniciativa filantrópica, que garantizaría el bienestar de todo el país, más allá de su situación personal. «No es tan obligados (los suizos) a aceptar cualquier trabajo por razones puramente financieras», asegura Oswald Sigg, del Partido Socialista suizo.
El movimiento ya se ha lanzado en la búsqueda de apoyos para instaurar este sistema que se incluiría en la Constitución. De momento, 100.000 firmas son suficientes para someter el texto a referéndum. ¿Te imaginas que te preguntaran si querrías recibir 2.100 euros al mes de por vida? ¿Quién no lo aceptaría?Evidentemente, no es oro todo lo que reluce, y los suizos lo saben: aplicar esta utópica medida conllevaría un golpe durísimo y evidente a las arcas del Gobierno suizo que, según el medio Le Matin, se vería obligado a compensarlo con una presumible bajada de sueldos públicos y a un moderado aumento de impuestos. Y, claro, ¿quién se atreve con algo tan radical en un país en el que todo va tan bien?