Durante muchas semanas, los habitantes de Varna creyeron que el «gato verde» que deambulaba por las calles de la ciudad era en realidad una víctima de algunos desaprensivos que lo había teñido de ese color.
Probablemente todo el mundo habrá escuchado alguna vez la expresión «ser más raro que un perro verde». Hasta ahora nada se sabía sobre los gatos de ese color. Sin embargo, hace unas semanas los habitantes de un barrio de Varna, la tercera mayor ciudad de Bulgaria, descubrieron con sorpresa que uno de los gatos callejeros que transitan por el vecindario presentaba un pelaje de color verde intenso.
Tal y como cuenta el blog «Bored Panda», este insólito suceso despertó la curiosidad y el estupor de los vecinos, que creyeron que el felino había sido víctima de la cruel broma de un desaprensivo. Por ello, decidieron crear una página en Facebook para denunciar el suceso y tratar de identificar a los autores de la gamberrada y poder darles su merecido. La búsqueda fue infructuosa.
Descartada la teoría de la broma, algunas voces hablaban de una posible mutación genética que hubiese dotado al gato de un color tan peculiar. Los más fantasiosos, en cambio, especulaban con que fuera el resultado de algún tipo de experimento alienígena, ya que el gato había estado desaparecido durante varios días después de, aseguraban, haber sido abducido.
Sin embargo, la explicación resultó ser mucho más sencilla. Después de estudiar las costumbres del felino, descubrieron que el animal se había acostumbrado a dormir dentro de una lata de pintura en polvo guardada en un garaje abandonado. Esa costumbre no solo hizo que su pelo se tiñera de verde, sino que propició que el color se volviera cada vez más intenso.
De momento, se desconoce si la pintura puede afectar de forma negativa a la salud del animal, ya que debido a su carácter huraño los veterinarios no han podido examinarlo. Mientras no consigan capturarlo y darle un buen baño que lo libre de la capa de pintura, este curioso gato verde seguirá siendo una auténtica atracción para los vecinos de Varna. En cambio, al resto de felinos que pululan por el vecindario no parece importarles mucho el curioso color que ha adquirido el pelaje de su compañero.