Stephen Hawking y el no-dios

Van dos libros, en donde el sabio inglés es ayudado por otro físico de fuste, el americano Leonard Mlodinov. Esto se debe a las dificultades físicas por todos conocidos, pero también por la amistad y la comunión de pensamiento.

“Una historia del Tiempo”, -el último libro-cobija muchas de las nuevas teorías de Hawking, donde como Laplace, resuelve todo sin la necesidad de un dios. Hasta aquí coincido.

Pero en este libro, aún no puede desprenderse de un profundo sentimiento antropogónico, donde las cosas tienen un principio y un fin y donde de la nada, aparece algo, presupuestos que son rémoras que nos atan a nuestra primitivas vivencias y son base de los mitos y las religiones.

No es posible innovar del todo, cuando aún se encuentra el conocimiento atado a preconceptos derivados de estos “sentimientos” y razonamientos inherentes.

Dos cosas encuentro como ejemplos vacuos de todo contenido moderno de este libro; no hay mención alguna sobre la problemática extraterrestre, siquiera en sus formas más convencionales.

Por lo tanto, se deja de lado la copiosa experiencia que hoy se posee sobre el tema.

El otro gran defecto es sobre la completa inopia sobre los avances siquíatricos, sobre las vidas pasadas. Este tema está ya muy bien estudiado.

Aparte, la lectura de los Libros Akáshicos, técnica muy provechosa, no es más que la posibilidad de espiar los avances del futuro de la sociedad, incluso de las nociones científicas, que impactarán en nuestras vidas en los futuros años.

Nociones que he encontrado en mi Libro Akáshico y que he ido escribiendo, con el paso de los años se van convirtiendo en las nuevas teorías conocidas. El entramado del espacio-tiempo, tiene una fenomenología que excede las leyes que se conocen desde hace un tiempo. Por ahora, muchas entran dentro de las paradojas temporales.

Stephen Hawking, no ha tenido la experiencia de haber sido abducido-muchas veces harto enriquecedora-, ni ha experimentado las técnicas de vidas pasadas, por lo que no puede ni considerar la existencia del espíritu humano y su continua perfección en el continuo re-encarnar.

Sus libros, al no tener estas partes del conocimiento humano, son por lo tanto incompletas, pese a sus innegables logros. Las siento como una verdadera “castración” del cuerpo del conocimiento.