La realidad casi siempre supera la ficción. Por eso, aunque en la gran pantalla a todo el mundo le sorprendió el caso de Benjamin Button, interpretado por Brad Pitt, en la vida real a Zara Hartshorn le pasa algo similar: es una adolescente inglesa que, a pesar de que sólo tiene 16 años, tiene un aspecto de una mujer de 60.
Y es que Zara Hartshorn padece una rara enfermedad denominada lipodistrofia, causada por anormalidades genéticas heredadas, en este caso de su madre. Esto ocasionaba que su piel careciera de elasticidad y se la viera arrugada y torcida.
Zara no ha tenido una vida nada fácil. Desde pequeña ha estado expuesta a las burlas y risas de sus compañeros de colegio, que la llamaban «mono» y «abuela». Hasta tal punto, que una vez el conductor de un autobús le hizo bajarse porque no se creía que fuera una niña; también la han confundido con la madre de su hermana, cinco años mayor que ella.
Ahora, su vida ha cambiado gracias a una técnica pionera en Estados Unidos y que consiste en realizar una cirugía de estiramiento facial, operación que le han realizado de forma gratuita, según informa en su edición digital el diario ‘Mail’. Esto le ha permitido ganar confianza en ella misma, lo que ha provocado que inicie una relación con un chico, Ricky, y que tenga fuerzas para cumplir su deseo de estudiar en una universidad.