Respecto a la paradoja de Fermi

Esta se resumiría pensando que si aún no tenemos conocimiento siquiera indirecto de otras civilizaciones, podría acaso nuestra Tierra y nosotros ser un resultado irrepetible, único en la inmensidad del Universo? La fórmula de Drake, postularía la enormidad de posibles mundos habitados por criaturas inteligentes.

Este temor expresado por Enrique Fermi, aparte de ser una concepción que tiende a pensarnos como “el ombligo del mundo”, razono que por suerte hoy ya podemos pensar de una manera diferente a la atávica idea reiterada que nos persigue desde la antigüedad de «la especial creación divina del centro universal».

Para que esta paradoja aún exista se deben presuponer demasiadas cosas improbables, porque nos hace pensar en formas atadas a concepciones arcaicas de la energía: Por ejemplo se menciona la esfera de Dyson, que hace de la colecta de energía de civilizaciones muy avanzadas un asunto de técnicas tan poco elaboradas como improbables.( Rodear toda una estrella con espejos recolectores de energía , cubriéndola en una esfera amplia en órbita lo que es algo muy rudimentario en su principio y muy oneroso en su improbable construcción.)

Además, sería la propia estrella imposible de detectar como tal (y menos su civilización) sin prácticamente cosa mensurable que la delate-En especial la luz -). Creo que existirán muchas formas mejores en el futuro de aprovechamientos energéticos y que a ninguna mente hoy le es dable pensar o leer e interpretar en el Libro Akáshico un futuro tan distante. Continuar leyendo «Respecto a la paradoja de Fermi»

El misterio de los ataudes deslizantes de Barbados

La bahía de Oistin, en la costa sur de la isla de Barbados, en las Antillas Menores, es un lugar muy turístico. Sin embargo, su fama no se debe a las arenas coralinas de playas paradisíacas ni a cálidas palmeras tropicales, sino a una increible historia que no ha podido esclarecerce hasta nuestros días. Aquí, en el cementerio de la Iglesia de Cristo, (Christ Chursh) se encuentra uno de los grandes enigmas del siglo pasado.

Se trata de una cripta abandonada a la cual nadie se atreve a entrar. por motivos que relataremos a continuación:

La Historia de la Cripta del Panteon Chase

La tumba es una cripta de gran tamaño, construida en parte sobre la superficie y en parte bajo tierra y aunque en los registros de la iglesia se hace referencia a la tumba como la cripta Chase, en ella fueron sepultadas otras personas que no pertenecían a ésta familia.

Se construyó hacia el año 1742 por indicación de la familia Walrond, aunque ellos nunca llegaron a utilizarla y algunos años más tarde fue vendida a otra familia de apellido Elliot, pero al poco tiempo fue vendido por los Elliot a la familia Chase; Que era considerada por muchos vecinos del lugar como una familia agresiva y violenta. En el año 1807, el mausoleo recibió su primer ocupante; Los restos de una mujer de llamada Thomasina Goddard fueron depositados en la parte superior de la Cripta.

Al año siguiente, fue enterrada una pequeña de dos años cuyo nombre era Mary Anne Chase. El 6 de julio de 1812, llegó Dorcas, una hermana mayor de Mary Anne, cuya muerte dio origen a algunas murmuraciones. Algunos comentarios indicaban que el tiránico padre de la chica la había atormentado hasta la desesperación, y que ella se había quitado la vida rehusando todo alimento. Pese a éste rumor, su funeral se efectuó sin incidente.

Los ataudes del Panteon de los Chase

Cuatro semanas después la tumba tuvo que abrirse otra vez para recibir el cuerpo del jefe de la familia Chase, el honorable Thomas Chase, quien era, según la opinión general, uno de los hombres más odiados de la isla. Y conforme la luz de la lámpara fue iluminando la cámara, se hizo claro que algo extraño había ocurrido en el lugar. Los cajones no se encontraban en sus posiciones originales. El de la infante Chase había sido arrojado, con la cabeza hacia abajo, a la esquina opuesta, en tanto que el de la señora Goddard se encontraba sobre un costado, contra la pared. Continuar leyendo «El misterio de los ataudes deslizantes de Barbados»

Misterios sin Resolver : El Paso Dyatlov

Este relato representa un gran misterio, aún vigente, de la antigua URSS. En el año 1959, un grupo de nueve alpinistas murieron bajo circunstancias misteriosas en los Montes Urales.

Durante el mes de febrero del año 1959, una decena de alpinistas se preparaba para realizar una expedición a la cordillera montañosa. El clima acompañaba las espectativas del grupo de estudiantes del Instituto Politécnico Ural a cargo de Igor Dyatlov, de 23 años, quien era un esquador y alpinista experimentado. Momentos antes de emprender el viaje hacia la base del monte Otorten nadie se podría haber imaginado el destino de tal odisea. Al llegar al último lugar de aprovisionamiento el día 28 de enero, un miembro del equipo llamado Yuri Yudin, enfermó repentinamente, lo que le obligó a quedarse allí para recuperarse ante la imposibilidad de seguir el ritmo del resto del grupo de estudiantes. Paradójicamente, aquella circunstancia se convirtió para su protagonista en un suceso providencial. Desanimado, Yudin se despidió de sus nueve compañeros. Esta sería la última vez que los vería con vida.

Cuando Yury se despidió de Igor, este le dijo que si el clima empeoraba, la fecha de regreso, prevista para el día 12 de Febrero podría postergarse. Ese fue uno de los motivos de que nadie se percatara de la posterior desaparición del grupo de alpinistas. Tal y como Igor lo había previsto, el clima empeoró, y ésto obligó a al grupo de jóvenes a desviarse de su curso, para formar un campamento desde el cual esperar a que las condiciones del clima mejoraran.

El día 20 de Febrero, los familiares de los jóvenes dieron la voz de alarma ante la ausencia de noticias de sus seres queridos. Ese mismo día se movilizó un equipo de rescate con miembros de la policía y del ejército y por un grupo de profesores y alumnos de la actual Universidad Técnica de los Urales. Después de varios días de búsqueda, encontraron el último campamento en el que se habían establecido los estudiantes. El estado del campamento no presagiaba nada bueno. Las tiendas estaban totalmente rajadas desde dentro y cubiertas parcialmente por nieve. No había nadie en su interior, pero, extrañamente, los objetos personales, incluso la ropa de abrigo, permanecían allí. Al revelar las fotos de las cámaras que los jóvenes habían dejado atrás como mudos testigos de lo sucedido, se determinó que el grupo había acampado en ese lugar el 2 de febrero hacia las cinco de la tarde. Continuar leyendo «Misterios sin Resolver : El Paso Dyatlov»