Una entrevista del año 2007 al Sargento Comandante Mayor retirado Robert Dean. En la primera parte, Bob Dean comparte sus conocimientos sobre el fenómeno OVNI y cuenta sobre los archivos que encontró en la década del 60′ pertenecientes al informe llamado «La Evaluación», mientras trabajaba en el cuartel general de la OTAN en Europa. En éstos documentos se hablaba de la presencia de extraterrestres en la tierra desde tiempos remotos y se valoraba si estas culturas cósmicas representaban una amenaza para los seres humanos. Al retirarse del ejército, el Sargento Dean tomó la decición de hacer público éste secreto.
El Hobbit u Homo floresiensis, vivió hasta hace 12.000 años en la isla indonesia de Flores. Con apenas un metro de estatura y un minúsculo cerebro de 380 centímetros cúbicos, similar al de un chimpancé, representa una nueva especie del género Homo que convivió en algun momento de la historia con los Sapiens.
El descubrimiento de un ejemplar de Hobbit en octubre del año 2004 generó una gran polémica entre la comunidad científica. Por aquel entonces, los antropólogos que publicaron su investigación en la revista científica Nature, lo presentaron como una nueva especie de Homo sapiens que sería heredera del Homo erectus, el antecesor del homínido moderno. Pero en dicha publicación no quedaba claro cómo el pequeño humano había involucionado hasta convertirse prácticamente en un pigmeo. Error que algunos científicos aprovecharon para minimizar éste increible descubrimiento, atribuyendo la estatura del esqueleto y el tamaño de cerebro a una supuesta microcefalia. (Investigación publicada en Science en el año 2006)
Sin embargo, recientes investigaciones intentan demostrar que el hombre de Flores pertenece en realidad a una nueva especie descubierta. La confirmación ha llegado con dos nuevas investigaciones de Nature. En ellas queda totalmente desmentida la microcefalia del Homo floresiensis y, por lo tanto, deja abierta la posibilidad de que se trate de una nueva especie.
En un primer artículo, Eleanor Weston y Adrian Lister, del Museo de Historia Natural de Londres, llegaron a su conclusión a través de la siguiente analogía: Tomaron como modelo animal a fósiles de hipopótamos que, al vivir aislados en la isla de Madagascar, separados de sus antecesores, desarrollaron enanismo y encogieron de forma desproporcionada. Esto les llevó a afirmar que algo similar ocurrió con el cerebro del Homo floresiensis, que se hizo tan pequeño por el efecto de vivir en una isla, y no por una patología médica.
En el segundo estudio, William Jungers, de la Universidad de Stony Brook (Nueva York), y su equipo estudiaron los pies del hombre de Flores. Sus hallazgos muestran que las características de sus extremidades, que se parecen a las que se ven en otros primates, emparentan a este homínido no con el Homo erectus , sino con otro más remoto y primitivo. Es una nueva vuelta de tuerca en el puzle incompleto de la evolución humana, un misterio más en la búsqueda del eslabón perdido de la humanidad Pero, de momento, el hobbit ya es humano.
La pasión y la muerte de Cristo constituyen el punto central de la fe cristiana desde los primeros tiempos de la Iglesia. Pero, ¿y si en vez de morir en la cruz se hubiera casado y tenido hijos? ¿Y si sus descendientes vivieran en la actualidad?
A la izquierda se puede observar la Obra de Giotto (1286-1337) : La crucifixión. Esta versión ha sido fuente de inspiración para incontables artistas. Pero, ¿murió Cristo realmente en la cruz?. Los autores de un libro repleto de argumentos convincentes, «The holy blood and the Holy Grail» (1982), creen que no, y presentan una interpretación totalmente nueva.
El descubrimiento de documentos secretos, de un tesoro o -como han sugerido algunos- de reliquias momificadas, de Cristo en la aldea de Rennes le Château, en el sudoeste de Francia, transformaron repentinamente en millonario a un pobre cura rural. Pero eso también puso en marcha una serie de acontecimientos que condujeron al descubrimiento de determinado secreto; si éste resulta ser cierto, será la revelación más importante de la historia de la Cristiandad.
Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln relatan la historia de las pistas que les llevaron a formular sus asombrosas conclusiones en su best-seller «The holy blood and the Holy Grail» (La santa sangre y el Santo Grial), publicado en 1982. El libro ha provocado reacciones tanto de entusiasmo como de rechazo entre los lectores. Los críticos convencionales -como era de prever- han descartado las afirmaciones de los autores considerándolas una fantasía absurda, basada en pruebas insustanciales. Pero esos comentarios son tan injustos como falsos. Nadie puede descartar por las buenas las numerosas pruebas reunidas, que por lo demás son presentadas con suma cautela. Más bien podría afirmarse que estos autores han subestimado la amplitud y las verdaderas implicaciones del material que han reunido, y que han pasado por alto muchas cosas. Tras los secretos revelados subyace un misterio aún mayor.
Richard Leigh, Henry Lincoln y Michael Baigent (de izquierda a derecha), los autores de «The holy blood and the Holy Grail» – La santa sangre el Santo Grial. En este libro, plantean la sorprendente teoría de que una sociedad secreta – el Priorato de Sión – preserva los intereses de los descendientes directos de Cristo.
En su Obra, presentan pruebas de la existencia de un antiguo misterio de alcance internacional y de una sociedad secreta con numerosos estratos y cuya influencia ha llegado hasta hoy. El punto de partida de su investigación fue un enorme y enigmático tesoro escondido; su conclusión final es la asombrosa afirmación de que Jesús se casó con María Magdalena y tuvo hijos. Los descendientes de esos hijos -creen ellos- emparentaron con otros reyes y gobernantes de la antigüedad, sobre todo con los merovingios, la primera dinastía de reyes francos en las Galias, y existen todavía descendientes directos que aguardan un llamado -o una oportunidad- para asumir un papel decisivo en la política europea y, posiblemente, en la mundial. Eso, por lo menos, es lo que los autores deducen de los hechos que han descubierto.
Los herederos de Cristo
La vinculación entre la santa sangre y el Santo Grial que aparece en el título del libro parte de un ingenioso juego de palabras. El Santo Grial es un concepto complejo y misterioso. Para algunos autores es una piedra; para otros un depósito de reliquias santas. Pero, con más frecuencia, se trata de la copa que utilizó Cristo en la Última Cena, copa en la que fue recogida su sangre cuando estaba en la cruz. En muchos de los primeros manuscritos sobre el Grial se lo llama Sangraal y aún en la versión posterior de Malory aparece como Sangreal. Baigent, Leigh y Lincoln afirman que alguna de estas formas -Sangraal o Sangreal- estaban más cerca de la original. Y dividiéndolas en dos palabras, como parece lógico hacer, llegan a la conclusión de que la palabra tal vez originariamente no fuera «San Graal» o «San Grial», sino «Sang Raal» o «Sang Réal». «O -como afirman triunfalmente- empleando la ortografía moderna, Sang Royal, es decir, sangre real.» O sea que la leyenda sobre el traslado del Santo Grial de Judea a Europa no se refiere a la leyenda del traslado de un objeto, sino a la verdadera historia de la llegada de los descendientes de Jesús y María Magdalena, portadores de la sangre real o «sang réal». Continuar leyendo «El Priorato De Sión»