La misteriosa trayectoria de las sondas Pioneer 10 y 11

Esta es la historia paralela de dos sondas espaciales. Una, la Pioneer 10, fue lanzada en 1972; la Pioneer 11 un año después. Ahora mismo, ambas deben estar en el espacio profundo, alejadas de la vista de cualquier ingenio humano, aunque sus trayectorias son demasiado fascinantes como para ignorarlas.

Y es que hay algo que ha estado ‘empujando’ a las dos naves, provocando que aumenten su velocidad. La aceleración es pequeña, menos de un nanometro por segundo, pero es lo suficiente para hacer sacado a la Pioneer 400.000 kilómetros de su trayectoria inicial. La NASa perdió contacto con la Pioneer 11 en 1995, pero todo hace indicar que podría estar ‘sufriendo’ el mismo proceso que su hermana gemela, y estaría muy fuera de su rumbo en algún lugar del espacio. ¿Y qué causa este desvío? Por el momento, nadie lo sabe.

Rayos Cósmicos

Por más de una década, los detectores del observatorio japonés Akeno estuvieron recibiendo rayos cósmicos que no deberían existir. Los rayos cósmicos son cualquier tipo de partícula que viaja por el universo casi a la velocidad de la luz. “Son las energías más altas conocidas en la naturaleza”, dice el doctor en Física de la Universidad de Oxford, Alberto Etchegoyen. Según la teoría de la relatividad de Einstein, cualquier rayo cósmico que llegue a la Tierra desde fuera de nuestra galaxia habrá sufrido tantas colisiones que no superará un máximo determinado de energía. Es el llamado límite Greisen-Zatsepin-Kuzmin. El problema es que algunos de los rayos que se detectaron en el observatorio japonés superaban ampliamente esa carga. ¿Estaba Einstein equivocado?, se preguntan algunos científicos. “También existe la posibilidad de que los rayos provengan de nuestra galaxia, pero no se conoce ninguna fuente que pueda producirlos”, afirma Etchegoyen, quien dirige el detector de rayos cósmicos con mayor superficie del planeta, el observatorio Pierre Auger Sur en la provincia de Mendoza. Financiado por varios países el observatorio fue construido especialmente para arrojar luz sobre los resultados de Akeno. “En caso de que éstos sean correctos, no hay ninguna teoría que pueda explicarlo”.

Misterios del Universo: Agua en el sistema solar.

Hasta hace muy poco tiempo se desconocía la existencia de agua en otros planetas del sistema solar. Incluso, se creía que el único lugar posible para la existencia del líquido vital era solamente el planeta Tierra. Hoy, gracias al aporte de las ciencias espaciales, podemos asegurar que existe agua casi en todos los planetas del sistema solar, desde la Mercurio hasta Marte pasando por las lunas, Europa, Ganímedes, Calisto y Encelado. A continuación, una breve recopilación de datos extraídos de Internet.

Agua en Marte: Los Montes Centauri.

En el cráter de los Montes Centauro que se ven en la fotografía, se muestran los cambios que delatan la posibilidad de que en el período de tiempo considerado en la imagen haya fluido agua en estado líquido del interior del planeta rojo. Durante los seis años transcurridos entre estas dos fotos tomadas por la sonda Mars Global Surveyor algo ha ocurrido. Un nuevo depósito de sedimentos ha aparecido, indicando que hace poco tiempo e impulsado por la presión interior, un chorro de agua ha conseguido emerger y ha dejado una marca visible.

Líquido en el Satélite Europa.

La superficie de la luna Europa es una cáscara de hielo colosal. Las líneas que se aprecian en la imagen  sugiere que se han producido grietas por las que se ha filtrado el agua líquida debajo, que después se hay vuelto a congelar creando de nuevo las grietas. Bajo la corteza podría ocultarse un inmenso océano de agua en estado líquido de más de 100 km. de profundidad, que se mantendría en ese estado por  las fuerzas de la marea creadas por la gravedad de Júpiter.

El Tempel 1

El Tempel 1 es un cometa atípico. La NASA, envió una sonda llamada Deep Impact (Impacto Profundo), con el objetivo de lanzar sobre él un proyectil para crear un cráter y así poder estudiar su interior. Los cometas son conglomerados de hielo y roca, más o menos densos, que al acercarse al sol pierden una parte de su material por sublimación. Transportan tanta agua, que podría ser el origen de los reservorios de éste elemento, que adorna nuestro sistema solar.

La Luna: Atención sobre Aitken.

El polo sur de la luna cuenta con varios cráteres, como la depresión Aitken, permanentemente alejados de la luz solar (parte azul). Si en algún momento de la historia del cosmos cayó un cometa con agua en nuestro satélite natural, lo cual es muy probable, el agua habría desaparecido por completo, salvo que pudiese haber caído en zonas como éstas, en donde los rayos del sol nunca llegan. Las sondas han detectado rastros de hidrógeno (uno de los componentes del agua) en Aitken.