En una época en donde todavía no existían ni el Photoshop ni el After Effects, aquellos que dieran con un método eficaz para trucar fotografías, podían obtener mucha atención y algun dinero por ello.
Eso es lo que sucedió con William Hope, un fotógrafo inglés del siglo XIX, que descubrió la técnica de la doble exposición y la utilizó para agregar rostros fantasmales a las imágenes que tomaba.
El timo de Hope no prosperó porque en su afán de conseguir más redito económico por su descubrimiento usó estas fotografías para convencer a familias de que podían contactarse con los muertos y cobrarles así bastante dinero por sus servicios de «espiritista».
Además, uno de los actores que oficiaba de fantasma en sus trabajos, llamado Fred Barlow, terminó por revelarse y pedirle más dinero a Hope a cambio de mantener silencio, lo cual provocó una pelea entre ellos. Barlow, se desquitó exponiéndolo como un fraude en 1932 ante la Sociedad de Investigaciones Parapsicológicas del Reino Unido.
Los obreros de una empresa que llevaba a cabo tareas de mantenimiento en el Museo Arqueológico de Nápoles, abandonaron su trabajo por supuestos fenómenos paranormales que ocurren en el lugar.
Con motivo de éste suceso, el Ministerio italiano de Bienes Culturales se puso en contacto con expertos en fantasmas para investigar durante el mes de septiembre las presencias inexplicables y sucesos sobrenaturales que ocurren en aquel lugar.
«Aquí suceden cosas extrañas», dijeron los obreros entrevistados por un periódico local. Lo que al principio era una intuición de los obreros fué convirtiéndose poco a poco en real: Muchos objetos fueron cambiados de sitio y varios cubos se llenaron misteriosamente.
A raíz de estos hechos, Oreste Alberano, el arquitecto encargado de las obras en el museo que dice no creer en fantasmas, se presentó personalmente en el centro a petición de algunos de los trabajadores. Fue él quien protagonizó el siguiente episodio de la historia, al tomar una fotografía en el recinto en la que apareció la silueta de una niña, que, naturalmente no era hija de ningún trabajador.
La directora del Museo Arqueológico, Valeria Sampaolo, dijo que «más que fantasmas», lo que se espera en el centro expositivo son «turistas de carne y hueso». Sampaolo rechazó la fantasmagórica noticia aparecida en «Il Mattino»: «Es algo carente de cualquier fundamento, pura fantasía, haremos un comunicado oficial para desmentirlo, y nos gustaría que se hablase del museo por su actividad». «Debo añadir que esa famosa foto circula desde hace más de un año y me la han enseñado hace poco: para mí no tiene ningún significado», dijo. Y zanjó: «Por otra parte, con las tecnologías hoy se puede hacer de todo». El escepticismo de Sampaolo no ha podido frenar la avalancha que la noticia ha generado. «Periodistas y cámaras de televisión atestan el museo en busca de alguna imagen. Pero ningún turista nos ha preguntado aún por el fantasma», aseguró la directora del museo.
El Museo Arqueológico de Nápoles alberga una importante colección de obras de arte, entre ellas el catálogo de la colección Farnese y los tesoros de Pompeya y Herculano.