Esta peculiar imágen fue publicada por el periódico The Sun en el año 2003. Fue tomada por una mujer llamada Angie D’Arcy en Evercreech, Somerset, Inglaterra, cuando intentaba retratar su casa de la infancia para conservar la imágen de recuerdo. Pero Angie se sorprendió cuando reveló la fotografía al descubrir que tras la valla de la casa y casi transparente, aparece un niño con una vestimenta «antigua». La mujer asegura que no hay truco y que nadie logra reconocer al joven de la foto, incluso los dueños de la propiedad. A pesar del increible misterio que despierta ésta imágen, la dueña de la foto nunca ha dado a conocer los negativos, a través de los cuales se podrían realizar los análisis apropiados para determinar si el muchacho que captó el objetivo es un fraude o un verdadero fantasma.
Atrapó a un duende en San Juan
Desde hace ya mucho tiempo, los vecinos de Chimbas, provincia de San Juan, aseguran ver un duende de orejas puntiagudas y de unos 30 centímetros de altura, que gruñe y «pega alaridos». Las apariciones de éste pequeño son frecuentes y cada tanto sale publicada alguna historia en relación a éste curioso fenómeno. La noticia que ha sorprendido aun más es la de un hombre de 31 años, que dice haber atrapado a éste ser mitológico, e incluso asegura haberlo tenido cautivo en una pequeña jaula durante unos días. Finalmente tuvo que dejarlo ir.
La noticia causó tal revuelo en el pueblo que hasta la Policía local fue ayer hasta una vivienda donde aseguraban que estaba el duende, pero llegó tarde: el curioso personaje ya no estaba.
Los lugareños, en tanto, aseguran que el duende estuvo más de una semana atrapado en una jaula, en la casa de un vecino, y dicen que muchos de ellos «tuvieron que pagar» para poder verlo.
En sus numerosos testimonios, los vecinos, citados por el Diario de Cuyo, de esta provincia, aseguraron que el duende mide entre 30 y 35 centímetros de alto, que tiene «orejas puntiagudas», que «camina de costado» y que «impresiona tanto que da miedo».
También sostuvieron que el personaje «gruñe y de noche pega unos alaridos tan fuertes que se escuchan en todo el barrio y los perros se enloquecen», motivo suficiente para haberlo dejado escapar.
El hombre que dice haber tenido en una jaula al duende es Ariel Fernández, quien, sin embargo, aseguró que lo liberó el miércoles pasado. Afirmó, además, que se arrepiente mucho de haberlo dejado ir, porque al día siguiente fue a su casa «gente de la Universidad» a querer comprárselo.