Google patentó un juguete inteligente que puede interactuar con humanos

Google registró una patente en Estados Unidos para juguetes inteligentes que toman en cuenta la presencia de personas en una habitación y pueden interactuar con otros aparatos electrónicos.

En un boceto publicado por la Oficina de Patentes de Estados Unidos, se puede ver lo que parecen ser conejos y osos de peluche con micrófonos integrados en las orejas, cámaras en los ojos, altavoces en la boca y motores en el cuello.

El juguete fue descrito como capaz de escuchar a alguien, girar la cabeza para hacer «contacto visual», escuchar lo que se dice y responder con frases pregrabadas.

Además, los juguetes podrán comunicarse con aparatos electrónicos a través de tecnologías inalámbricas como WiFi o Bluetooth, y podrían potencialmente tocar música o poner una película que un niño, o un adulto, les pidan.

La patente, publicada el jueves, habla de la posibilidad de usar este tipo de juguetes como un «control remoto inteligente» que podría centralizar la gestión de todos los aparatos del hogar.

«El aparato antropomórfico puede ser una muñeca o un juguete parecido a un humano, un animal, una criatura mítica o un objeto inanimado», indica la patente.

Podría también tener una función de reconocimiento facial, por lo que los dispositivos podrían reconocer «a quién están mirando», indican los documentos divulgados.

Richard Wayne DeVaul y Daniel Aminzade son los creadores de este invento. La solicitud de la patente fue presentada en febrero de 2012.

Oculus VR produjo su primera película en realidad virtual

Oculus VR ha contratado a un antiguo animador de Pixar para producir su primer cortometraje animado en realidad virtual, llamado «Lost».

Pocas empresas de tecnología han hecho tanto ruido en cuanto a innovación durante los últimos años como Oculus VR. Los creadores de las gafas de realidad virtual Oculus Rift pueden revolucionar tanto el mundo del entretenimiento como el de la investigación y mucho más, aunque por ahora solo haga eco en el primero.

La empresa, ahora propiedad de Facebook, ha contratado a un conocido ex-animador de los estudios de Pixar para producir nada menos que su primera película de realidad virtual, que lleva el nombre de Lost y la han desarrollado completamente como animación en computadora, siguiendo la tradición y especialidad de los maravillosos genios en Pixar.

Lost se estrenará esta semana durante el marco del Sundance Film Festival 2015, y el cortometraje ha sido dirigido por Saschka Unseld, quien fue el responsable del cortometraje The Blue Umbrella para Pixar en el año 2013.

Unseld ha confesado en una entrevista con Verge que cuando probó las gafas de realidad virtual Oculus Rift por primera vez sintió lo mismo que sintió cuando presenció el nacimiento de la animación computarizada:

Cuando probé por primera vez las [Oculus] Rift me di cuenta que este es un momento similar, es el nacimiento de un nuevo medio, un medio de entretenimiento completamente nuevo. Eso me hizo sumarme al proyecto [del cortometraje] inmediatamente.»

El cortometraje Lost es apenas el primer proyecto de la nueva división de Oculus VR que han llamado Oculus Story Studio, que como su nombre puede sugerir se dedicará a contar historias a través de la maravillosa realidad virtual que quiere revolucionar el mundo, gracias a las mentes de Palmer Luckey y John Carmack.

 

Svalbard, la gran esperanza botánica de la humanidad

Desde fuera, parece una nave espacial enterrada en medio de la nieve. Una trozo de cemento armado, con una vidriera alienígena y con una puerta de aluminio. Por dentro, sus pasillos parecen el escenario de un videojuego de acción en primera persona. Lo que esconden sus gigantescas salas climatizadas, solo está al alcance de la vista de unos pocos científicos. Aunque en Internet se rumorea que en su interior se guardan auténticas aberraciones, en realidad albergan una de las grandes esperanzas para la humanidad en caso de catástrofe.

El Banco Mundial de Semillas de Svalbard es una enorme despensa subterránea de semillas. Allí se conservan cuatro millones de tipos de 800.000 variedades de plantas, lo que viene a ser un tercio de todas las que hay en el planeta. Se abrió hace diez años y, si el cambio climático o una guerra nuclear arrasan nuestro planeta, se convertiría en un auténtico salvavidas botánico.

El banco se encuentra entre las montañas de la isla noruega de Spitsbergen, al norte del país y a tan solo 1.300 kilómetros del Polo Norte. Uno de los hombres que puso dinero para su construcción fue Bill Gates. La Fundación Rockefeller también contribuyó. Este hecho, y el secretísimo que rodea al proyecto, han hecho que en la Red circulen historias de lo más rocambolescas sobre lo que realmente pasa entre sus muros: desde que es un proyecto ideado por los nazis, hasta que es una especie de laboratorio en el que se idean sistemas para controlar a la población.

Pero nada más lejos de la realidad ideada por la calenturienta mente de un fanático de las conspiraciones: el Banco de Semillas es solo un gran laboratorio en el que además de guardar las semillas, se experimenta con nuevas variedades para adaptarlas al nuevo mundo. Continuar leyendo «Svalbard, la gran esperanza botánica de la humanidad»