Phyllis Bacon quedó sorprendida cuando al ver que en la fotografía que acababa de tomar de su jardín, aparecía claramente la imagen de un ser extraño revoloteando sus alas entre las ramas de un arbusto, al fondo del jardín de su casa en un poblado de Londres llamado New Addington.
A pesar de no haber encontrado ningún rastro de plata de lo que parece ser una hada igual que las que aparecen en los cuentos de niños, se conforma con exhibir la única prueba del mágico suceso ocurrido durante una tarde de verano de 2007.
Al principio, la señora Bacon se mostró reacia a mostrar la fotografía por temor a que la opinión pública la tildara de «loca» o de «fraude». Sin embargo, desde hace un tiempo, está dispuesta a buscar una explicación racional al fenómeno, motivo por el cual decidió finalmente hacer pública la imagen.
Las hadas de Cottingley (1917)
La fotografía desató una nueva polémica sobre la existencia de las Hadas y como es habitual, están quienes afirman que es posible que estos pequeños seres existan y aquellos que recuerdan el famoso caso de las hadas de Cottingley (1917). Una fotografía que Frances Griffiths le tomó a su prima; Elsie Wright de 16 años mientras jugaba en su jardín rodeada de pequeñas Hadas. La ilusión de las hadas de Cottingley, duró varias décadas hasta que por fin admitieron que se había tratado de un truco.