El elemento agua caracterizado por el amor y las curaciones, representando la estación otoñal y el atardecer, esta habitado por Ninfas, Sirenas, Nereidas y Ondinas, que se presentan como criaturas mitológicas en todos los ambientes líquidos tales como mares, ríos, arroyos de agua dulce, cataratas y hasta las nubes. Su apariencia es variable de acuerdo a su hábitat.
Las Nereidas son quienes gobiernan los mares.
Las Ondinas, que los griegos llamaban Náyades, se encuentran en los lagos, y tienen un predominio de la coloración azul y una energía receptiva.
Las Sirenas son mujeres-pez de gran belleza y con una preciosa voz.
Cuenta la leyenda que en el pasado eran seres humanos, pero fueron convertidas en pez por poderes desconocidos.
La parte superior de su cuerpo es una hermosa mujer de piel como de seda y tono bronceado y de cabellos verdosos o azulados similar a las algas. Su parte inferior es la de un pez con cola y escamas verdes-plateadas.
Sus formas son parecida a la de los seres humanos, con mismo el peso y altura. Aunque las sirenas suelen vivir unos 150 años.
Su alimentación se basa en algas, plancton y peces pequeños. Para respirar bajo el mar usan las escamas de su parte de pez, que les permiten estar varios días bajo el agua sin necesidad de salir a la superficie.
Los machos son conocidos como Tritones. La sociedad de estos seres es fuertemente patriarcal. Sus poblados están instalados en acantilados y arrecifes. Están construidos con corales y conchas marinas. Les gusta habitar en paz y armonía con su entorno.
Las sirenas son muy coquetas y les encanta adornarse el pelo con corales y conchas. Suelen salir a la superficie y tumbarse sobre rocas a entonar sus cantos.
El canto de la sirena es muy dulce y melodioso. Muchos marineros han encontrado la muerte al escuchar este canto tan sugerente.
En 1917, en un pequeño poblado de Cottingley, Inglaterra, dos niñas, Frances (10) y Elsie (16) revelaron al mundo un enigma inexplicable: Aseguraban haber fotografiado a unas hadas.
Si bien es cierto, el mito de las hadas han sido parte de la mitología europea, no fue sino con esta noticia cuando el fenómeno cobró gran notoriedad. Importantes revistas y diarios de aquella época cubrieron extensivamente el hecho ocurrido por las niñas de Cottingley, incluso hubieron estudiosos importantes, como el afamado escritor y autor de Sherlock Holmes, Sir Arthur Conan Doyle, quienes creyeron ciertamente, en que estos seres de fantasía, realmente existían.
Que justamente este escritor, quien dedicó gran parte de su vida al estudio de las hadas, llegando incluso a realizar un extenso y elaborado trabajo que clasificaba y explicaba el motivo de la existencia de estas criaturas. Conan Doyle, las agrupó según su tamaño, color, vestidos, lenguaje, etcétera. (artículo Las Hadas de Sir Arthur Conan Doyle)
Las fotografías
Pero volvamos a las fotografías, que desde siempre se consideraron las únicas pruebas de la existencia de estos seres.
A poco de ser publicadas estas causaron inmediatamente el escándalo en la sociedad británica, hecho que provocó que la propia empresa Kodak interviniera en un proceso para verificar la autenticidad de las citadas fotografías. La empresa le entregó a las niñas una cámara especial que decían imposibilitaría la falsificación de alguna fotografía, grande fue la sorpresa cuando las niñas entregaron luego fotografías de las hadas tomadas con esa cámara supuestamente “infalsificable”.
No fue sino 70 años después, para ser exactos, en 1983, cuando la revista Journal of Photography publicó una carta escrita por la propia Elsie, en donde señalaba que todas las fotos eran trucadas, menos una, la llamada, Nido de Hadas.
Por su parte, Frances negó hasta el día de su muerte que aquellas fotografías fueran falsas: “Nosotras realmente veíamos las hadas, y las fotos son auténticas…”, explicaría luego.
Descripción de las Hadas.
Lejos de lo que muchos piensan, son pocas las hadas que cuentan con alas, la mayoría de ellas son pequeños seres, generalmente bellas mujeres, que protegen la naturaleza. Algunas mitologías las tildan de hechiceras y magas, conocedoras además de brebajes naturales, capaces de mantener la juventud y la belleza.
Así mismo, las hadas se clasifican en cuatro campos: las que habitan en las cuevas, se llaman Lamias, la de la naturaleza, Ninfas, la de los bosques Dríades, y la de los mares, Sirenas.
En cuanto a las Lamias, no se tiene una descripción exacta de su figura, aunque muchos aseguran es femenina, y que posee pies de ave, cola de pescado o garras de algún tipo, además, tendría una larga cabellera a la que peina siempre con un cepillo de oro. Para la mitología griega, las Lamias tenían cuerpo de serpiente y los pechos y cabeza de mujer, y se decía que devoraba niños.
Las Ninfas, por su parte, eran las habitantes de la naturaleza, pues moraban en arboledas, montañas, ríos, arroyos, cañadas y grutas. Tenían según la mitología griega, nivel de divinidades pues eran hijas de Zeus, y su número se decía, era infinito. En cuanto a su carácter, se dice que son espíritus libres, cultivadoras de la música, la felicidad y el placer.
En cuanto a las Dríades, se decía que ellas nacían de un árbol, y que gozaban de una vida sobrenaturalmente larga, que solamente podía ser interrumpida, si su árbol de nacimiento moría.
Por último, están las Sirenas, que a pesar de haber sido representada por los griegos como seres híbridos entre una mujer y un ave, en tiempos posteriores esta visión varió por la de jóvenes mujeres con cola de pez e hipnotizante voz.