En julio de 1926, la tranquila vida de la aldea española de Santa Eulalia de Bóveda, a unos 15 kilómetros de Lugo, se vio alterada por un sorprendente descubrimiento: el hallazgo de un antiquísimo santuario bajo los cimientos de la iglesia.
Poco podían imaginar los vecinos de Santa Eulalia que aquel hallazgo atraería la atención de estudiosos nacionales e internacionales y que el enclave seguiría rodeado de interrogantes más de ochenta años después.
Hoy en día la visita al santuario subterráneo de Santa Eulalia de Bóveda deja al visitante con una curiosa sensación de sorpresa. Y con razón. No en vano, el recinto ha sido calificado por algunos estudiosos como «una de las construcciones más singulares de la arquitectura española».
Lo primero que recibe al visitante es un pequeño atrio con dos columnas de piedra flanqueadas por sendos muros. En estas paredes se observan varios relieves con figuras humanas. Uno de ellos parece representar a cinco mujeres danzando. Algo más abajo aparece una figura similar, enmarcada por una especie de guirnalda y tocada con un extraño gorro.
Justo antes de traspasar la puerta, a mano derecha, otros dos relieves parecen representar a dos lisiados que muestran sus deformidades en piernas y brazos.
Al pasar el umbral aparece una estancia rectangular con una «piscina» en el centro, rodeada por tres columnas y, al fondo, una puerta que conduce a un pequeño nicho. Continuar leyendo «Un sorprendente hallazgo bajo la tierra»