Los secretos de la humanidad destruidos por el hombre

La historia de la humanidad es mucho más vieja de lo que se conoce actualmente. La Mesopotamia y el Egipto antiguo fueron, para la ciencia actual, la cuna de la civilización de nuestro planeta, sin embargo, existieron otras fuentes escritas provenientes de civilizaciones ancestrales que se remontan a más de 10 mil años de antiguedad. La historia contemporanea nos demuestra que en varias oportunidades, y por diferentes motivos, el hombre se encargó de ocultar gran parte de éste legado, imposibilitando su estudio y comprensión por parte de quienes desean fervientemente conocer la verdad. Aunque ésta necesidad de algunos hombres por ocultar verdades no es propia de los tiemos modernos, ya desde tiempos remotos fue la práctica utilizada para ocultar la verdad, detrás de muchas mentiras eternas.

Así, Julio César fue responsable del primer incendio de la Biblioteca de Alejandría, en donde el letrado Ptolomeo Sóter había juntado 700 mil volúmenes, que constituían entonces la totalidad de la tradición transmitida y del saber humano. Cuatro siglos después ocurrió el segundo incendio, y quedó definitivamente quemada en el año 641 por orden del califa Omar, un jefe musulmán. El emperador chino Tsin Che Hoang, en el año 240 A.C. hizo destruir todos los libros con la sabiduría antigua. En el siglo III en Roma, fueron destruidos los libros con formulas para hacer oro. En el Nuevo Testamento (Hechos de los Apóstoles) se cuenta que San Pablo conoció en Éfeso todos los libros que trataban de «cosas serias» y los quemó públicamente. El escritor Jacques Weiss en su libro «La Synarchie» cuenta que una monjas de Irlanda hicieron quemar 10 mil manuscritos rúnicos en cortezas de abedul, que contenían todas las tradiciones y anales de la raza céltica. Tras la conquista de América, los obispos españoles del siglo XVI quemaron cientos de textos de los pueblos aborígenes, aunque gracias a la intervención de un franciscano francés llamado Jacques de Testera se detuvo la destrucción, se perdió igualmente un caudal cultural enorme de los indígenas americanos, entre ellos, seguramente el de la cutura Maya, cuyas características se ignoran precisamente por falta de elementos que la describan. El virrey del Perú Francisco de Toledo, en 1566 tomó todos los géneros incas y tablillas pintadas con gran riqueza narrativa: ciencias, profecías, etc., e hizo arrojarlo todo a la hoguera. Buda quiso revelar a todos los misterios sagrados, pero los Sacerdotes y Brahmanes se opusieron a esa divulgación, que fue juzgada sacrílega. Los Brahmanes mutilaron voluntariamente sus frases escritas para limitar la extensión de la fechoría, guardando para ellos lo esencial y dejando el esoterismo a los profanos.

Estos son algunos ejemplos de que la historia fue creada convenientemente en función de la necesidad de algunos grupos selectos, cercionando la historia para la posteridad.

Las cosas no siempre son lo que parecen

La libertad

Seguimos contando disquisiciones filosóficas de las reuniones típicas de café del barrio intelectual de Buenos Aires. Esta vez los “sabiondos” se reunieron el jueves a la tarde, por lo que no tuve tiempo para escribir algo muy elaborado de lo conversado, para llegar a tiempo, pero aquí está el resumen de la discusión.

Las cosas no siempre son lo que parecen tanto en la realidad diaria como en la política, como se ve en el artículo la «realidad es debida a la de-coherencia», lo que conocemos es una forma determinista de una de las posibles estructuraciones del sub-mundo cuántico y por supuesto no la única, pero si enteramente predeterminada.

La Biblia nos dice que Jesús, en su tierra hizo pocos milagros, ya que pese a ser el Hijo de Dios, como cualquier santo, no pudo realizar modificaciones en la de -coherencia, que no se rompía sin la fe de todos los presentes. Fe en que podrían suspenderse las leyes naturales.

Existen otras realidades «para normales» que obedecen a otra estructuralización de este sub-mundo.

Es así que nuestra realidad temporal, está desde el principio construida por una causalidad férrea (cada vez más estable al afianzarse en el tiempo , como es dable comprobar con la evolución de las especies y la aparición de nuevas enfermedades para solo enumerar algunos temas) y aún las otras realidades mantienen un encadenamiento a su vez férreo entre causas y efectos, aún en temas paradojales extra temporales. Continuar leyendo «Las cosas no siempre son lo que parecen»

Historia y Religión: “Los Timbales y el Arca.”

Las situaciones musicales, que deben ser subrayadas, las zonas expectantes de las partituras los furibundos «tutti», ritmos y contra-ritmos necesitaron de este mastodóntico sonido «envolvente».

Junto a los contrabajos, chelos, fagots y tubas forman el conjunto de sonidos más graves en las orquestas comunes. (Hacemos abstracción del órgano, piano, arpa, etc.)

Los Timbales desde el prebarroco se abrieron camino en una labor imprescindible, primero como efectos especiales, rústicos sonidos sin afinación, simples parches para ocasiones colateralmente guerreras o rítmicas.

Si bien deriva de la palabra latina «tympanum», membrana que vibra, su origen se pierde en el oriente, en Babilonia acompañaba a los ejércitos, ya en la India, se los usaba en rituales y luego en la guerra, acompañando a las trompetas.

Por los últimos estudios arqueológicos se sabe que la tribu negra judía (genéticamente comprobada como una tribu del antiguo Israel, ya que poseen los genes ye-yé de los sacerdotes del templo), habían reproducido a la primitiva arca como un gran tambor-hoy en un depósito en el sur de Zimbabue-, al llegar desde el Yemen a Zanzíbar en el 610, más o menos de nuestra era, evitando la matanza del islamismo: muestra que aquella famosa arca del Éxodo- que permaneció en el Yemen por 900 años-, era básicamente una gran caja retumbante, portada por pértigas sostenidas por muchos hombres. Su sonido de trueno, infundía terror a las salvajes tribus que los judíos encontraron en su camino «a la tierra prometida» y a su vez, producía un efecto hipnótico en los guerreros que los hacía más audaces y aguerridos. El sonido de las trompetas acompañantes hacían el efecto demoledor buscado y que «los hacía invencibles». (Por siglos los tambores y las trompas han acompañado a los ejércitos, reforzados luego por los cañonazos, que aún hoy nos erizan la piel atávicamente.).

Las cruzadas las integran a Europa, -esto también es un dicho en la familia Wydler, los que intervinieron en las últimas- donde a poco se los usan en las bandas de los regimientos y en la música y van perdiendo su significado mágico y religioso. En el barroco, se comienzan a afinar, dejan solo de emitir ruidos, para ser más que un simple marcador rítmico y convertirse en un fuerte «motivador psicológico» en las rúbricas de las orquestaciones. Continuar leyendo «Historia y Religión: “Los Timbales y el Arca.”»