El famoso vampiro Sava Savanovic aterroriza Serbia

Hace algunos días se derrumbó el molino en el que vivía el conocido vampiro serbio Sava Savanovic y los vecinos de los alrededores están realmente preocupados porque saben que Sava está buscando un nuevo hogar! El propio Consejo local emitió un comunicado advirtiendo a todos de esta nueva amenaza.

Aunque mucha gente no lo crea, en lugares como Serbia, Bosnia, Bulgaria y otros países de la región, los habitantes creen en Vampiros. La cultura popular está colmada de relatos referidos a éstos legendarios críptidos y muchos aseguran que en verdad existen.

«La gente está preocupada, todo el mundo conoce la leyenda de este vampiro y piensa que ahora él está sin hogar, y que posiblemente esté buscando otro lugar para vivir y a nuevas víctimas. Todos estamos aterrados», aseguró el alcalde del pueblo Miodrag Vujetic al Daily Mail.

El consejo del pueblo pidió que las familias pongan ristras de ajo en sus puertas para protegerse, ya que, según cuenta la leyenda, los vampiros no soportan su olor; y la venta de este producto creció muchísimo en esta semana. Otros, sin embargo, decidieron colocar cruces en todas las habitaciones de la casa, que también parece ser una defensa efectiva.

«Entiendo que las personas que viven en otras partes de Serbia se están riendo de nuestros miedos, pero aquí la mayoría de la gente no tiene duda de que los vampiros existen», sentenció el alcalde Vujetic.

El molino derrumbado estaba inactivo desde finales de la década de 1950. Desde hace varias décadas, sin embargo, como propiedad de la familia Jagodici, fue explotado como visita turística para todos aquellos interesados en la leyenda del vampiro serbio.

Se sabía que estaba deteriorado, pero por miedo a «molestar al vampiro», los Jagodici decidieron en varias ocasiones no repararlo y dejar las instalaciones originales.

Los 3 tripulantes del Soyuz XI que aterrizaron muertos y sonriendo

El 30 de junio de 1971, la nave espacial soviética Soyuz XI puso a funcionar su sistema automático de aterrizaje, después de permanecer 24 días en el espacio. En la base se sintieron satisfechos a pesar de que en los últimos minutos habían perdido contacto con los astronautas: Dobrovoisky, Vlokov y Patsayev. En ese momento comenzaría uno de los misterios más comentados de los años 70.

A pesar de haber perdido el contacto al atravesar la ionosfera, no había por qué preocuparse pues la nave estaba aterrizando según lo previsto. Pero cuando los técnicos abrieron la portezuela de la astronave vieron que los tres tripulantes sonreían, pero ninguno se movió ni levanto la mano para saludar. Todos estaban muertos. Entonces comenzaron las hipótesis para intentar aclarar porque los 3 estaban muertos pero sin ninguna deformación ni rasgo de haber pasado miedo durante el aterrizaje. Primero se le echo la culpa a la descompresión, pero la autopsia no revelo hemorragias internas. Otros sugirieron una trombosis o el pánico que condujo a un paro cardiaco, al pensar los astronautas que se estrellaban sin remedio, pero la sonrisa de sus rostros era un enigma.

Pero el último diálogo entre los cosmonautas y la Tierra da motivos para pensar en otra posible hipótesis.

“Aquí Yantar – dijo Dobrovolski – todo va perfectamente a bordo. Estamos en plena forma. Preparados para el aterrizaje. Ya veo la estación. Brilla el sol.”

“Hasta ahora Yantar – respondió el control en la Tierra – Pronto nos veremos en la Patria.
“Inicio maniobra de orientación”.

Según todas las apariencias, estas fueron las últimas palabras registradas. Si hubo algo más, las autoridades soviéticas no quisieron revelarlo. No obstante subsiste un misterio, aún cuando un fallo técnico determinara una descompresión de la cápsula. Continuar leyendo «Los 3 tripulantes del Soyuz XI que aterrizaron muertos y sonriendo»

El enigma de los fuegos de Laroya

A mediados del siglo pasado, unos misteriosos fuegos asolaron durante varias semanas una pequeña zona de la provincia de Almería. Combustiones espontáneas que, día y noche, atormentaron y en algunos casos chamuscaron a los vecinos de Laroya.

Creo que podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que los misteriosos fuegos de Laroya siguen siendo hoy en día uno de los expedientes por resolver que tiene España. A pesar de que cuando todo ocurrió, el Gobierno tomó cartas en el asunto, ningún científico ni investigador pudo sacar nada en claro.

Laroya es una pequeña población andaluza de la provincia de Almería que se encuentra en la sierra de los Filabres a 8 kilómetros de Máchale. Todo ocurrió el día 16 de junio de 1945 sobre las cinco de la tarde. El ambiente en la población era extraño, ya que había una densa niebla, poco habitual en esas fechas, y en todas partes se respiraba una especie de olor a azufre o algo similar. La niña de catorce años María Martínez Martínez, vecina de la población, jugaba por el cortijo Pitango y, según los testimonios, pudo ver una especie de bola de color azulada “como bajar del cielo” y que prendió el mandil que llevaba puesto. El impresionante susto de la niña la hizo reaccionar y de inmediato apagó las llamas que por su cuerpo se estaban extendiendo. Los jornaleros qu trabajaban en el cortijo, alertados por los gritos de la pequeña, fueron en su ayuda. No daban crédito ante tal asombroso fenómeno.

Pero más tarde se percataron de que también a la misma hora de lo ocurrido, en la ladera contigua de la montaña, y concretamente en el cortijo Franco, comenzaron a arder de manera similar – de forma inexplicable – unos capazos y unos montones de trigo, que además estaba verde.

En ambos casos, el fuego se inició sin ninguna causa. los habitantes de Laroya estaban completamente atemorizados, pues, al no poder entender la situación, temían que volviese a producirse e incendiara a alguien más. Y así fue, al poco volvía a producirse otro extraño fuego inexplicable, y luego otro, y así muchos otros conatos que aparecían por doquier, hasta que esa misteriosa niebla en el lugar se levantó, cosa que ocurrió a eso de las once de la noche. Continuar leyendo «El enigma de los fuegos de Laroya»