Historias : El Fantasma que impidió un robo en Malasia

Esta historia ocurrió hacia finales del año 2008. Una pareja malaya que volvía de sus vacaciones, encontró un hombre de 26 años desmayado en el suelo de su casa con fatiga y deshidratación. Inmediatamente llamaron a una ambulancia para que recibiera atención médica y posteriormente dieron parte de lo sucedido a la policía local.

El desconocido dijo a la policía que, había entrado la casa con la intención de robar, pero que al cabo de unos momentos dentro de la vivienda, notó como si estuviese en una cueva. Cada vez que intentaba escapar del lugar una fuerza sobrenatural lo arrojaba al suelo.

El ladrón afirmó además que el supuesto fantasma lo había mantenido sin comida ni agua durante tres días. El asaltante fue llevado al hospital Kemaman y ya ha recuperado totalmente la salud, según el policía Abdul Marlik Hakim Johar.

A pesar de la poca credibiilidad que en un principio le otorgaron las autoridades, terminaron por creer en la historia por el miedo genuino que transmitía el desafortunado ladrón al narrar su historia.

Misterios : La habitación 510 del Hotel Corona

El 12 de julio de 1979 un trágico suceso conmocionaba a la ciudad de Zaragoza y a todo el país, un sobrecogedor incendio devoraba el hotel Corona de Aragón originando una de las tragedias mas desoladoras de nuestra historia reciente.Fue un incendio terrible y lleno de incógnitas que se cobró la vida de 78 personas, además de innumerables heridos y quemados.

A día de hoy aun se duda sobre si un atentado fue la causa de la tragedia, ya que además de numerosos altos mandos militares también se alojaban en el hotel la viuda de Franco y su familia, que que iban a acudir a la jura de nuevos tenientes en la Academia General Militar. Es difícil poder llegar a imaginarse el autentico pánico de los ocupantes del hotel, que se veían acorralados por las llamas ante la imposibilidad de poder escapar. Continuar leyendo «Misterios : La habitación 510 del Hotel Corona»

La maldicion del «Great Eastern»

El creador del buque, Isambard Kingdom Brunel, era un hombre con una contrastada experiencia en puentes y ferrocarriles. Una de sus ideas más brillantes fue la de construir una ciudad flotante que relacionaría Londres con el resto del mundo. En aquella época, los arquitectos navales habían ya concebido y producido buques de línea de un peso alrededor a las 3.000 toneladas.

Pero el Great Eastern de Brunel dejaba muy atrás a todo lo que se había construido hasta la época, con un calado estimado de 100.000 toneladas. Diez calderas enormes alimentadas por 115 hornos activaban dos ruedas de álabes de 10 metros y un propulsor de ayuda de 7 metros. Pero desafortunadamente el barco estaba maldito.

En el momento de la comida el día de su botadura, Brunel invitó a todos los obreros que habían participado en su construcción pero faltaba uno: un carpintero que había trabajado en la separación doble de la cala.

Pero el barco no ofrecía buenos presagios. La botadura y el lanzamiento del buque no siguieron el guión previsto inicialmente: el volumen y el peso del buque hicieron que el mecanismo de lanzamiento se bloqueara. Poco después de su botadura la compañía de navegación de Brunel quebró e incluso el mismo Brunel falleció en extrañas circunstancias. El día de su muerte, el capitán del barco se había quejado al jefe de los mecánicos de haber sido despertado por «golpes que vienen de abajo».

Y las desgracias seguían sucediéndose: una de las chimeneas de Great Eastern explotó, matando a seis personas y destruyendo el gran salón. Tras este incidente todo pareció calmarse pero, durante el transcurso de la cuarta travesía del Atlántico, un viento de través torció una de las ruedas de álabes y proyectó los botes salvavidas a la borda. Y lo más extraño de todo: Mucha gente e quejaba de unos ruidos y golpeteos que se oían en el barco.

El Great Eastern pudo completar la travesía, pero este sería su último viaje. Sus últimos propietarios tuvieron dificultad hasta para librarse de su chatarra. En 1885, mientras que se acababa de desmontarlo, los soldadores hicieron un extraño hallazgo:detrás de una alfombra que envolvía unas enmohecidas herramientas, descubrieron el cuerpo del carpintero desaparecido, encajado entre ambas separaciones metálicas del casco del Great Eastern.