Hobbies que te hacen más inteligente

Cualquiera podría pensar que la inteligencia o el ingenio mental son habilidades innatas en toda persona, y que aunque con matices, poco más se puede hacer por mejorarlas. Sin embargo, los científicos han demostrado que es posible mejorar nuestro potencial de inteligencia realizando algunos de nuestros hobbies habituales.

Aparte de adquirir formación académica, actividades como leer, hacer turismo cultural o practicar idiomas son signos de una mayor riqueza intelectual, aunque también las artes, la música, el deporte… cualquiera de las anteriores puede suponer un revulsivo que nos haga un poco más inteligentes.

Vamos a ver algunas de esas aficiones que los científicos afirman que mejoran nuestra inteligencia y sus razones:

Iniciarse en la música

Tocar un instrumento permite que se desarrollen fuertemente las conexiones neuronales entre los hemisferios del cerebro. Y más importante aún, la música permite incrementar la capacidad motora del cerebro, la creatividad, habilidades de coordinación, el análisis y lenguaje.

Leer

No tiene por qué ser un libro; puede ser un cómic, leer subtítulos en una película o cualquier otra cosa. La lectura reduce el estrés y mejora la inteligencia emocional y la fluidez mental, y además también incide sobre la rapidez con que se detectan y resuelven los problemas, mejorando la capacidad de respuesta.

Practicar ejercicio

Está demostrado que permanecer largos periodos de tiempo sentado o acostado nos atonta, y es por ello por lo que precisamente la actividad deportiva rutinaria nos ayuda a incrementar capacidades como la memoria, la facilidad de aprendizaje, la atención y la concentración, debido a la reducción de niveles de estrés que supone mover el cuerpo.

Idiomas

No vale mejorar los idiomas que ya sepamos, sino empezar con uno nuevo, ya que el esfuerzo y agotamiento que supone iniciarse en esta aventura ayuda a mejorar la memoria y a hacer más sencillas las tareas mentales más exigentes, como la planificación y la resolución de problemas. Por esta razón, suele decirse que es bueno que los directivos aprendan nuevos idiomas, no solo para poder ascender, sino fundamentalmente para asimilar mejor tareas ejecutivas.

Meditar

Pilates, yoga, respiración… Meditando conseguimos poner al cerebro en un estado de relajación y atención, lo que ocasiona una mejora en las emociones y la capacidad de razonamiento. Poder controlar nuestros propios impulsos redunda en un mayor control de los puertos fuertes y nuestras debilidades.

Aprender (de verdad)

Poner a prueba aquello que ya creemos saber. En multitud de ocasiones tendemos a pensar que dominamos un tema o una lección, y lo que en realidad tenemos es una memorización, por lo que no tenemos los conocimientos como tal, sino una serie de teorías encadenadas y automáticas en nuestra cabeza, lo que origina que olvidemos otras cosas. Mediante el aprendizaje acumulativo conseguimos expandir nuestro cerebro y hacemos crecer la capacidad mental.

Quemar el cerebro

No se asusten, no se trata de canibalismo, sino de poner al 101% toda nuestra capacidad intelectual, y para ello basta con dedicarse habitualmente a realizar sudokus, crucigramas, jugar a videojuegos (muy interesante), al ajedrez o a las cartas, con lo que conseguimos establecer un pensamiento continuo y una estrategia. Estas actividades suponen incrementar la neuroplasticidad, derivando en la mejora de la ansiedad y la depresión y el alejamiento de enfermedades cognitivas.