El proyecto, que se desarrolla de manera conjunta en colaboración entre las dos instituciones, lo han presentado hoy en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) científicos de ambas entidades.
Se trata de un estudio que permite dar a conocer y registrar las huellas que los dinosaurios dejaron sobre la tierra hace millones de años, y para hacerlo se han escogido zonas donde la presencia de estos animales prehistóricos se ha hecho evidente a partir de los hallazgos efectuados a lo largo de los últimos años.
«Esto nos permite ver las huellas de los dinosaurios en tres dimensiones, calcular y medir parámetros como por ejemplo la profundidad o los ángulos existentes entre los dedos», ha explicado Bernat Vilà, miembro del Instituto Catalán de Paleontología. Los primeros estudios que desarrollaron conjuntamente con la Universidad de Manchester fueron en el yacimiento de Fumanyà, en la comarca barcelonesa del Berguedà, que ya empezaron en el 2005 a trabajar codo a codo en la investigación de estos prehistóricos animales. Gracias a la tecnología que brinda LiDAR, se obtienen modelos tridimensionales del terreno con una resolución que permite obtener una exactitud milimétrica de alta precisión y hacer estudios morfológicos de las pisadas. «La información que nos ofrecen estas pisadas es muy importante para dar explicación a los movimientos de un esqueleto e imaginar cómo era cuando estaba vivo», ha manifestado Phill Manning, miembro de la Universidad de Manchester.
En este sentido, obtener la información de las huellas y poseer el esqueleto de la misma especie permite reconstruir el movimiento del animal, a la vez que encajar huesos y pisadas a partir de su peso al andar. A partir de la pisada se puede determinar el movimiento del dinosaurio, hacia dónde cargaba el peso, la masa muscular y las dimensiones del animal, pero también si se movía en solitario o en manada. «El sistema nos da información en cuanto a calidad, cantidad y diversidad», explica Manning, que destaca el gran valor que tiene la Península para poder estudiar el paso de los dinosaurios en la historia, desde su aparición hasta su extinción. La obtención de estos datos, que estarán al alcance de los paleontólogos para su estudio y aplicación, permitirá además que no queden borrados con el paso del tiempo y por las inclemencias meteorológicas, «las mismas que han permitido que la tierra se erosione y lleguen a nuestros días», detalla Manning.