El selecto grupo de cardenales católicos acaba de anunciar el nombre de la máxima autoridad de la Iglesia Católica; El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio.
Jorge Mario Bergoglio S. J. es uno de los 183 cardenales de la Iglesia Católica, miembro de la Compañía de Jesús. Luego de la muerte del Papa Juan Pablo II el 2 de abril de 2005, fue considerado uno de los candidatos a tomar el lugar del Sumo Pontífice,2 cargo para el cual fue electo Joseph Ratzinger, quien adoptó el nombre papal de Benedicto XVI). Continuar leyendo «El argentino Jorge Bergoglio es el nuevo Papa»
El humo de la tercera fumata en la chimenea fue blanco. Así, los cardenales encerrados en la Capilla Sictina le comunicaron al mundo que ya eligieron al sucesor de Benedicto XVI. El nombre se conocerá en breve.
La tercera fumata desde que comenzó el Cónclave ayer fue blanca. Unas 24 horas tardaron los cardenales en ponerse de acuerdo y elegir a un nuevo Papa. A las 19.06 locales (15.06 de Argentina) las campanas de la Basílica de San Pedro y un denso humo blanco anunciaron al mundo, y en especial a los católicos, que tienen nuevo líder.
Los 115 cardenales electores tardaron casi lo mismo que en 2005 cuando eligieron a Joseph Ratzinger en abril de ese año al frente del Vaticano. Precisamente, la renuncia de Benedicto XVI fue la que abrió las puertas para este nuevo cónclave del siglo XXI, algo que no había ocurrido en 600 años.
En un rito que viene repitiéndose desde tiempos inmemoriales, la chimenea de la Capilla Sixtina anunció que los cardenales eligieron por amplia mayoría al nuevo pontífice que guiará a los 1.200 millones de fieles que profesan la religión católica en unos tiempos especialmente difíciles.
El nombre y la nacionalidad del cardenal electo y el nombre que elija como Papa no se conocerán hasta que se pronuncie el famoso “Habemus Papam» (tenemos Papa) desde el balcón de la basílica de San Pedro dentro de 30 minutos a una hora.
«Anuntio vobis gaudium, habemus Papam» (Os anuncio una gran alegría, tenemos Papa), dirá el cardenal protodiácono, el francés Jean Louis Tauran, el encargado de revelar la identidad del flamante pontífice.
El recién elegido se asomará entonces para impartir su primera bendición «urbi et orbi» (a la ciudad y al mundo) vestido por primera vez con la sotana blanca papal.
En este momento, el nuevo Papa, que ha tenido que aceptar el cargo para que salga el humo blanco, está siendo llevado a la Sala de las Lágrimas, donde será vestido con uno de los tres trajes -de diferentes talles- que esperaban al nuevo pontífice.
San Genaro, patrón de Nápoles, es famoso por el milagro que generalmente ocurre res veces cada año desde hace siglos, el día de su fiesta, el 19 de septiembre. Su sangre, se licua ante la presencia de todos los testigos que deseen asistir.
Nació en Benevento (donde fue obispo). Durante la persecución de Diocleciano, (305) fueron detenidos en Pozzuoli, por orden del gobernador de Campania, Sosso, diácono de Miseno, Próculo, diácono de Pozzuoli, y los laicos Euticio y Acucio. El delito era haber públicamente confesado su fe. Condenaron entonces a todo un grupo a ser echados a las fieras. Los siete condenados fueron conducidos a la arena del anfiteatro y, para decepción del público, las fieras hambrientas y provocadas no hicieron otra cosa que rugir mansamente, sin acercarse siquiera a sus presuntas víctimas.
El pueblo, arrastrado y cegado por las pasiones que se alimentan de la violencia, imputó a la magia la mansedumbre de las fieras ante los cristianos y a gritos pedía que los mataran. Ahí mismo los siete confesores fueron condenados a morir decapitados. La sentencia se ejecutó cerca de Pozuoli.
La historia no dice como la sangre del mártir, solamente, fue preservada en dos pequeños envases de vidrio. Durante un milenio, solo se veneró al que hizo el milagro de calmar las fieras y que luego produjo otros hechos atribuidos a el, a través de los años.
Los cristianos de Nápoles obtuvieron las reliquias de San Genaro que, en el siglo quinto, fueron trasladadas desde la pequeña iglesia nombrada de San Genaro, vecina a la Solfatara, donde se hallaban sepultadas. Durante las guerras de los normandos, los restos del santo fueron llevados a Benevento y, poco después, al monasterio del Monte Vergine, pero recién en 1497, se trasladaron con toda solemnidad a Nápoles que, desde entonces, honra y venera a San Genaro como su patrono principal. Allí es donde aparece la veneración de las dos cápsulas. La más grande es la que se suele licuar cada año en una fecha especial conmemorativa. Están dentro de un envase circular de vidrio, rodeado de hermosos arreglos de oro y joyas, de factura posterior. Continuar leyendo «Una Reliquia Religiosa»