Manhattan podría estar bajo el agua mucho antes de lo que pensamos

Recientes investigaciones indican que el nivel del mar en Nueva York está subiendo a un nivel mayor de lo que cabría esperar, lo que podría provocar importantes inundaciones en el futuro.

El calentamiento global está provocando que el nivel del mar esté subiendo en todo el mundo, provocando que las zonas más cercanas a la costa sean las primeras en verse afectadas. El nivel del agua en el puerto de Nueva York habría aumentado considerablemente desde el siglo XIX, lo que implicaría que las probabilidades de que el agua se desborde sobre Manhattan sean cada vez mayores.

«Las inundaciones que provocaron el Huracán Sandy podría repetirse cada cuatro o cinco años»
Stefan Talke, profesor de ingeniería civil y ambiental de la Universidad de Portland ha realizado un informe, en él estudia el archivo de los mareógrafos, que datan de 1844. Estos aparatos registran la altura del nivel del mar tras el paso de la mayor tormenta que haya habido en la ciudad durante cada año. En los últimos diez años, el nivel evaluado tras la tormenta se ha incrementado 0,28 metros. Si combinamos este dato con los 0,44 metros que ha aumentado el nivel del mar por el calentamiento global, veremos que las probabilidades de que se desborde el dique de Manhattan han pasado de menos del 1% a más del 20%.

A partir de estos datos, Talke calcula que las aguas podrían llegar a inundar algunas zonas durante las épocas de mayores tormentas cada cuatro o cinco años, estimándose en el siglo XIX que ocurriría cada 100 o 400 años. Es evidente que todo esto se debe en su mayoría al cambio climático, pero en el caso de Nueva York también puede haber otras razones, como la profundización de los canales de navegación en la zona de alrededor del puerto, que podría haber afectado a las mareas. Por tanto, los ciudadanos de la ciudad tendrán que resignarse y asumir que lo que ocurrió el año pasado con el Huracán Sandy podría repetirse cada varios años.

Relación entre el consumo de alcohol y la infidelidad masculina

Un estudio con ratones demostró que las hembras al ingerirlo se ponen más cariñosas, mientra que los machos prefieren alejarse y buscar otras hembras.

Un estudio con ratones y vodka reveló que las hembras cuando llevan unas cuantas copas encima se ponen más cariñosas, mientras que los machos, contrariamente, prefieren alejarse de su pareja y relacionarse con otras hembras.

Estas son las conclusiones de una investigación realizada por científicos de la Oregon Health and Science University de Portland, EE.UU., y publicadas en la revista científica ‘PNAS’.

De acuerdo con el estudio, llevado a cabo con ratones de la pradera (Microtus ochrogaster) —un ejemplo de monogamia, ya que solo tienen una pareja durante toda su vida—, la infidelidad del hombre cuando está «pasado de copas» podría tener una explicación biológica.

Los investigadores descubrieron que el comportamiento de los roedores es muy diferente según el sexo. Mientras la embriaguez refuerza la unión y la sociabilidad en las hembras, los machos muestran un comportamiento huidizo e infiel.

Para llegar a este resultado los científicos realizaron una pequeña «fiesta» para los roedores, donde a algunas parejas se les dio a beber agua y a otras agua con vodka. Se les dejó a solas por 24 horas y después se les «presentó» a un nuevo grupo de ratones.

Los efectos del alcohol modificaron su comportamiento y casi el 100% de las hembras que habían y no habían bebido prefirieron interactuar solo con su pareja y se alejaron de los nuevos machos. Por su parte, los machos «ebrios» huyeron de su pareja y mostraron mayor interés por las nuevas compañeras. No obstante, los machos sobrios se relacionaron únicamente con su pareja de siempre.

Según los científicos, en las hembras el alcohol promueve sentimientos más ansiosos, lo que las lleva a querer estrechar los vínculos con su pareja.

De acuerdo al estudio, el alcohol afectó a los sistemas neuropéptidos localizados en el cerebro, áreas que influyen en los comportamientos sociales y la ansiedad.

Ratas alimentadas con productos Monsanto originan un escándalo científico

La revista científica ‘Food and Chemical Toxicology’ ha retirado un artículo que afirma que el maíz transgénico causa tumores en ratas, por dudas metodológicas al respecto de la investigación. Los autores calificaron la medida de «escándalo»

«Las conclusiones presentadas en el artículo, aunque no sean incorrectas, no se pueden considerar como convincentes por lo que no alcanzan el nivel necesario para ser publicadas en ‘Food and Chemical Toxicology'», dijo la editora Elsevier en su página web.

En su estudio, el investigador francés Gilles-Eric Seralini, de la Universidad de Caen, y su equipo, afirman que las ratas alimentadas con maíz transgénico de la multinacional Monsanto o expuestas mediante el consumo de agua a su fertilizante más vendido murieron antes que las que siguieron una dieta sin estos elementos.

Se trata de una dieta que contenía NK603 (una variedad de semillas modificadas genéticamente para tolerar las dosis del herbicida Roundup) o a las que se dio agua que contenía niveles de este producto químico permitido en EE.UU.

Además, los animales que siguieron la dieta genéticamente modificada sufrieron tumores mamarios y daños severos en hígados y riñones, constata el estudio, publicado en la revista el año pasado.

Los alarmantes resultados de esa investigación fueron muy difundidos por medios de comunicación de todo el mundo.

Sin embargo, la editora informó que había recibido cartas de varios científicos genetistas que se mostraban muy escépticos sobre las conclusiones del estudio.

Señalaban algunos fallos metodológicos, tales como la insuficiente cantidad de ratas observadas y la falta de correlación entre las cantidades de maíz transgénico en cada ración y la mortalidad de las ratas.

Como consecuencia, la revista consideró el estudio como no lo suficientemente preciso. El equipo liderado por Seralini argumentó que la decisión de retirar su obra proviene del nombramiento en el equipo editorial de la revista del biólogo Richard Goodman, quien previamente trabajó para el gigante transgénico Monsanto.

Goodman, a su vez, descartó estar detrás de este asunto, diciendo que «ni revisé los datos del estudio ni tengo nada que ver con la decisión de que el estudio sea retirado».