Y navegando por la red, encontré algunas noticias realmente sorprendentes. Algunos sucesos sobrenaturales de los que jamás había escuchado. Este es el caso del dominio de la mente sobre el cuerpo y la materia o el misterio de las ruinas de Sandxingdui Quizás el título que más e sorprendió fue uno que hacía referencia a la fuente eterna de la juventud, que si bien parece ser hoy en día más que nunca una ilusión inalcanzable, de viejas épocas medievales, todavía hay quienes creen que es posible vivir por siempre. David Cooperfield, no le bastaba con ser el único humano sobre la tierra con la capacidad de volar?.
Alquimia: Elixir de la juventud y la Piedra Filosofal.
La alquimia se practicó desde el siglo IV a. C. y hasta el surgimiento de la química y las ciencias naturales, a comienzos del XVII y tuvo su mayor explendor en la Europa medieval.
A partir de la etapa final de la Edad Media se escribieron numerosos libros sobre el «Arte Hermético». La palabra alquimia, deriva del árabe «al-kimiya», cuyo significado es similar al de química actual, aunque con referencias a lo trascendental y espiritual.
Que es la piedra filosofal?
La piedra filosofal y el elixir de la juventud eterna.
Entre los objetivos perseguidos por los alquimístas, se encontraban dos importantes cuestiones. La necesidad imperiosa del hombre por descubrir la fuente de la vida eterna, «el Elixir de la eterna juventud» y el de transformar los metales innobles, como el plomo y el cobre, en metales preciosos, como la Plata y el Oro.
Para lograr el primer objetivo, los alquimistas invirtieron en el proceso, algo más que tiempo. Sus propias vidas. Tal es así que una leyenda urbana, cuenta que el reconocido físico Isaac Newton, intentando obtener el elixir de la vida eterna, bebió un brebaje preparado por el mismo y encontró su propia muerte en vez de la inmortalidad.
En busca de la vida eterna.
En la Edad Moderna aparecieron un conjunto de personajes que probaron una serie de técnicas según ellos infalibles para regenerar el cuerpo y poder vivir más.
Así, el conde de Cagliostro, noble nacido en Palermo en 1743, ideó un sistema similar al de los capullos de seda: la persona que quería regenerarse debía desnudarse, tumbarse en una cama, envolverse en una manta y durante un mes alimentarse solamente de caldo de pollo. Cagliostro afirmaba que pasados unos días el individuo perdería el pelo y los dientes hasta debilitarse al máximo, pero a partir de ahí comenzaría un proceso regenerativo que le devolvería los dientes, el pelo y la juventud. Obviamente, la persona que se sometiese a este “tratamiento” cumpliría la primera parte por la acción del escorbuto al no tomar nada de vitamina C, pero jamás recuperaría los dientes, el pelo y aún menos la juventud.
La creencia de la vida eterna en la actualidad.
Actualmente en la India, existe la creencia de que los «orejones», mejor conocidos como albaricoques, ayudan a prolongar la vida y a combatir ciertas enfermedades. Es por ello que son considerados como un alimento sagrado y son consumidos a todas horas del día. Uno de los grupos más convencidos de ello son los monjes budistas.
Pero no hace falta acudir a las culturas orientales, para comprender que en pleno siglo XXI, la búsqueda del elixir de la juventud sigue siendo un tesoro preciado por muchos. Solo basta con observar los avances en cosmética y medicina, orientados a mejorar la calidad de vida e incluso, en cierta medida, prolongarla.