Paul está muerto!, es una leyenda urbana que asegura que el cantante y compositor de los Beatles murió en 1966 en un accidente automovilístico, y que fue reemplazado por un doble llamado William Campbell, un policía canadiense, cuyo parecido físico le habría valido antes de aquel suceso, un premio en un concurso de dobles. Hay quienes se empeñan en mostrar evidencia que afirma ésta teoría, la mayoría de ellas centradas en probar que quien conocemos en la actualidad como Paúl McCartney, no es realmente Paúl.
El mito de Paul McCartney…
El 6 de Noviembre de 1966, a la 5 AM Paúl, que en ese momento estaba grabando junto a su compañeros «Sgt. Pepper´S…», discute acaloradamente con sus amigos y se marcha del estudio en su vehículo. Al parecer se distrae mirando a una muchacha y no ve que el semáforo ha cambiado a rojo y es atropellado por un camión. (Otra versión indica que chocó contra un poste) – (Y otra que la joven con la cual se distrajo iba con él en el vehículo y salió ilesa!!!). La noticia no trascendió debido a que el grupo musical era una «mina de diamantes» y podía generar mucho dinero, por lo que la discográfica y el resto de Beatles, tramaron uno de los mayores engaños de la historia, después de aquella versión que indica que la llegada del Hombre a la Luna fué un fraude. Para ocultar la realidad, realizaron un concurso de «parecidos a Paúl…» cuyo ganador, William Campbell, fue el elegido para reemplazarlo. A partir de este momento, Los Beatles comienzan a dejar «sin querer» o a «propósito» una serie de pistas que conducen a descubrir la verdad del asunto.
Desentrañando el misterio de los Beatles
En Octubre de 1969, un oyente llamado “Tom” hizo a Russ Gibb, un famoso Radio DJ de la emisora WKNR-FM, llama diciendo que el cantante estaba muerto, y que para demostrarlo solo había que oir al revés la canción «Revolution 9». En la cual se puede escuchar la frase «Turn me on, dead man» (Revíveme, hombre muerto). ESCUCHAR
El álbum «The Beatles yesterday and today» nos muestra una portada un tanto macabra, como se puede ver son cuerpos mutilados, representando el brutal accidente, al lado de Paúl hay una cabeza de una de las muñecas, dicen que murió decapitado. En este disco se incluye la canción «Yesterday» y en una de sus estrofas dice: «I believe in yesterday, suddenly, I’m not half the man I used to be» que significa: (yo no soy el hombre que solía ser) Hay referencias a su muerte en muchas canciones y en las portadas de Abbey Road y Sargetno Peppers: He didn’t notice that the lights had changed (A Day in the Life), no vio el semáforo o Wednesday morning at 5 o’clock as the day begins (She’s Leaving Home) – Miércoles por la mañana, a las 5 en punto cuando empieza el día: esa es la hora en que supuestamente murió. E incluso Maccartney vaciló con la broma en un disco del 93 que tituló «Paul is live». Continuar leyendo «Paul McCartney está realmente muerto?»
Todos sabemos que las grandes productoras cinematográficas emplean diversos trucos publicitarios para promocionar una película; Desde los rumores de una relación constituída entre los actores del film o una adicción de alguno de sus protagonistas, hasta macabras historias relacionadas con muertes y meleficios.
En general, la mayoría de éstas historias se convierten en leyendas urbanas que no dejan de ser solo una historia utilizada para discutir con amigos en el transcurso de una cena nocturna. Otros en cambio, representan todo un misterio, incluso para los más escépticos.
EL misterio del Mago de Oz
Por ejemplo, en relación a la película El Mago de Oz, pocos saben estuvo marcada por los numerosos accidentes que ocurrieron en el set de filmación y que hasta nuestros días la historia desvela a Hollywood.
Primero, el actor encargado de interpretar al ‘Hombre de Hojalata’ bebió abandonar el proyecto debido a que el maquillaje tóxico le provocó una grave reacción alérgica. Luego de éste desafortunado hecho, el perro amigo de ‘Dorothy’ fue atroppelado por el guardaespaldas de una de las actrices y finalmente, la actriz que interpretaba a la ‘Bruja del Oeste’ pasó un gran susto cuando casi resultó quemada viva en la escena en que abandona la Tierra. Por eso, la mujer debió ser atendida en el hospital debido a que resultó con graves quemaduras en su piel.
También se cuenta que uno de los trabajadores del film se habría suicidado durante las grabaciones.
Brandon Lee y El Cuervo
Bruce Lee sigue siendo, hasta el día de hoy, una leyenda de las artes marciales, y todos conocen muy bien el misterios que gira en torno a su muerte. Mientras filmaba ‘El Juego del Miedo’, el actor chino sufría «supuestamente» de un fuerte dolor de cabeza y una amiga le dio un analgésico. Él se tendió sobre la cama y nunca más despertó, llevándose consigo las verdaderas razones de su muerte, que algunos atribuyen a un aneurisma o a una reacción alérgica. Así, la cinta fue terminada de rodar con imágenes de archivo y algunos dobles.
Algunos años más tarde, su hijo Brandon Lee corrió la misma suerte, otra vez en un set de grabación. Lee se encontraba grabando una de las últimas escenas para terminar el rodaje de ‘El Cuervo’, cuando en lugar de recibir una bala de salva recibió una bala real que lo mató en el instante, en lo que ha sido definido por muchos como un ‘ajuste de cuentas’ por la muerte de su padre.
En esta ocasión, el director terminó la cinta reemplazando a Brandon Lee por imágenes digitales.
El conquistador de Mongolia – 1956
Esta película es conocida como La película radiactiva porque se grabó en un desierto de Utah, cercano a una zona de pruebas nucleares. No hizo falta hilar demasiado fino para darse cuenta de que ésa era la causa por la que, de 220 integrantes en el filme, 91 desarrollaran algún tipo de cáncer en 1981 (Y 46 habían muerto hasta ese entonces). En esta terrible estadística se incluía John Wayne, protagonista de dicha película. A pesar de la evidencia, aun hoy muchas voces discrepan de la relación entre energía nuclear y cáncer.
En este particularísimo caso, desde Hollywood se ha llegado a argumentar que la gente del cine, tiene hábitos poco saludables, y en cualquier película de esa época, la estadística sería similar.
El Exorcista – 1973
«El exorcista» de 1973 fue sin duda un hito del cine de terror, tal vez por ese motivo salieron a relucir numerosos eventos sobrenaturales en relación a esta producción cinematográfica. Se han llegado a contabilizar hasta nueve muertes de trabajadores del equipo de rodaje o próxima al mismo. De hecho, dos de los actores, Jack MacGowran y Vasilik Maliaros no sobrevivieron ni al estreno del film.
También los familiares se vieron salpicados por la maldición, así, murieron durante el rodaje; el abuelo de la actriz principal Linda Blair, el hermano del actor Max Von Sydow y el hijo recién nacido de un camarógrafo. Dos años más tarde sería encontrada en un charco de vómitos, Mary Ure, quien interpretaba el personaje de Regan en el teatro.
«¡Creo en el diablo!» era la frase que en una parte de la película debía decir la actriz Ellen Burstyn, que interpretaba a la madre de ‘Regan’, la niña poseída que estelariza este clásico de horror.
Pero ella se negó a hacerlo usando el argumento de que, aunque se tratara de una línea ficticia, no se debe usar el nombre de Lucifer sin esperar sufrir alguna consecuencia.
Sin embargo, y pese a que la frase fue sacada del guión, quizás ya era demasiado tarde, porque durante el año que duró el rodaje murieron en total nueve personas relacionadas con la película, entre ellas los actores Jack McGowran y Vasiliki Maliaron.
Eso, además del misterioso incendio de una de las escenografías de la película y de la mala suerte que persiguió a Linda Blair (la niña en la que se encarnaba el demonio, quien terminó condenada por consumo y venta de drogas, y que encima no pudo aprovechar los frutos de su actuación –que incluso le valió una nominación al Oscar.
El Bebé de Rosemary (1968)
Una pareja joven se traslada a un precioso apartamento neoyorkino, donde esperan felices primero y apesadumbrados después, la llegada de su bebé. Está contada de tal forma que el espectador piensa que todo puede ser una paranoia de Rosemary, la protagonista. Está muy bien narrada, y Roman Polanski, el director se arriesga creando escenas de verdadero terror a plena luz del día. Al incluir algo tan ancestral como los miedos de una embarazada, se entiende que calara hondo en los espectadores. Mía Farow tuvo que adelgazar para interpretar a Rosemary, y su corte de pelo, creado por Vidal Sassoon es aun hoy muy tendencia. La propia mujer de Polanski, Sharon Tate, interpreta a una de las amigas que visitan a la protagonista en su apartamento. Para alimentar la leyenda negra, conviene recordar la participación de Anton Szandor LaVey en La Semilla del Diablo, el creador dos años antes de la Iglesia de Satán, y que dio vida en la pelicula al mismo Maligno en persona que aparece solo unos segundos y en la version sin censura, que es la que actualmente está en DVD.
Lo extraño de ésta palícula sucedió un año después, cuando Sharon Tate y unos cuantos invitados suyos murieron asesinados (salvajemente acuchillados) por la banda del psicópata criminal Charles Manson, probablemente todos ustedes conocen la historia. Sharon Tate estaba entonces embarazada de 8 meses.
Por otra parte, el edificio donde se rodó la peli, el edificio Dakota, de 1881 en las inmediaciones de Central Park, en la película y la novela se le llamó casa Bramford. Durante los años 40, sus habitaciones alojaron al practicante de magia negra Aleister Crowley, aunque allí también habitaron Boris Karloff o Judy Garland, (el círculo se cierra…) En 1980, este edificio victoriano fue el lugar donde Mark David Chapman asesinó a John Lennon.
La saga «Poltergeist»
Esta trilogía de sucesos sobrenaturales también tiene su leyenda negra. La primera parte fue estrenada en 1982, año en que Dominique Dunne, que interpretaba a la hija mayor del matrimonio, fue asesinada por su novio. La secuela de 1986 terminaría con el actor Julian Beck de cáncer de estómago, quien no llegó a ver el resultado de su actuación.
Pero la peor parada fue Heather Michele O’Rourke, que interpretaba a la pequeña Carol (la niña rubia con flequillo), falleció en 1988 a los doce años de una enfermedad intestinal de nacimiento, cuando se encontraba inmersa en la tercera parte de Poltergeist, por lo que sus secuencias fueron terminadas por una doble.
Antes de que Bram Stoker realizara su obra maestra «Drácula», un vampiro croata llamado Jure Grando ya sembraba el terror entre los aldeanos de Istria, hasta el punto de que sus andanzas le valieron el título de primer muerto viviente de Europa.
El legado de este vampiro sigue hoy vivo como atracción turística en Kringa, la semidesierta localidad croata donde vivió, murió, se levantó de la tumba y fue de nuevo muerto por sus habitantes.
En el camposanto del pueblo, ninguna tumba lleva su nombre y nadie sabe dar pista de ella. «Esa tumba jamás existió», aseguró con lúgubre fastidio a Efe una mujer en el cementerio local.
«Los vecinos probablemente derribaron y cubrieron la tumba por miedo a que Grando volviera como vampiro para maltratarlos», explicó con una misteriosa sonrisa Igor Rajko, empleado del museo dedicado al vampiro. «Hay sepulcros sin nombre», añadió enigmático.
Uno de ellos, un imponente sepulcro anónimo, resistió todos los intentos de ser fotografiado o filmado por la reportera: entre todos los archivos, sólo estos bloqueaban continuamente el ordenador en un curioso fallo técnico. O algo más.
La leyenda cuenta que Grando fue un campesino que murió en 1656 y se transformó en un maléfico ser que se levantaba de su tumba.
El vampiro abusaba sexualmente de su propia viuda, quien describió con horror como el cadáver de su esposo se le aparecía con una sonrisa espantosa, la boca sangrienta y haciendo un ruido horripilante esforzándose por respirar.
Para poner fin al maleficio, el párroco asaltó al vampiro con un crucifijo demandando que dejara de aterrorizarlos.
Aunque las lágrimas salieron a los ojos del espectro, Grando siguió aterrorizando a la aldea hasta el punto de que un grupo de lugareños lo atraparon y trataron de perforar su corazón con estacas de espino.
La historia cuenta que ni siquiera el mas conocido remedio contra los vampiros surtió efecto y que en las noches siguientes Grando se vengó de sus agresores: tocaba a las puertas de los que le habían atacado y en cada casa alguna persona moría después de grandes sufrimientos como si alguien le hubiera chupado la sangre.
No fue hasta 1672 cuando, en un nuevo intento de poner fin a la maldición, nueve audaces aldeanos y el párroco acordaron degollar a la criatura maléfica mientras descansaba en la tumba.
El más valiente entre ellos, un tal Stipan Milasic, logró tras una batalla feroz cortarle la cabeza mientras el vampiro saltaba y chillaba horriblemente. De la herida salió tanta sangre que cubrió a los presentes. Cuando rebosó de la tumba, el monstruo finalmente se rindió.
Desde entonces la paz volvió a Kringa. La misma paz inalterada que ahora perturban solo los turistas interesados en el vampiro.