Leyendas : La barca de los muertos

Existe la creencia en algunas culturas y religiones del mundo de una barca en la que la parca o «muerte» se lleva las almas de los muertos al otro mundo. A éste navío sombrío se lo conoce como «la barca de los muertos». Esta leyenda tiene su origen en el relato de Rene Barjavel; «La noche de los tiempos«, y se basa en la creencia de que el alma de los muertos solo pueden atravezar las puertas del inframundo en una barca.

Segun el argumento de la leyenda, la barca de debe ir de playa en playa y de isla en isla, hasta el final de los tiempos, en busca de los cuerpos de los marineros para devolverlos a la tierra que los vio nacer. La leyenda dice que una especie de diablillos fuerzan a los viajeros a entrar en una barca negra, donde se convierten en fantasmas. Cuando la barca está llena, ésta parte con rapidez a una isla desconocida.

La barca se mostrará siempre por los alrededores del sitio en el cual se va a producir un siniestro. Aparece durante el atardecer y es fácil saber que se trata de ella porque viene acompañada de los gritos y gemidos de su tripulación. El relato asegura que es posible divisarla a lo lejos, pero que si intentas acercarte para observarla con mayor detalle, ésta se desvanece como si en realidad no existiera.

Algunos, aseguran que esta barca lleva solamente las almas de los muertos ahogados en el mar, y que los lleva a islas desconocidas para el hombre, que nunca nadie ha visto. Durante las tardes de verano, cuando el viento se calla y el mar está en calma, se pueden oír los gemidos de los muertos y el golpe de los remos contra el agua, así cómo ver brumas y sombras desplazarse sobre las aguas sin que haya nada que las proyecte. Si alguien intentara seguirla para descubrir su camino, caerá sobre él la condena de seguirla eternamente, hasta el final de los tiempos.

Espíritus adivinos : El Banshee

El Banshee es un hada mística proveniente de la mitología irlandesa y escocesa . Cuenta la historia que su espectral aparición y sus aullidos vaticinan la muerte o desgracia de un familiar cercano. El término Banshee deriva del gaélico «Bean Si» (Irlanda) o «Bean Sith» (Escocia) y significa «mujer del Sidhe». Sidhe designa un cerro o una colina muy afamada de ser la morada de las hadas. Por ello, también se les denomina a estos seres «Bean Sidhe».

Según la leyenda, las Banshee puede presentar varias apariencias. En algunos casos, su aspecto puede ser muy bello, con su rostro lleno de lágrimas, y otros la describen como una mujer vieja y horrorosa, de cabellos largos y vestimenta haraposa, vestida de verde y con un abrigo gris. Puede también aparecerse bajo la forma de una corneja, de una petirroja o de un reyezuelo.

Su grito, representa el sonido más espantoso que alguien pueda llegar a oir jamás. Es similar al aullido de un lobo, mezclado con los gritos de auxilio de un niño abandonado y gritos de un ganso salvaje. Los que lo han oído, afirman que este grito despertaría a cualquiera que durmiera en un sueño profundo y que sería perfectamente audible en medio de una violenta tempestad.

La característica más importante de las Banshee, es particularmente su don de profecía. Estos seres poseen un espíritu de profecía y de adivinación lque es permite saber eso que ninguno queremos escuchar, o que tanto tememos. Ellas tienen el don de predecir la muerte y lo anuncian a través de su grito. El que lo escucha sabe que la muerte está cerca, para él,  para algun familiar o para un amigo cercano. Quizás por esto, las Banshee han adquirido a lo largo de la historia esa mala reputación que las acompaña.

Cuando una Banshee emite este grito, el que lo oye sabe que un miembro de su familia murió o está a punto de morir. La leyenda cuenta que en ocasiones más de una Banshee se ha reunido para aullar al unísono. Este grito unánime servía para anunciar una próxima gran catástrofe o una defunción de una persona muy importante.

También ha habido apariciones de Banshees cerca de un río y se las ve lamentándose lavando la mortaja del futuro fallecido

La leyenda del Rey Salomón

Dos madres solteras compartían una habitación, y cada una de ellas dio a luz un niño sobre el mismo día. Por la noche, una de estas madres por accidente, se dio la vuelta en la cama asfixiando a su bebé.  Al despertarse en medio de la oscuridad, vio que su hijo yacía gélido e inmóvil, por lo que la avergonzada madre, cogió el bebé de su compañera de cuarto que aun dormía, colocando al bebé muerto en su lugar.

Posteriormente, la otra mujer despertó, y viendo al bebé muerto, comenzó a llorar por el dolor de su pérdida. Pero después examinó al niño, y se dio cuenta que ese no era el suyo. En el otro lado de la habitación, pudo comprobar cómo su compañera tenía a su bebe.

Las dos mujeres se presentaron ante el rey, luchando por la custodia del niño vivo.

– Escuche, mi señor -dijo la primera mujer-… El hijo de ésta murió una noche por haberse acostado ella sobre él; ella se levantó a mitad de la noche y me arrebató a mi hijo, mientras tu sierva dormía, lo puso a su lado, dejando al lado mío a su hijo ya fallecido.

La mujer siguió profiriendo que cuando se despertó a la mañana para dar de comer a su pequeño, encontró a su lado a un bebé muerto que no era el suyo, sino el de su compañera.

– No -gritó la otra mujer con enfado-, mi hijo es el que está vivo; es el tuyo el que ha perecido.
– No -exclamó la primera mujer-, tu hijo es el muerto; y el mío vive.

Qué espectáculo ofrecieron estas dos mujeres en el palacio, gritándose de manera mutua, dispuestas a tirarse de los pelos si las hubieran dejado. ¡Pobre Salomón! Nunca antes había presenciado un caso tal. ¡Ahora si que necesitaba la sabiduría que Dios le había garantizado!

– Acercadme una espada -ordenó contranquilidad; y cuando el siervo se la trajo, un insondable silencio se apoderó de la sala.
– ¿Qué querrá hacer con esa espada? -murmuró alguien.
—¡Ahora, traigan al bebé! -mandó el rey. Los asistentes manturvieron la respiración. ¿Cortaría al niño por la mitad?-. Partid al niño vivo por la mitad —siguió ordenando Salomon— y entregad la mitad de él a la una y la otra mitad a la otra. Un cuchicheo de pánico recorrió la estancia.

En principio, el soldado pensó que el rey estaba de broma, pero Salomón comenzó a mirar con ira la indecisión del subdito. Lentamente este desenvainó su afilada y brillante espada y avanzó hacia la mujer que poseía el niño. De repente, la verdadera madre se lanzó a los pies del rey y suplicó:

– ¡No! ¡No, por favor! -exclamó la verdadera madre.- ¡Oh, señor rey!, dale mi bebé a esa mujer, pero vivo; que no lo maten.
– No -dijo la otra mujer sin compasión-. Ni para mí ni para ti: que dividan al bebé.

Entonces Salomón supo sin lugar a dudas, quién era la madre de verdad. La mujer que abdicaba en la partición, era la madre legítima del niño, y señalando a la mujer que había pedido que perdonaran la vida al pequeño ordenó: «Entregad a la primera el niño vivo; no lo matéis. Ella es su madre verdadera».

Al salir del juicio las dos mujeres, la curiosa historia de lo que ocurrió comenzó a propagarse. Yendo de boca en boca, llegó a los pueblos y aldeas hasta que en todo el país la gente se supo de cómo Salomón había reconocido a la verdadera madre del niño.

“Todo Israel conoció la sentencia que el rey había emitido, y todos le admiraron, viendo que había una sabiduría divina con la que él podía hacer justicia”. Visto en : Historias y Leyendas