La extraña desaparición de James Worson

El 03 de septiembre 1873 James Burne Worson, un hombre de Warwickshire, Inglaterra, literalmente, desapareció en el aire, sin dejar rastro en cuanto a cómo sucedió, o dónde iba. O al menos eso dice la leyenda.


James Worson había aceptado un desafío para correr en tiempo récord desde el pueblo de Leamington hasta el pueblo de Coventry, un trayecto de 32 kilómetros. Había estado presumiendo su condición física y su habilidad de correr, por lo que se le pidió que lo probara, así que con un buen espíritu deportista se propuso a hacer exactamente eso.

Dos amigos, Hammerson Burns y Barham Wise lo siguieron de cerca en un vehículo jalado por un caballo. Burns llevó consigo su cámara. Worson nunca se apartó de su vista, y volteaba continuamente para compartir algunas amistosas palabras.

Worson logró los primeros kilómetros, con alegría, riendo y llevando a cabo una animada conversación con sus rivales, cuando inesperadamente, el equilibrio dio paso y tropezó, cayendo hacia el suelo con apenas el tiempo para un corto y penetrante grito. Wise diría después, “Fue el sonido más espantoso que cualquiera de nosotros alguna vez ha escuchado.” Pero mientras caía Worson hacía adelante con tan terrible grito, en lugar de caer al suelo como parecía que estaba por hacerlo, de desvaneció completamente a media caída, incluso antes de tocar el suelo.

Wise tomó fotos del suelo, y este parecía relatar la misma historia, las pisadas de Worson que se encontraban en la suciedad del suelo, parecían tambalear y desaparecían. Se organizo una búsqueda y se llevó a cabo una investigación ya que se sospecho que Burns y Wise lo habían asesinado, pero la investigación no encontró nada para respaldar la acusación. Los perros de búsqueda utilizados se mostraron renuentes a acercarse al punto donde Worson desapareció. Jamás se volvió a escuchar o a saber de el. Continuar leyendo «La extraña desaparición de James Worson»

Mitos y leyendas. La Cueva de Salamanca

El aula de Satanás

Todas las ciudades tienen “lugares espaciales” en los que historia y leyenda se cruzan y en los que el peso de esta última se impone al de los hechos históricos. Esto ocurre con la antigua Iglesia de San Ciprián o San Cebrián conocida como la Cueva de Salamanca. Es espacio que ocupa la cueva es en realidad, la sacristía de la iglesia. Sobre su origen, unos afirman que fue fundada por Hércules, otros la relacionan con los árabes o con los celtas. Hay quién situa en la cueva la entrada a un laberinto de túneles y pasajes que recorría todo el subsuelo de la ciudad.

Su fama fue tan relevante que incluso atravesó el mar. Y así, en Iberoamérica se denominan salamancas a las cuevas, lugares oscuros y ocultos en los que se practicaba la quiromancia, la nigromancia, la iniciación o la adivinación.

Situada en la Plaza de Carvajal sobre lo que antíguamente fue la Iglesia de San Cebrián, la entrada a al cueva habría estado tras la sacristía. Famosa por los ritos mágicos que allí se celebraron. Se puede subir a la Torre del Marqués de Villena (bonita vista) y ver de cerca y por dentro la muralla.

La Cueva ha tenido un gran protagonismo literario. Cervantes, Calderón de la Barca, Escilla, Torres Villarroel, Feijoo, Botello de Moraes, Walter Scott o Ricardo de Rojas, son algunos de los autores que han hablado de ella. Continuar leyendo «Mitos y leyendas. La Cueva de Salamanca»

Descubren los restos de un monstruo marino en las profundidades de un lago siberiano

Una docena de buzos desafiaron las leyendas de monstruos y las temperaturas más frías del invierno en una empresa que pueda entrar en el Libro Guinness de los Récords mundiales.

El equipo de buzos exploraron el Labynkyr, un lago siberiano cuya historia está repleta de avistamientos de un «supuesto Monstruo submarino», llamado «Diablo»,  equivalente al monstruo del lago Ness de Escocia. Y durante la expedición supuestamente han descubierto misteriosos restos óseos en sus profundidades.

Los investigadores rusos de la Sociedad de Investigación Submarina estaban investigando las profundidades del lago helado, registrando imágenes de la parte inferior y la toma de muestras de flora del lago, cuando se encontraron con algo bastante inusual.

Se trata de la primera inmersión de la historia hasta el fondo del lago, que se encuentra a una altitud de 1.020 metros sobre el nivel del mar. La expedición fue apoyada por los rescatistas del Ministerio de Emergencias de Rusia y también participaron camarógrafos de la Compañía Nacional de Radiodifusión Saja.

Aunque los detalles todavía son escasos los informes indicarían que el equipo encontró algunos huesos misteriosos utilizando un escáner especial bajo el agua. «Se cree que los restos podrían pertenecer a un lucio gigante» dijo el geólogo Víctor Tverdokhlebov sobre el tema del misterioso habitante del lago.

Via : Siberian Time