La naturaleza de las matemáticas nunca deja de sorprendernos. Aquí dejamos una pequeña muestra de ello:
111.111,111 X 111,111.111 = 12.345.678.987,654321
La naturaleza de las matemáticas nunca deja de sorprendernos. Aquí dejamos una pequeña muestra de ello:
111.111,111 X 111,111.111 = 12.345.678.987,654321
Existen numerosas leyendas sobre el fin del mundo. Entre ellas, una muy antigua que nos llega desde el Brahmanismo.
Cuenta la historia que en el gran templo de Benarés, bajo la cúpula que señala el centro del Mundo, reposa una bandeja de cobre en la que están plantadas tres agujas cuyo diámetro es más fino que el aguijón de una abeja. En el momento de la Creación, Dios colocó en una de las agujas 64 discos de oro puro ordenados por tamaño: desde el mayor que rebosa sobre la bandeja, hasta el más pequeño, en lo más alto del montón. Es la torre de Brahma. Incansablemente, día tras día, los sacerdotes del templo mueven los discos haciéndoles pasar de una aguja a otra, de acuerdo con las leyes fijas e inmutables de Brahma que dictan que el sacerdote en ejercicio no mueva más de un disco al día, ni lo sitúe encima de un disco de menor tamaño. El día en que los 64 discos hayan sido trasladados desde la aguja en que Dios los puso al crear el mundo a una cualquiera de las otras dos agujas, ese día la Torre, el Templo y, con gran estruendo, el Mundo desaparecerán.
En el año 1883, el matemático francés Eduard Lucas, inventó un juego similar al de la leyenda Brahmanica. Las Torres de Hanoi.
El juego está formado por tres varillas verticales y un número indeterminado de discos que determinarán la complejidad de la solución. Los aros o discos, que son todos de distinto diámetro, están colocados de mayor a menor en la primera varilla en órden ascendente.
El juego consiste en pasar todos los discos a la tercer varilla, colocados de mayor a menor ascendentemente y las reglas son las siguientes:
Es decir, las reglas son similares a los recaudos que Dios le dejara a los monjes del templo de Benarés.
Por medio de un simple resultado matemático, se puede demostrar el tiempo que tardarían los monjes en traspasar los 64 discos de oro a la tercer aguja de la bandeja plateada. Y por lo tanto, el tiempo que resta para el fin del mundo.
El mínimo número de movimientos que se necesita para resolver este problema de las Torres de Hanoi es de 2^n-1. (dos a la enésima menos uno). Por lo que si los monjes hicieran un movimiento por segundo, podrían pasar los 64 discos a la tercer varilla en unos 585 mil años. De acuerdo a las teorías científicas más creibles, la Tierra tiene alrededor de 5 mil millones de años, por lo que restaría muchiiiisimo tiempo para disfrutar de las cosas que nos gustan.