La isla de los Vampiros

Durante años, siniestras historias han surgido de los bosques y las tierras bajas de Puerto Rico que hablan de una criatura extraña y letal que vaga por distintos lugares de la Isla. El mítico animal, de ojos rojos y brillantes, según las descripciones de los lugareños, se alimenta de sangre de los animales locales. Con sus garras y dientes afilados, un cuerpo similar al de un mono y una hilera de púas corriendo a lo largo de su espalda, el misterioso animal, con vicios de Vampiro, es llamado por todos como : El Chupacabras.

Abundan las teorías con respecto a la naturaleza de la bestia. Algunos investigadores y testigos indican que el monstruo es una especie de murciélago gigante, mientras que otros creen en la teoría de que es de origen extraterrestre. Una de las últimas ideas instaladas en la creencia popular, indica que se trataría de un híbrido producto de algún experimento científico secreto. Un monstruo creado en un laboratorio de investigación genética, oculto en las profundidades de El Yunque, que se encuentra en la Sierra de Luquillo, a unos 40 kilómetros al sureste de la ciudad de San Juan.

Aunque las apariciones de la bestia llevan muchos años, el Chupacabras fue conocido por ese nombre a mediados de la década del 90, lo cual ha llevado a muchos a suponer erróneamente que los ataques de éste vampiro son un fenómeno relativamente reciente.

En septiembre de 1959, un documento llamado: «Buscando Comunicaciones Interestelares», escrito por físicos de la Universidad de Cornell, Phillip Morrison y Giuseppe Conconi, hace referencia a la búsqueda de vida extraterrestre a través de microondas. Aproximadamente, ocho meses más tarde, un tal Frank Drake decidió poner a prueba las teorías y las ideas de Morrison y de Conconi por sí mismo. Continuar leyendo «La isla de los Vampiros»

Asombroso video de una mujer fantasma que merodea en la Casa Rosada: Argentina

Cuenta la leyenda urbana que en las inmediaciones de la casa Rosada y la Catedral Metropolitana de Buenos Aires suele aparecer una mujer fantasma que se pasea constantemente sin molestar nunca a nadie. Ni siquiera cuando es observada detenidamente.

En el video puede verse a la mujer en el balcón de la Casa Rosada y a través de una ventana, y en el mausoleo que guarda los restos del General San Martín de la Catedral porteña.

Se cree que por su vestimenta, podría tratarse de una mujer de la primera mitad del siglo XIX. Y si se tiene en cuenta que en el lugar en el que actualmente está asentada la Casa Rosada antes estaba el Fuerte de Buenos Aires, demolido entre 1850 y 1882, dicha teoría empieza a tener sentido.

Visto en : Creer o reventar

Leyendas Mexicanas : El pozo de las cadenas

Cuentan en Tecate, un pueblo ubicado al final de la Rumorosa en México, que en tiempos de la revolución, allá por 1910, vivía un matrimonio sin hijos, personas pacíficas y trabajadoras. El señor cultivaba sus tierras, mientras su esposa se hacía cargo de la casa. En ese entonces no había mucha gente en los alrededores y los caminos eran sólo brechas secas que levantaban unas tolvaneras que dejaban ciego a cualquiera.

Cierto día, unos hombres tenían mucha sed porque llevaban horas caminando bajo el sol que, antes como ahora, quemaba durísimo. Al ver al señor que trabajaba en su parcela, se acercaron.

— ¡buenas tardes! —saludaron.

— ¡buenas tardes! —Contestó el señor, dejando su labor y echándose aire con el sombrero—. ¿Qué les trae por acá?

—Las ganas de encontrar buena fortuna —respondió uno de los hombres.

—Vamos para Tijuana, ya atravesamos la rumorosa —dijo el otro.

—pues todavía les queda mucho camino.

—tenemos sed, ¿no tendrá un poco de agua que nos regale? —preguntó uno de los extraños.

— ¡qué caray!, me acabo de tomar el último trago —respondió el campesino— pero si no tienen prisa, mi casa está cerca y tengo un pozo.

—No, no tenemos prisa, vamos —dijeron los hombres.

El señor se apresuró a levantar sus aparejos; estaba contento porque, como era raro que alguien pasara por el lugar, la visita de gente era una novedad y se aprovechaba para saber cosas de lejos. Así que sin desconfiar, llevó a los hombres hasta su casa; al llegar les presentó a su esposa y éstos saludaron quitándose el sombrero.

Los hombres bebieron toda el agua que pudieron, comieron como si llevaran días sin probar alimento y platicaron largo rato. La tarde iba cayendo, los coyotes comenzaban a aullar, mientras la luna dejaba ver sus primeros rayos. Los hombres no dieron muestras de marcharse, se veía que estaban a gusto. Entonces el señor y su esposa, les prepararon un catre con ramas de cachanilla donde dormir. Muy avanzada la noche, un grito se escuchó haciendo eco a lo lejos…

Nadie sabe qué ocurrió, pero cuentan que los extraños se pusieron de acuerdo para robarle al señor lo poco que tenía, y como se resistiera lo amarraron con unas cadenas y lo echaron al pozo. La luna fue la única testigo de aquel suceso; de su esposa, así como de los hombres, no volvió a saberse nada.

Desde entonces, hay noches en que en el pozo se oye mucho ruido. Quien lo ha oído, dice que el muerto logra salir y arrastra sus cadenas mientras llora entristecido; dicen que vaga en busca de su esposa desaparecida y de los desalmados que lo mataron. La gente que pasa por ahí muy de mañana comenta que se pueden ver claramente, alrededor del pozo, las huellas de unos pies encadenados.