Quillagua es un pequeño pueblo en el desierto de Atacama en Chile. Es considerado uno de los lugares más secos del mundo. Es tan seco que muchos de los habitantes que vivieron en el lugar hace muchos siglos se momificaron.
Y esto fue lo que encontró una expedición de voluntarios arqueólogos y antropólogos que visitó el lugar hasta fines de enero, como parte de un operativo de rescate patrimonial de la zona.
El Museo Municipal Antropológico de Quillagua es el lugar donde se encuentran las momias en exposición, algunas con más de 2.000 años de antigüedad.
«Estas momias salen en su mayoría de dos cementerios del lugar, aunque hay otra que se encontró durante una obra de construcción», señaló a BBC Mundo Pamela Cañas, antropóloga física, quien formó parte del voluntariado de 40 especialistas que fue organizado por la Comunidad Aymara de Quillagua y el Grupo Patrimonio Desierto de Atacama, con el apoyo del Colegio de Arqueólogos de Chile.
«Las momias se hallaron en fosas, envueltas en fardos, que cubrían a los individuos. Algunas tenían un ajuar con cerámicas, choclos (maíz) o artesanías relacionadas con el rito funerario», dijo Cañas.
Según la investigadora no se trata de un proceso de momificación artificial, si no «por las condiciones secas del desierto de Atacama».
«La humedad afecta a todos los tejidos, y al no haberla los tejidos se conservan de forma inmediata. Es algo que no se ve en otras partes del país», señaló la antropóloga.
La momia de mayor antigüedad es la de un hombre, que aún mantiene un sombrero utilizado por poblaciones del norte de Chile, de una época estimada en el 700 AC.