Filman el legendario monstruo de Skegness

Una londinense que había ido a visitar a sus amigos, filmo el siguiente video durante sus vacaciones en el mar de Lincolnshire, mienstras los vecinos atonitos, se apoderaban del temor, por el misterioso animal que asecha sus costas. Los expertos no dudan de la veracidad del ideo, pero no logran definir de qué se trata.

Rebecca Clarke había venido de Londres a visitar amigos. Juntos decidieron salir a pasear por la costa. Estaban grabando un video cuando, con absoluta parsimonia, capturaron una joroba oscura con unas aletas flotando a metros de la orilla de Skegness. El video, que pasó por manos de expertos, no despierta demasiadas sospechas. Los especialistas creen que podría tratarse de un tiburón peregrino o hasta de una ballena. “Puede parecer una tontería, pero me pareció que tenía forma de reptil, como un cocodrilo o un dragón, parecía tener aletas más rígidas que un tiburón”, dijo Rebecca.

Una muestra de arte que Asusta : Monstruos Marinos!

El artista argentino Adrián Villar Rojas descubre en su memoria y en la memoria de la cultura popular y descubre leviatanes marinos que materializa en sus obras de arte.

La fantasía de encontrar un gigantesco monstruo en el patio trasero, no sólo nos remite a la infancia de una persona, nos remite a la infancia de la humanidad. El monstruo primordial, aquel que surge del caos informe, el Leviatán, es parte del Génesis, casi como una contraparte a la creación, dualidad de la divinidad. En la mitología nórdica tenemos al Kraken y en la griega a Ceto, ambos monstruos primordiales ligados a la Tierra, a las fuerzas ctonianas. Acaso la tarea de sembrar monstruos en un patio trasero o en un bosque aledaño, es la continuación natural de los monstruos sembrados en el fondo de nuestra mente. (PijamaSurf)

La obra del escultor argentino Adrián Villar Rojas, más allá de lo espectacular que puede ser montar y abandonar un monstruo marino en un paraje, se planta sobre estas fibras arquetípicas para crear un happening del inconsciente. Ballenas-dinosaurio muriendo en el pasto en una especie de intersección anacrónica (¿vemos un futuro desastroso o son los remanentes del pasado que brotan del mar y de la mente?). ¿Acabarán todas las cosas fuera de su habitat, testamentos petrificados de un desencajamiento ontológico?

El monstruo marino de Nueva Zelanda

En abril del año 1977, las redes del barco de pesca japonés Zuiyo Maru hicieron una extraña captura frente a la costa de Nueva Zelanda: Se trataba de un animal marino desconocido, de unos quince metros de largo, que a todos les pareció como un monstruo extraído de los relatos fantásticos de Julio Verne en 20.000 leguas de viaje submarino.

La tripulación sacó aquel cuerpo del agua y tomó fotografías en color del «monstruo de las profundidades», pero el capitán del barco, temiendo contaminar la carga, ordenó que fuese arrojado por la borda.

El profesor Tokio Shikama, especializado en el estudio de animales antiguos, en la Universidad Nacional de Yokohama, estudió las fotografías y declaró que aquel cuerpo no correspondía a ningún mamífero o pez conocidos. En realidad, lo comparó con el de un plesiosaurio que había morado en el océano, pero se había extinguido hacia más de 100 millones de años.

Otros varios barcos de la zona buscaron los restos de la criatura arrojada al mar por los japoneses, pero sin éxito. Lo triste es que un solo ejemplar de plesiosaurio habría valido mucho más que todos los peces ordinarios capturados por el capitán.